Las ventas de los comercios minoristas se desplomaron un 6,5 por ciento en febrero debido a que los consumidores se mostraron más cautos ante la alta inflación, una fuerte devaluación y un encarecimiento del financiamiento con tarjetas de crédito por el corrimiento de las tasas.
Febrero fue el segundo mes consecutivo en que las ventas cayeron, empujadas por un público que se mantiene muy cauto a la hora de concretar sus consumos y trata de enfocarse en comprar únicamente aquellos productos que son necesarios, indicó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).
“La caída en las ventas fue generalizada. No existió ningún rubro que haya podido escapar de la tendencia bajista del mes, pero pudo sentirse con más fuerza en productos como electrodomésticos, muebles, joyerías, librerías, e indumentaria”, señaló el informe.
La suspensión de las cuotas sin interés o los recortes de los plazos ofrecidos por la mayoría de los comercios fueron dos de los principales factores que incidieron en el comportamiento del consumo, básicamente porque el financiamiento con tarjeta hace tiempo que se convirtió en la principal modalidad de pago del mercado.
También cobró cierto efecto de compás de espera en muchas compras, ya que los consumidores están a la expectativa de que vuelvan las cuotas, o que se acomoden algunos precios que quedaron desfasados por los movimientos cambiarios de diciembre y enero.
Otro factor que comenzó a incidir en el freno del consumo del mes fue la pérdida de poder adquisitivo del ingreso de algunas familias por el notable avance de la inflación mientras los salarios aún no se actualizan.
Frente a ello, existieron comercios que decidieron agregar promociones, o poner a disposición del público productos alternativos de menor valor para sostener las ventas y el consumo.
Con el comportamiento de febrero, las ventas acumulan una caída promedio interanual del 5,2 por ciento en el primer bimestre del año.