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Vecinos de barrio Alvear viven en una zona cerrada por un muro

Un paredón de casi dos metros y medio se alza en barrio Alvear. Sobre Constitución, pasaje Santa María y Garibaldi viven 54 familias en una especie de barrio cerrado improvisado. Las casas las construyó el gremio UPCN en un terreno comprado en 2010. El predio originalmente estaba destinado a unas 200 familias, pero según denunciaron, un 60 por ciento de las tierras fueron usurpadas. Por eso, y para evitar el robo de materiales, resolvieron levantar un muro alrededor de las casas que permanece hasta hoy. Las familias que se mudaron entre el año pasado y principios de 2017 no quisieron sacarlo y hasta le pusieron una reja con llave, que se abre por las mañana y cierra por la noche.

“Los vecinos se dan la seguridad que el Estado no les da. Necesitan ese tapial porque es una calle de circulación a un barrio marginal. Están preocupados si la abren porque no quieren convivir con esa gente”, dijo a El Ciudadano la secretaria de Vivienda de Upcn, Teresa Leiva.

En 2010 uno de los gremios que nuclea a los trabajadores estatales compró a una inmobiliaria terrenos en zona sur para construir 200 viviendas para los afiliados. Antes que iniciaran las obras, varias familias ocuparon parte de las tierras y levantaron casas. El gremio denunció que la usurpación fue del 60 por ciento del predio y modificó el proyecto original.

Cuando comenzó la edificaron de los cimientos las denuncias continuaron. Esta vez, hablaron de robo de materiales. Ante la situación, el gremio resolvió levantar un tapial para proteger las viviendas y evitar que entren intrusos.

Primeras familias

Las primeras familias que se mudaron en 2016 vieron al muro como una cuestión de seguridad y lo dejaron. Es más, le pusieron una puerta de rejas con llave en la entrada al barrio. El muro corta la circulación de la calle Castellanos y tiene su entrada en Garibaldi y Constitución.

“La calle no se puede abrir porque atrás del muro y las casas están los intrusos que hicieron los ranchos. Usurparon nuestros terrenos, los de otros sindicatos y de un privado. Los vecinos pusieron el portón que cierran de noche por seguridad”, contó Leiva, quien  agregó que el barrio no tiene recolección de residuos porque ni siquiera la Municipalidad entra al lugar.

La secretaria de Vivienda de Upcn dijo que el gremio se hizo cargo de la infraestructura de la zona, que incluyó el tendido de alambrado eléctrico, cloacas y cordón cuneta, y que todos los planos y habilitaciones se presentaron al municipio.

Abrir el espacio

Desde la Secretaría de Control y Convivencia dijeron que los muros se permitieron como cerco de obra durante el período de construcción de las viviendas, pero que una vez finalizadas debería abrirse el espacio público. “Teníamos constatada esta situación que estaba planteada como un cerco de obra. Con la llegada de los últimos vecinos vamos a comenzar los trámites de apertura de espacios”, contó a El Ciudadano el titular de la repartición, Gustavo Zignago.

El funcionario aseguró que con las familias en las casas, la calle deberá abrirse para permitir la prestación de servicios. Sobre la demanda de seguridad de los nuevos vecinos, Zignago adelantó que la semana próxima el municipio se reunirá con ellos para buscar alternativas posibles.

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