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“Vera”, una inquietante y disidente película rosarina sobre el derecho al goce  

El film de la productora local Pez Cine, que transita su última semana de rodaje bajo las órdenes de Romina Tamburello y Federico Actis, se presentó este martes en el marco de una conferencia de prensa con la presencia del equipo de dirección e Inés Estévez y Luciana Grasso, sus protagonistas

La siempre fina y compleja línea que se establece a partir del vínculo entre madre e hija, atravesada por la cuestión de género, la aceptación del deseo en toda su diversidad y la búsqueda del placer como un derecho, son las temáticas que aparecen a primera vista en Vera, el primer largometraje de los directores rosarinos Federico Actis y Romina Tamburello (Los Teleféricos, Rabia), ganador de la 9ª Edición del Concurso para Desarrollo de Largometrajes Raymundo Gleyzer, que el martes al mediodía tuvo su presentación para medios locales en el marco de una conferencia de prensa, cuando transita su última semana de rodaje en la ciudad. La película, que se estrenará entrado el año próximo, cuenta con los protagónicos de las destacadas actrices porteñas Luciana Grasso e Inés Estévez junto a los locales Carlos Resta, Ofelia Castillo, Mariano Raymondi, Estefanía Nicoló y David Zoela, entre otros y otras.

El film, que cuenta con el Interés del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de la Argentina (Incaa) en la modalidad de Audiencia Media, además de los apoyos del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe y de la Secretaría de Cultura municipal, desanda la historia de Vera, una adolescente de 17 años que reparte sus días entre el vóley, el colegio y un pasatiempo secreto: subalquilar por unas horas un departamento vacío del que dispone de las llaves, equipado con bolsas de dormir para que otros adolescentes tengan sexo.

“Este es un proyecto que comenzó hace cinco años y que se interrumpió por la pandemia; hace tres semanas que estamos filmando en Rosario, nos queda esta semana para terminar, y más allá de los premios y el interés del Incaa, es un proyecto que cuenta con un muy fuerte apoyo del Gobierno de la provincia de Santa Fe además del municipio local”, dijo a modo de presentación y apertura de la charla Santiago King, integrante del staff de Pez Cine y productor ejecutivo de la película.

De esto sí se habla  

Vera es una película sobre el derecho al goce y también sobre los vínculos de familia entre una madre y una hija que se encuentran en sus sexualidades en diferentes edades. Vera tiene 17 años y Adriana, su mamá, tiene una inmobiliaria en su casa. Allí hay un departamento, el 3° B, que no se alquila. Entonces Vera roba las llaves de ese departamento y lo alquila para que otros adolescentes tengan sexo. Al principio lo hace por el dinero, pero después se da cuenta que lo que a ella le gusta es escuchar detrás de las puertas”, contó a su tiempo la actriz, dramaturga y directora de cine y teatro Romina Tamburello, quien agregó que de ese modo comienza un derrotero en la vida de estas dos mujeres, “donde deberán aceptar que cada una es un ser sexual y cruzar estas dos miradas generacionales; es un historia escrita por nosotros pero notablemente enriquecida por las actuaciones de estas enormes actrices”.

“Esta película plantea también la posibilidad del error; nadie a ninguna edad sabe cómo es el sexo, porque es algo distinto para todes. Y así como Vera, nuestra gran heroína, se anima a descubrir a los 17 años que lo que a ella le gusta es escuchar mucho más que estar, su madre también se anima a poder acompañarla”, completó Tamburello.

Por su parte, el codirector Federico Actis se explayó acerca del derrotero del film en estos años: “En este tiempo, cinco años, pasamos por una serie de clínicas en el Incaa, ensayos, diez versiones de guión y un enorme casting en Rosario para elegir actores y actrices por fuera de las protagonistas, además de la interrupción por la pandemia, porque íbamos a roda a comienzos del año pasado. Y finalmente llegar al rodaje: fueron tres semanas muy intensas y estamos transitando la última; digo intensas porque rodamos muchas escenas de sexo que no es algo común en el cine local. Fueron un gran desafío para dirigirlas al mismo tiempo que un gran desafío para las y los actores actuarlas, pero sobre todo estamos muy contentos por ser una de las dos películas que se rodaron este año en Rosario (la otra es Perros del viento, de Hugo Grosso) y sabemos que habrá otras el año próximo, también series. Más allá de que todavía falta, sentimos que hay algo de la industria audiovisual local que va creciendo poco a poco”.

