Por Enzo Ciarallo
Persianas bajas en muchos comercios, fuerzas de seguridad en cada esquina, sueldos mínimos de tres dólares, desánimo sobre el presente en la mayoría de los trabajadores y ninguna esperanza sobre lo que pueda acontecer en un futuro inmediato, la economía cotidiana dolarizada de hecho…postales de una Caracas entre indiferente y expectante en este principio de 2025.
Para Gregory, no hay dudas de que la oposición ganó las elecciones. Según nos dice este jovén del interior que trabaja en la capital del país en el sector hotelero, eso se percibía antes y después del acto comicial. Él lo asevera ante la avalancha de videos que se viralizaron en los días posteriores al 28 de julio. En ellos se veían las actas de muchas escuelas donde constaban los resultados favorables a González Urrutia.
La abrumadora mayoría de los consultados está convencido que fue la oposición quien ganó las elecciones de julio pasado.
En estos días el gobierno está difundiendo encuestas donde se percibe que un porcentaje mayoritario de la población quiere dar vuelta la página sobre el tema de las elecciones para enfocarse en los problemas más urgentes, en un intento evidente para no volver sobre un tema que incómoda al chavismo.
Contra el fantasma de las elecciones, más el desgaste de décadas en el poder y contra el pesimismo reinante sobre el futuro económico, entre otras muchas cuestiones, deberá luchar el presidente Maduro en su tercer período de gobierno.
La campaña desatada en los últimos días por ambos bandos en pugna en los grandes medios, tanto nacionales como internacionales y en las redes sociales, no se anduvo con chiquitas.
Desde el oficialismo se difundieron actos donde por un lado se ve al jefe del Partido socialista unificado venezolano (PSUV) y Ministro del Interior, Diosdado Cabello, reunido junto a una multitud de milicianos armados dispuestos a defender a la Revolución bolivariana a como dé lugar y al mismo tiempo el presidente Maduro anuncia en un reportaje ante el periodista español Ignacio Ramonet un cronograma electoral para este año con seis elecciones y en un alarde de autoestima que sorprende a propios y extraños afirma que » …Por fin Venezuela a través de los más de veinticinco años que lleva el chavismo en el poder, logró la democracia perfecta» (sic).
En la vereda de enfrente, la referente de la oposición Corina Machado, vaticinó que el jueves previo al traspaso del poder será un día histórico. Promete una movilización masiva como preludio de la asunción de Gonzalez Urrutia el dia viernes.
Este plan, por ahora se percibe como improbable de ejecutar ante el control rígido que el oficialismo ejerce sobre todo el aparato estatal y en especial sobre las fuerzas de seguridad.
Por el momento el candidato opositor en las elecciones presidenciales de julio pasado, permanece estacionado en República Dominicana, a la espera de una orden que le asegure volver a su país sin ser arrestado. Maduro prometió hacerlo ni bien pise suelo venezolano bajo los cargos de desobediencia de leyes, conspiración y sabotaje, entre otros.
A juzgar por lo que pasó este jueves en Caracas, el chavismo dió un paso en firme para que el traspaso de mando se dé tal cual lo prevé con total normalidad en las calles.
Nada de lo que pronosticó la oposición se cumplió. Ni la movilización masiva que le allanara el camino a González Urrutia para volver, ni el fracaso del chavismo por ganar las calles.
En el mismo momento en que una marea roja inunda las calles de Chacaito, sitio elegido como punto de llegada de una larga caminata iniciada en el municipio de Petare, la oposición se desmovilizó luego de una escuálida concentración y daba comienzo a una gigantesca operación de acción psicológica de alcance internacional, afirmando que su principal dirigente, Corina Machado, había sido secuestrada.
La noticia se propaló masivamente hasta que la misma referente la desmintió en forma categórica.
En las últimas horas de este decisivo jueves, día D, según algunos analistas, las cartas están echadas.
Las calles de Caracas se fueron vaciando de manifestantes a medida que caía la noche y simultáneamente las fuerzas de seguridad fueron tomando el control de los puntos más estratégicos de la ciudad.
La impresión que me queda al final de esta larga jornada es que la historia pasó a mi lado, me guiñó un ojo y al mismo tiempo me invitó a vivir mañana otro gran día.
