El árbol tipa sigue creciendo en la esquina de Castellanos y 9 de Julio y los vecinos muestran su temor ante la gigante amenaza.
Ya levantó gran parte de la vereda y la calzada (que provocó la caída de más de un desprevenido) y se convirtió en todo un récord.
Es que Nora García, una de las vecinas damnificadas, lleva 35 años pidiendo al municipio que retire al monstruo con ramas.
“Es muy grande y en cualquier tormenta fuerte, ya que recibe la fuerza del viento desde diversos lados, se puede caer y nos destruirá la casa a mi vecina y a mí”, imaginó la mujer.
El marido de García fue el que comenzó con los reclamos. Alternaba su trabajo en la empresa de cemento Minetti con la redacción de cartas de lectores a los diarios y pedidos por escrito a la Dirección de Parques y Paseos.
Desde 1977, cuando se inició el pedido, el país tuvo sus marcas más profundas a nivel político, económico y deportivo. En ese año murió el pintor Benito Quinquela Martín, el escritor y periodista Rodolfo Walsh fue desaparecido tras publicar la célebre
“Carta abierta a la junta militar”, el tenista Guillermo Vilas ganó en Forest Hill y el boxeador Miguel Ángel Cuello logró el título mundial de los medio pesados.
También por entonces se comenzaban a invertir millones en la organización del Mundial de fútbol del año siguiente y empezaba a saberse más de un jugador de fútbol que, años más tarde, daría mucho que hablar: Diego Maradona.
“Yo me voy a morir, y el árbol sigue firme. De hecho, mi esposo empezó con los trámites pero no pudo ver cómo lo sacaban. Ya falleció”, se lamentó Nora García.
“En la misma cuadra había tres tipas. Estos árboles son para avenidas, para espacios grandes. Por ejemplo, hay muchos de estos ejemplares en avenida Belgrano, pero de los tres que había uno de ellos en la puerta de mi casa (ahora hay un fresno) sacaron dos, ahora queda el más viejo, hace más de 35 años”, señala la mujer.
La última vez que García se quejó fue en 2010, en el Distrito Centro. Le pidieron que llamara en diez días a Parques y Paseos, “pero me fueron cambiando el número de expediente y parece que eso nos jugó en contra, pero yo no sabía de qué se trataba, y así estamos. Enviamos notas a todos los intendentes, de algunos de ellos ya no se acuerda nadie, pero todos supieron de nuestro caso”, recordó.
“Acá no tenemos molinos de viento ni a Don Quijote, pero es tan grande que se la peleamos igual”, dijo García sobre el gigante que se apoderó de esa esquina de barrio Echesortu.
Mientras tanto, la mujer que camina lento y se saca el audífono a escondidas de sus hijas, revuelve una carpeta de papeles amarillos y muestra las cartas de lectores publicadas y los escritos presentados a los intendentes que pasaron por la ciudad, y a la Dirección de Parques y Paseos.
Uno de ellos data de 1988, donde registraron “solicita poda o escamonda de árbol añejo”, con un costo de 21 mil pesos. Por otro lado, unas de las cartas más nuevas que envió García junto a su abogado tienen el pedido de “pronto despacho”, para tener una respuesta de inmediato, lo cual terminó siendo una utopía.
El primer intendente en recibir el reclamo fue el capitán de Navío Augusto Félix Cristiani, quien asumió con la dictadura en 1976 y permaneció hasta 1981.
En 1980, el entonces Argentina Televisora Color (ATC) emitió sus primeras imágenes en color con la conductora Pinky como figura principal, y Rosario Central se consagró campeón por tercera vez en su historia. En 1982 el país fue a la guerra por Malvinas, en 1983 el país volvió a la democracia de la mano de Ricardo Alfonsín y en 1986 Argentina ganó el Mundial de fútbol en México.
Todo eso y mucho más pasó desde el primer reclamo que Nora García presentó para que sacaran el árbol de la puerta de su casa. En 1991 Newell’s, salió campeón de la mano de Marcelo Bielsa y el árbol de Echesortu, imperturbable, fue testigo de los festejos.
Las últimas movidas consistieron en reunir firmas de vecinos y hasta hay una amenaza de salir con las cacerolas a las calles para hacer oír el reclamo. “Pero ahora hace mucho frío, aunque si estoy con un poco de energía, hasta le prepararía una torta por su cumpleaños, ya es bien mayor”, dijo con un toque de humor la mujer.
Nora mencionó que en varias oportunidades pasó una cuadrilla municipal que sólo atinó a cortar las ramas, pero nunca se ocupó de sacar el problema de raíz: “En cada tormenta esos cables se mueven y tocan parte del árbol y aparecen los chispazos.
Ya lo tomamos con humor, pero es serio: es un peligro porque si se cae nos destruye la casa a varios”.
Además, el piso de Castellanos 1413 es de pinotea, por lo cual Nora prometió no asombrarse “si dentro de poco me sale una rama por el inodoro, o alguna por la habitación, la usaré de perchero”.
La espera sigue, al igual que los reclamos por escrito y vía telefónica. Mientras tanto, las raíces de la tipa dan mayor volumen a la vereda del barrio.