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Vélez, un equipo que enamora a todos

Por: Diego Mussetta.- Con juego sencillo y sin secretos, los de Gareca se encaminan a la coronación. ¿Podrán también en la Copa?.
De menor a mayor. Vélez, que arrancó a los tumbos, se recuperó a tiempo y fuerza de grandes actuaciones sacó una diferencia que puede ser clave para dar la vuelta.

La bandera a cuadros ya está preparada. La carrera ingresó en la vuelta final. Aún resta para ingresar a la recta final, pero parece que la diferencia es decisiva. Arrancó con un motor fuera de punto, con problemas de estabilidad y hasta se hablaba de fin de ciclo para el jefe de equipo. Pero poco a poco las pálidas fueron trocando a buenas. La planta impulsora ya no falla, el rendimiento se fue consolidando y la coronación sería un merecido premio.

Vélez es el fiel reflejo de esta comparación. Vélez es el exponente del fútbol argentino. Y este fin de semana volvió a dejar en claro que tiene el motor preparado para dar la vuelta de honor. De antemano se sabía que la iba a tener fácil ante Gimnasia. Pero en éste fútbol los partidos hay que jugarlos. Sin embargo, Vélez hace siempre fácil lo difícil. Y el domingo lo volvió a demostrar. Solidez, juego y contundencia.

Tres expresiones que se emparentan con el equipo de Ricardo Gareca. Hoy Vélez tiene el plantel más completo y los números lo demuestran. Hoy la diferencia con el segundo es de apenas tres puntos porque en ciertos partidos se vio obligado a rotar el plantel debido a la doble competencia.

Vélez ante Gimnasia reguló energías porque sabía que no iba a pasar sobresaltos. Apretó el acelerador cuando fue necesario y utilizó la máxima velocidad en momentos precisos. Además, demostró que tácticamente no está atado a un esquema: pasa de un 4-3-1-2 a 4-1-3-2, y hasta por momentos marca con tres en el fondo y también en situaciones ataque masivamente con cuatro futbolistas. La clave es el orden, y allí el abandera es Víctor Zapata, quizás hoy por hoy el mediocampista más completo del fútbol doméstico. El Chapa ya no es aquél zurdo que hacía el carril en River; hoy se adueña del mediocampo, marca, quita y juega, siendo el motor del equipo. A su lado tiene a un bastonero como Razzotti, mientras que Augusto Fernández y Maxi Moralez lastiman por los carriles. Y arriba poco que decir: Martínez y Silva se entienden de maravillas y son un dúo perfecto.

En el fútbol la lógica no existe. Pero éste Vélez es la excepción a la regla. Plantea un juego sencillo de tocar, rotar y moverse en bloque, una fórmula sin demasiados secretos, donde la figura es una sola: el equipo.

La bandera a cuadros ya se ve en el horizonte. La última vuelta comienza a ser transitada y por ahora todo funciona a la perfección. La consagración está cerca. Y éste Vélez se la merece.