Los familiares y vecinos de Melani, la niña de 5 años asesinada la noche del martes 22 de enero, caminaron ayer a la mañana por más de dos kilómetros desde Presidente Roca al 3800 hasta el frente de los Tribunales provinciales, ubicado en Balcarce y Pellegrini, para pedir justicia y denunciar que el autor de la muerte de la pequeña amenaza a los vecinos para que no lo denuncien. La mamá de la nena marcaba el paso en una especie de procesión por las calles de la ciudad mientras llevaba una bandera que decía: “Justicia por Melani Navarro. Basta de matar a nuestros hijos”. Más de 100 personas la seguían con caras tristes y la voz quebrada cada vez que cantaban el emblema de la marcha: “Se va a acabar, se va a acabar, esa costumbre de matar”. Además de las fotos de la nena que llegaron a emocionar a más de un transeúnte, también había carteles con las fotografías de Iván Romano y Antonio Silvero, asesinados en hechos inexplicables y con pocos responsables tras las rejas.
Melani Desiré Navarro jugaba en la noche del martes 21 de enero junto a sus primos en la calle, a metros de su casa de Flammarión al 4900, porque en esa zona no hay veredas. Pasada la medianoche, el conductor de una moto con un acompañante pasó a toda velocidad perseguido por dos automovilistas y se escucharon varias detonaciones. “Sentí los tiros, corrí y cuando la vi con sangre en la cabeza empecé a gritar”, contó ayer Nadia parada frente a las escalinatas de Tribunales sobre la trágica noche en que perdió a su hija.
Tras los disparos, la muchacha de 21 años llevó a su pequeña hija de 5 hasta el Hospital de Niños Víctor J. Vilela y, si bien recibió atención médica, falleció una hora después.
“Era todo para mí, no caigo todavía. No puedo creer que no va a estar más. Tenía 5 años, toda una vida por delante”, dijo su mamá con voz quebrada.
Sin embargo, la muchacha recuperó la entereza para aclarar que la muerte de Melani se pudo haber evitado. “Podrían haber puesto un patrullero por esa noche. El día que mataron a Melani, ya habían baleado a un vecino en el mismo lugar. El que le disparó a Alberto en las piernas ahora nos amenaza. Nos manda a decir que si alguien lo denuncia, nos va a matar a todos”, señaló Nadia.
Por su parte, Anahí, tía de Melani, también habló sobre la situación que les toca pasar en el barrio. “Todo el tiempo hay tiroteos y tenés que salir a correr para ver dónde están los chicos. Son dos bandas. Una de Flammarión y la otra de Juan Canals (la zona señalada como el lugar donde vive el autor del disparo que mató a Melani)”, sostuvo.
“Fueron para hacer allanamientos y como les habían avisado, los policías no encontraron nada. Después aparecieron y se sentaron a tomar mates en la vereda, como una burla”, describió la mujer.
Además, vecinas de la zona cuya jurisdicción es de la seccional 21ª remarcaron que los enfrentamientos armados siguen igual.
“No hubo un cambio, no se vieron más patrulleros, nada. Y siguen los tiroteos”, aseguraron varias de las mujeres que participaron de la marcha.
Reclamos diferenciados
Los manifestantes se compactaron, levantaron las banderas y mostraron las fotos de Melani Navarro, de Antonio Silvero (adolescente de 16 años asesinado de dos balazos el 21 de noviembre de 2012 en la esquina de pasaje 507 y 512, en barrio Molino Blanco) y de Iván Romano –muchacho de 20 años que recibió un disparo mortal, el 28 de agosto pasado, día de su cumpleaños, cuando discutió con dos jóvenes frente a búnker ubicado a su casa de Tarragona al 1100 bis, en la zona noroeste– de cara a la entrada del edificio de los Tribunales provinciales.
Todos fueron víctimas de la violencia cuyas causas no están cerradas. Los transeúntes miraban y se paraban para preguntar qué era lo que le había pasado a la pequeña. Al escuchar el desenlace que llevó a su trágica muerte, se emocionaban y se quedaban para compartir la incertidumbre de las familias que viven en barrios periféricos donde todo es carencia.
No pasó lo mismo en el trayecto hasta llegar al edificio de Tribunales. Las familias y vecinos caminaron desde Presidente Roca al 3800 hasta avenida Pellegrini para quedar frente a la entrada del edificio por calle Balcarce, marchaban despacio, aplaudían y tocaban redoblantes.
En las cinco cuadras de la avenida, cuya mano que corre de este a oeste estuvo cortada a medida que pasaban los manifestantes, varios automovilistas hicieron sonar las bocinas a modo de protesta por los segundos de más que tuvieron que esperar. Incluso una mujer entrada en años –quien no leyó ni una de las banderas que pedían que se terminen los crímenes– desalentó la queja de un vecino de la avenida porque, según dijo, “si te quejás, sacan un arma y te pegan un tiro”.
Una paradoja más de cómo algunos ciudadanos alientan algunos reclamos y otros los desestiman porque vienen de otro lado, en este caso, bien lejos del centro.
Giuliano: “La ciudad está sufriendo una ola de violencia”
En la mañana de ayer, la comisión de Seguridad del Concejo municipal se reunió con vecinos de diversos barrios, quienes hicieron denuncias y peticiones, en el marco del homicidio del comerciante Jorge Massin, asesinado hace una semana en Mendoza y Juan Manuel de Rosas.
Al término del encuentro, el titular de la comisión, Diego Giuliano, señaló que “se escuchó el reclamo de víctimas de graves episodios delictivos, así como de ciudadanos que junto a los ediles están dispuestos a ponerse de pie frente a la delincuencia”.
El edil subrayó: “Se decidió concretar un pedido de audiencia urgente a la intendenta, así como a la comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados provincial, a lo que debe agregarse la creación de observatorios de Seguridad en los barrios de nuestro medio”.
El concejal dijo que “no se habló de un crimen en particular sino de la ola de violencia que vive la ciudad visualizada en 30 crímenes en 30 días, lo que nos obliga a tomar conciencia de todo lo que tenemos por delante para poder prevenirlos”.
Por su parte, Héctor, papá de Nicolás López, joven de 18 años asesinado el 16 de febrero pasado en Ayacucho y Centeno, se presentó en la reunión para pedir que los funcionarios salgan a los barrios para que conozcan la realidad de las zonas periféricas. “Nos presentamos porque estamos preocupados por esta situación que cada vez es más violenta. También porque entendemos que si no nos unimos todos, esto no se va a parar”, dijo Héctor.
El papá de Nicolás enumeró que los temas que se trataron fueron: que los concejales recorran los barrios, que se instalen más cámaras de videovigilancia, que se brinde asistencia psicológica a los familiares de las víctimas y que se contemple el costo monetario que implica para un ciudadano común presentarse en los juzgados.
“Los vecinos han planteado que se sienten solos ante la violencia y frente al delito y como respuesta le planteamos que estamos construyendo herramientas para que esto deje de ser así”, abundó el edil.