Un grupo de militares fueron detenidos tras sublevarse este lunes contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dos días antes de manifestaciones opositoras que exigirán un gobierno de transición y elecciones.
A la agitación que provocó el fugaz alzamiento se sumó una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, de línea oficialista) que declaró nula la junta directiva parlamentaria presidida por el joven opositor Juan Guaidó.
Bajo el liderazgo de Guaidó, el Congreso –de mayoría opositora– declaró a Maduro «usurpador» tras juramentarse el 10 de enero para un segundo mandato considerado ilegítimo por varios gobiernos, y acordó una amnistía para los militares que lo desconocieran.
«Hacemos un llamado a la Fuerza Armada a restablecer el orden. Familia militar, allí están los que quieren perseguir», dijo Guaidó ante la prensa, tras el fallo que reiteró la decisión del TSJ de declarar al Parlamento en desacato en 2016.
En la madrugada, un número no precisado de miembros de la Guardia Nacional (GNB) de Macarao (oeste) sustrajeron armas de guerra de un puesto en Petare (este) y se atrincheraron luego en el cuartel del barrio Cotiza (norte), donde fueron detenidos, según un comunicado de la Fuerza Armada (FANB), que reporta control de la situación.
«Aquí está la tropa profesional de la GNB en contra de este régimen al cual desconocemos completamente, necesito el apoyo de ustedes, salgan a las calles», dijo un uniformado que se identificó como sargento de ese cuerpo, en uno de varios videos, que circularon en las redes sociales.
El hecho ocurre en vísperas de manifestaciones convocadas por la oposición y el gobierno, en lo que será el primer gran pulso en las calles tras las protestas que dejaron unos 125 muertos en 2017.
«Este Parlamento se mantiene firme con las decisiones tomadas, tenemos un foco muy claro, el 23 de enero todos esos venezolanos estén muy pendientes», sostuvo Guaidó en los jardines del Palacio Legislativo.
«¡Estamos con ellos!»
En el comunicado divulgado por el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, la Fuerza Armada se refiere a los sublevados como un «reducido grupo de asaltantes» que, dijo, incluso había «secuestrado» a cuatro militares.
«Durante la detención se logró recuperar armamento robado y en los actuales momentos se encuentran brindando información de interés a los organismos de inteligencia y al sistema de justicia militar. A estos sujetos se les aplicará todo el peso de la ley», advirtió.
Tras enterarse del hecho a través de los videos, un grupo de vecinos de Cotiza llegó a las cercanías del cuartel para dar apoyo a los insurrectos, sonaron cacerolas y trancaron una calle con basura, tras lo cual fueron dispersados por efectivos policiales y militares con bombas lacrimógenas.
«Estamos con ellos, si ellos se unen con nuestro país estamos con ellos, vamos a estar en las calles. ¡Libertad!», gritó una mujer. «¡Queremos que Maduro se vaya, estamos cansados!», espetó un hombre.
Hacia el mediodía se habían sumado otros vecinos de barrios cercanos a Cotiza y la situación tendía a normalizarse en la tarde.
Los sublevados fueron llevados al Fuerte Tiuna –principal complejo militar del país– bajo órdenes de la fiscalía y la justicia militar, según versiones de prensa.
Descontento militar
Guaidó, quien ha llamado a desconocer a Maduro, aseguro que el mensaje del Parlamento está teniendo «eco» en la Fuerza Armada, considerado el sostén del gobierno.
Abogando por quebrar el decisivo apoyo de la Fuerza Armada que tiene Maduro, el Parlamento se comprometió hace una semana a «decretar una ley de amnistía» para «funcionarios civiles o militares» que lo desconozcan y cooperen con el «gobierno de transición».
Maduro considera esa propuesta como parte de un «golpe de Estado» en curso, detrás del cual dice que se encuentran la Casa Blanca y varios gobiernos latinoamericanos que también sostienen que su reelección en mayo de 2018 fue producto de elecciones ilegítimas.
Rocío San Miguel, experta en asuntos militares y presidenta de la ONG Control Ciudadano, aseguró a la AFP que el hecho «puede ser descrito como una expresión de descontento, que no encontró respuesta en otras unidades militares».
La Fuerza Armada, integrada por unos 365.000 efectivos y 1,6 millones de milicianos civiles, reafirmó su lealtad «absoluta» a Maduro tras la investidura.
Pese al empeño por mostrarse monolítica, dos generales figuran entre los detenidos por un presunto atentado contra el mandatario el 4 de agosto, cuando dos drones cargados de explosivos estallaron cerca de una tarima donde encabezaba un acto militar.
Unos 180 efectivos fueron detenidos en 2018 acusados de conspirar, según San Miguel. La ONG Human Rights Watch denuncia torturas.
En un contexto en que pocos escapan a la escasez de alimentos y medicinas y a la hiperinflación, unos 4.309 efectivos desertaron de la Guardia Nacional en 2018, según una lista filtrada desde el organismo y citada por Control Ciudadano.
La ONG estima que unos 10.000 miembros de la Fuerza Armada pidieron la baja desde 2015.