Los hinchas de Vélez tuvieron que esperar cuatro horas para gritar campeón porque primero jugó el Fortín frente a Huracán (2-0) y luego se jugó Lanús ante Argentinos (0-1).
Después de la derrota del equipo Granante, miles de hinchas de Vélez se acercaron al estadio José Amalfitani, donde empezaron los festyejos de la octava corona a nivel nacional.
La historia comenzó temprano, a las 14, en la cancha de Huracán, y terminó más tarde, a las 20, en el estadio de Lanús.
De esta manera, el Fortín se consagró campeón del Clausura 2011, porque Nicolás Blandi, a los 12 minutos del segundo tiempo, convirtió el gol con el que Argentinos ganó por 1 a 0.
Ese tanto hizo delirar a la gente de Vélez, que por la tarde siguió el partido en la confitería del estadio.
El plantel, en tanto, hizo su trabajo en la cancha de Huracán y después se trasladó a la Villa Olímpica de Ituzaingó para mirar el encuentro entre Lanús y Argentinos.
Después, a las 20, cuando el título era un hecho, los dirigentes velezanos anunciaron que la fiesta se trasladaba a Liniers, donde los hinchas ya estaban gozando de un nuevo título.
Tal vez sin tanta organización, porque no había nada armado, los festejos se realizaron en el estadio. Allí, hinchas, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes disfrutaron una vez más de las mieles del éxito. Algo que a esta altura parece ser una linda costumbre.