«El bunker está pegado a nuestra casa y sigue abierto y vendiendo drogas. Queremos que se vayan del barrio». Eso reclamaron este martes vecinos de la ciudad de Pérez que se llegaron hasta el Centro de Justicia Penal de la vecina Rosario para exponer el estado de peligro constante en el que viven y denunciar complicidades policiales. En la noche del sábado último, hubo un atentado armado contra ese punto de venta de drogas. Un joven que habita en una vivienda lindera resultó herido de bala en una pierna. Y una nena de 10 años, en el mismo domicilio atacado, sufrió un profundo roce de proyectil en su cabeza.
Los vecinos de la cuadra de Malvinas Argentinas al 200 se quejaron por la impunidad con la que se maneja la familia que vende drogas al menudeo a metros de donde viven, en barrio jardín de la localidad vecina a Rosario. Fueron al menos nueve disparos los que escucharon el fin de semana pasada contra ese domicilio. Pero algunos de los tiros dieron en una casa vecina. Y el domingo siguiente, se quejaron, volvieron a comercializar sustancias en el mismo lugar, que había sido baleado en otras dos oportunidades.
En el ataque, perpetrado alrededor de las 23.30 del sábado, Gonzalo H., de 26 años, que vive al lado del búnker y estaba en una reunión familiar, resultó herido en una pierna, con afectación del hueso. Tuvo que ser operado y le restan nuevas cirujías, dijeron sus allegados, para tratar de que no pierda el miembro.
En cuanto a la nena herida, Milena L., de 10 años, los habitantes de Pérez que se llegaron hasta el CJP dijeron que ellos mismos la tuvieron que llevar hasta el Hospital de Niños Víctor J. Vilela porque sus padres, declararon, «estaban dados vuelta» por consumo. La pequeña fue dada de alta, pero le quedó una marca de siete centímetros en la cabeza por el roce de una bala.
“Uno de los tiros pegó en la casa de mi mamá, donde estábamos comiendo, y le dio a mi hermano en una pierna”, dijo Daniela en referencia a Gonzalo, a quien trasladaron hasta el Hospital Provincial del Centenario, donde permanece internado.
Allegados y familiares del muchacho reclamaron que Fiscalía profundice la investigación, que no quede como una de tantas balaceras. Repitieron que se sienten en peligro y que temen represalias. Y señalaron que el domingo siguiente al ataque, cuando se retiró del lugar la consigna policial, el búnker volvió a estar activo. Además, se quejaron de la actitud de los efectivos de la subcomisaría 22da de Pérez.
«Ahora el búnker sigue abierto. El domingo vendió todo el día. Venimos a Fiscalía a pedir justicia. Y nos dijeron que la subcomisaría de Pérez nunca mandó las actuaciones para acá», dijo una de las manifestantes en el CJP.