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Vecinos de Rosario objetaron ante el Concejo las urbanizaciones sobre la cuenca del Ludueña en Funes

En particular resisten el proyecto asentado sobre una zona prevista como acumuladora de agua del dique retardador ante un aumento del caudal del arroyo. El mismo desarrollo inmobiliario presentado por el grupo Damfield fue cuestionado con estudios técnicos desde la Universidad de Rosario

Rosario y Funes son ciudades independientes, pero ¿qué pasa cuando acciones en una jurisdicción afectan a la otra? Por ejemplo, con los desarrollos inmobiliaros sobre una cuenca en común, como la del arroyo Ludueña. Por eso, vecinos y vecinas de Empalme Graneros concurrieron este lunes al Palacio Vasallo para reclamar por proyectos de intervenciones urbanísticas que ya encendieron avisos desde la propia Universidad Nacional de Rosario sobre sus consecuencias negativas.

El ex concejal Osvaldo Ortolani y Cecilia Grandi, entre otros habitantes del histórico barrio del noroeste, expusieron en la Comisión de Ecología y Ambiente sus reparos a los avances inmobiliarios en Funes asentados sobre la cuenca del Ludueña. Empalme Graneros sufrió durante muchos años las consecuencias de la preminencia de los negocios sobre consideraciones ambientales e hídricas, y tiene tradición de lucha al respecto con el colectivo Numain (Nunca más inundaciones).

“Sabemos del sacrificio de varias generaciones con un total de 17 eventos (de inundaciones) a lo largo de la historia. Y sabemos que los muertos no fueron sólo los que se llevó el agua, sino mucho de los que quedaron con secuelas y enfermedades”, enfatizó Ortolani sobre decisiones privadas y públicas de graves consecuencias que parecen no dejar enseñanzas.

El dirigente barrial explicó que la cuenca del Ludueña abarca unas 80.000 hectáreas y relató la historia de los aliviadores que justamente tras la lucha de los vecinalistas, llegaron a construirse para minimizar los desbordes del arroyo. Argumentó que el actual desarrollo urbanístico que cuenta con las primeras habilitaciones pondrá a Empalme y otras zonas, otra vez, en riesgo en una región ya de por sí sacudida por la creciente impermeabilización de suelos derivada de asentamientos humanos y modelos productivos agrarios.

“No nos oponemos al progreso, pero debe haber una orgánica sobre cómo se urbaniza. Hay comerciantes que compraron terrenos bajos, algunos de ellos en áreas donde hay lagunas, y sacaron muchas ganancias”, cuestionó Ortolani.

Ingenieros de la UNR advierten que un desarrollo inmobiliario puede convertirse en la Atlántida

Las objeciones de los vecinos no son un capricho. Hay estudios técnicos sobre la inconveniencia del proyecto presentado por el grupo Damfield: un complejo “residencial y estancia deportiva” en la cuenca del Ludueña, en un área, además, que es parte del embalse de la presa retardadora, una superficie prevista para acumular el exceso de agua y liberarla en forma controlada con el fin de minimizar los perjuicios aguas abajo de la obra. Son terrenos que ya tienen antecedentes de inundaciones en 2002, 2007 y en 2012.

El Centro Universitario Rosario de Investigación Hidroambiental (Curiham) y el Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería detallaron hace unos meses con rigor de mediciones, modelizaciones y estadísticas la irracionalidad de un asentamiento humano permanente en un espacio preparado explícitamente para ser inundado. Hay legislación en todo el mundo que prohíbe ese tipo de intervenciones explícitamente. Por el contrario, la normativa provincial es confusa, y el riesgo es que se genere un antecedente de interpretación que habilite nuevos avances.

Los vecinos de Empalme expresaron su postura en el Concejo: “Se están regalando hectáreas de los humedales ubicados en la Pampa húmeda en nombre del progreso”, dijeron. Y denunciaron que para algunos de esos proyectos que se llevan adelante en la zona de Funes, la provincia otorgó la factibilidad a nivel hídrico, cuando todavía no se habían aprobado en el Concejo de esa ciudad.

Al cabo de la exposición de los vecinalistas, el concejal Juan Monteverde, de Ciudad Futura, propuso presentar un pedido de informes. Su colega Mónica Ferrero, del bloque Socialista, les solicitó a los referentes de Empalme Graneros el envío de documentación sobre las denuncias realizadas.

Apoyo técnico hay. El Curiham tiene publicado un exhaustivo análisis del caso, que confeccionó por iniciativa propia tras las primeras informaciones sobre el proyecto de Damfield. El espacio donde está proyectada la urbanización “puede destinarse a múltiples usos, pero nunca a un asentamiento permanente de viviendas”, repasó Gerardo Riccardi, del Centro Universitario. Su colega Erik Zimmermann, también ingeniero, ofreció ejemplos: “No puede haber urbanización, sí otros usos como parquizaciones, forestaciones, producción frutihortícola, que son los que se le dan en todo el mundo”.

Los terrenos son potencialmente inundables, pero aunque no se cubran de agua, sus características los hacen inviables, a mediano plazo, para la construcción de viviendas. Zimmermann explicó las razones. “Más allá de la inundación superficial, a través de los escurrimientos, se trata de lugares bajos, con las napas de aguas subterráneas cercanas a la superficie, lo que complica las fundaciones de las viviendas y el tema sanitario”.

Además de Moonteverde y Ferrero, los reclamos de los potenciales afectados de Empalme fueron escuchados en el Palacio Vasallo por María Luz Ferradas, presidenta de la Comisión de Ambiente que ocupa una banca de Ciudad Futura, Julia Irigoitia, de Todos Hacemos Rosario, y Ana Martínez y Alejandro Rosselló, de Unión Pro-Juntos por el Cambio. Los vecinalistas estuvieron acompañados por la concejala Marina Magnani, de Todos Hacemos Rosario.

Otra frontera entre emprendimientos privados y salud ambiental

La comisión de Planeamiento también abordó este lunes el mensaje del Ejecutivo rosarino que modifica la ordenanza Nº 8.851 para la ampliación del centro comercial “Fisherton Plaza Chic Mall”, que linda con el mismo arroyo Ludueña y sobre el que pesan denuncias por contaminación del curso de agua con efluentes no debidamente tratados.

La presidenta de la comisión, Nadia Amalevi (bloque Arriba Rosario), indicó que la “hay un crédito aprobado para la ampliación y podría perderse si estamos mucho en el tratamiento del expediente”, por lo que pidió analizar el tema.

Monteverde, de Ciudad Futura, consideró necesario que “se resuelva la cuestión ambiental y sobre los desechos en el arroyo Ludueña”, a lo que Amalevi respondió que “hay un fallo en primera instancia que dice que no se puede comprobar que esos efluentes sean vertidos en el Ludueña por esta empresa”.

 

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