Venera Nabozar Obolashvili, más conocida como “La viuda negra de Georgia”, es una asesina serial que mató a sus dos maridos y a una tía política para poder quedarse con propiedades y dinero.
Nacida en 1954 en la vieja Unión Soviética -Georgia aun no era un país independiente, sino una república anexada a esa nación- y conocida con el alias de “Lela Javakhishvili”, esta homicida solo fue condenada por el crimen de la mujer, aunque se espera que mientras purga la pena reciba el castigo por los otros dos homicidios.
En 1985, cuando tenía solo 31 años, Obolashvili asesinó a su primer esposo Yuri Yurkin, de 41, de una manera tremenda y a sangre fría tras empujarlo desde un tren en movimiento.
Su motivo era la codicia, pero la muerte de Yurkin no fue identificada como un asesinato, mientras que la “viuda negra” vendió su apartamento en 4.000 dólares
Allí comenzó su raid de asesinatos que al parecer mermó hasta 2008, ya que había conocido a un hombre con el que se casó y al cual ese año lo mató.
Obolashvili arrojó a Anatoly Kalinka desde un puente al río Mtkvari y luego de ello ganó 50.000 dólares con la malversación y venta de su apartamento.
Y en 2009 la víctima fue su tía viuda Maria Arzamaseva, de 80 años, a quien Venera conocía desde la infancia. La anciana estaba sola, pero era una mujer alcohólica y eso fue aprovechado por la homicida.
Obolashvili acordó ayudar a su tía política con la venta de su apartamento, pero intentó cerrar un trato por 22.000 dólares, un precio inferior al pactado entre ambas mujeres, por lo que la octogenaria ya borracha se puso furiosa.
En ese momento, la homicida tiró a la anciana sobre la cama y aparentemente la estranguló, ya que tiempo después Venera afirmó que no sabía qué había hecho para provocar la muerte de Arzamaseva.
Una vez que la mató, vendó el cuerpo, fue a la estación de metro Varketili, compró una “bolsa de colores”, luego regresó y cargó el cuerpo dentro.
La asesina serial se dio cuenta que no podía con la excavación de la fosa, por lo que arrojó el cadáver al río, luego regresó a la estación de metro y acordó con un taxista ir al apartamento y recoger la bolsa, que según ella era propiedad de un soldado para ser enviado a su base. El vehículo dejó a la homicida y su bolso cerca de la fábrica de Ushba.
“Tan pronto como el auto se fue, salí corriendo y tiré a María a la alcantarilla”, confesó la mujer en su declaración ya detenida.
Tras el crimen, Obolashvili vendió el apartamento a una joven por 20.000 dólares.
Sin embargo, allí empezaron los problemas, porque la transferencia de la escritura requería de la firma del propietario.
La homicida hizo arreglos para que una mujer que se parecía un poco a la difunta María fuera con ella al notario para firmar los documentos.
Cuando la policía encontró el cuerpo de la anciana, determinó que había sido asesinada, aunque en ese momento se desconocía la identidad de la víctima.
Fue una discusión con los vecinos lo que llevó a la intervención policial que llamó la atención sobre Venera y el asesinato de la mujer de 80 años.
La asesina fue detenida el 15 de diciembre de 2009 por el crimen de Arzamaseva, pero no solo confesó haber matado a la anciana, sino también a sus dos maridos anteriores.
La Justicia inició tres causas distintas, una por cada muerte, pero la evidencia por el asesinato de la mujer fue tan contundente que la hallaron culpable.
El 9 de marzo de 2010, el juez Nino Sandodze del Tribunal Municipal de Tbilisi condenó a Obolashvili -ya con 55 años- a 23 años de prisión.
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