Doce personas murieron en los fuertes disturbios que ocurrieron en la noche del jueves al viernes en Caracas, con lo que son veinte los fallecidos en tres semanas de violentas protestas contra el presidente Nicolás Maduro. La Fiscalía confirmó, en un comunicado, la muerte de 12 personas, en los tiroteos, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, en El Valle, un populoso sector de barriadas humildes del suroeste de Caracas.
Habitantes de El Valle describieron como una batalla campal que duró hasta la madrugada los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes, los tiroteos y los saqueos de decenas de negocios, que duraron hasta altas horas de la madrugada. “Parecía una guerra. La guardia y la policía lanzaban gases, civiles armados disparaban contra los edificios. Mi familia y yo nos tiramos al piso. Fue horrible”, narró un constructor de 33 años que vive en una zona céntrica de El Valle.
En un hospital materno infantil, cerca de medio centenar de niños debió ser evacuado en medio del caos, bajo nubes de humo de las barricadas y los gases lacrimógenos. Camiones antimotines dispersaron con gases pequeñas protestas de personas que colocaron barricadas de desechos en muchas esquinas. Uno de esos vehículos fue parcialmente incendiado con cócteles molotov lanzados en medio de la oscuridad, según videos de vecinos.
Acusaciones mutuas
La Fiscalía confirmó además el fallecimiento, en la noche del jueves, de un hombre en el popular barrio Petare, este de Caracas, según la alcaldía local ocurrida en una protesta, con lo que suman 20 las víctimas mortales desde que iniciaron las protestas el 1º de abril pasado. El gobierno y la oposición se responsabilizan mutuamente del desbordamiento de la violencia, que deja además cientos de detenidos y heridos. Según el gobierno, bandas armadas “contratadas por la oposición” atacaron el hospital materno infantil, pero sus adversarios sostienen que el desalojo se debió a los gases lanzados por la policía militarizada para controlar los disturbios.
“Responsabilizo de la violencia a la cúpula madurista, con sus esbirros, con sus grupos paramilitares. Ellos ordenaron una represión salvaje contra nuestro pueblo”, dijo el líder opositor Henrique Capriles Radonski. Por su parte, el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, acusó a “vándalos de la oposición”. Y Freddy Bernal, del gobernante partido socialista, señaló sobre los opositores: “Esos delincuentes quieren vender que Venezuela es un caos”.
Preocupación mundial
Los enfrentamientos y desórdenes ocurrieron en el marco de masivas protestas opositoras que exigen en Caracas y otras ciudades del país elecciones generales. La alta tensión en Venezuela despertó inquietud internacional.
Once naciones latinoamericanas, la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas pidieron al gobierno venezolano garantizar las protestas pacíficas.
Estados Unidos y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien tilda a Maduro de “dictador”, han lanzado duras advertencias al gobierno chavista, al que acusan de “represor”.
“La violencia en Venezuela es alentada por Almagro y los gobiernos alineados con planes intervencionistas del Departamento de Estado de Estados Unidos”, dijo por su parte la canciller Delcy Rodríguez sobre lo ocurrido.
La protesta sigue
Las protestas se desataron luego de que el máximo tribunal se adjudicara las funciones del Parlamento, único poder público controlado por la oposición. La presión internacional llevó a la anulación parcial de los fallos.
Maduro, cuyo mandato termina en 2019, asegura que la “derecha extremista venezolana” busca darle un golpe de Estado con el apoyo de Estados Unidos. Pero la oposición insiste en que quiere sacarlo del poder por la vía electoral. Las elecciones de gobernadores debieron realizarse en 2016, pero fueron suspendidas y aún no tienen fecha, las de alcaldes están pautadas para este año y las presidenciales para diciembre de 2018. Aunque Maduro dice estar ansioso por medirse en elecciones con la oposición, ha descartado un adelanto de las presidenciales y le pide a sus adversarios dialogar y abandonar “la agenda golpista”.
Según encuestas, siete de cada diez venezolanos reprueban al gobierno de Maduro, asfixiados por una severa escasez de alimentos y medicametos, y una inflación que el FMI estima en 720,5% este año, la más alta del mundo.