Y respecto de la temática que transita Vera y de los vitales saltos al vacío que hay que enfrentar en la vida, Actis se explayó: “Es necesaria una gran valentía individual, que en este caso es la del personaje de Vera, paro encontrar lo que a uno realmente le gusta, lo que nos genera placer, o hablando de la vida sexo-afectiva, lo que nos genera goce; superar tabúes y cuestiones familiares siempre es un paso hacia adelante y quizás también un salto al vacío que en algunos momentos de la vida se vuelven algo imprescindible; eso es lo que cuenta esta película. De hecho, para mí como hombre, todo se volvió un gran aprendizaje desde que comenzamos a trabajarla con Romi, del mismo modo que sería imposible haber hecho esta película sin todos los aportes que Luciana e Inés acercaron cada día al rodaje o aparecieron en los ensayos; todo se fue construyendo, trazando desde un espacio colectivo de trabajo que es el otro gran salto que nos propuso Vera«.

Rosario en perspectiva  

Tanto Luciana Grasso, una de las actrices más destacadas de la escena porteña de su generación, como Inés Estévez, actriz, directora, cantante y escritora de una vastísima experiencia y trayectoria, elogiaron el buen desempeño del equipo local de Pez Cine y el valor de encarar un proyecto de estas características y temática, que asocia al film con el género conocido como «Coming of age», que muestra el crecimiento de un personaje asociado a descubrimientos de nuevas identidades sexuales,  en este caso, además, atravesado por la inmanencia de los feminismos.

“Me parece muy importante que las nuevas voces femeninas, en este caso las de la adolescencia, y la búsqueda del placer, estén contadas en el cine. Es un proyecto en el que nosotras, las actrices, venimos trabajando hace dos años; hubo mucho trabajo de lectura de guión que ahora se intensificó en el rodaje y escena a escena le fuimos descubriendo los matices”, contó Grasso.

“Estamos evaluando venirnos a vivir a Rosario”, dijo Estévez con humor. Y destacó: “No es habitual encontrarse con un equipo de gente joven que funcione a nivel profesional de una manera tan aceitada, yo diría perfecta, pero que al mismo tiempo, a nivel humano, sean tan cálidos y tan relajados, porque hay una gran conciliación entre relax y disciplina”.

Respecto de la temática de la película, la destacada actriz y cantante sumó: “Es muy destacable que todo esto de lo que hablamos en relación al goce, la sexualidad, la búsqueda del placer, eso que sigue siendo tabú y está tan vedado y a la vez sobredimensionado de la boca para afuera, pero puertas para adentro termina siendo un temón para todes, en la película, todo está enmarcado en un esquema familiar súper estándar y eso es lo genial de Vera; no se está hablando de gente rara sino de cosas nada raras pero escondidas que nos suceden a las personas en general. De este modo, se juegan los roles intervinculares; el rol del padre, el del jefe, el de la mujer del jefe, el rol de la madre. También, todo aquello que sucede cuando hay incomunicación y también, lo fáciles que parecen las cosas cuando se logran poner sobre la mesa, porque los conflictos se agigantan cuando se convierten en un secreto”.

Y completó: “Es genial que haya una directora mujer pero también es muy genial que haya varones que adhieren con tanta fluidez y naturalidad a las ideas que transita la película, y al mismo tiempo, con un gran conocimiento de ese mundo. Es un enfoque poco habitual, sobre todo porque estamos a las puertas de un momento histórico a nivel mundial, porque el feminismo no es algo que está en carpeta sino muy a la vista. Todo eso vuelve muy interesante lo que le pasa a esta madre, que debe enfrentar lo que ve como una dificultad en relación con lo que le pasa a su hija adolescente”.

Desde el feminismo

 

Tanto la obra teatral como la audiovisual de Romina Tamburello está fuertemente marcada por problemáticas que atañen a las mujeres a las que en estos últimos años sumó la de las agendas de género y feminismo, dado que además es una referente de ese colectivo en la ciudad, de proyección nacional.

“Algunas veces, como en este caso, me cuesta ver el límite entre lo propio y la creación de un personaje, en relación con la cuestión del feminismo. Pero acá, como en toda película, hay una opinión previa en relación con esta cuestión y en lo personal yo sentí un inmediato enamoramiento con lo que íbamos a contar y con el modo en el que lo íbamos a hacer; en este recorrido compartido llegamos a un acuerdo desde el trabajo que pasa por querer mostrar lo mismo”, evaluó Grasso.

Y sumó: “Hay mucho de lo propio porque además Romina ha puesto mucho de lo propio, de lo que ella ve y entiende de esta problemática; en ese sentido, más allá de las diferencias que yo como actriz pueda tener con el personaje hay una coincidencia absoluta con lo que se está contando, con querer contar a una protagonista mujer que se está formando, que puede decir las cosas que tiene ganas de decir, que puede experimentar”.

A su tiempo, Estévez aportó finalmente: “Yo agradezco porque este año me ha tocado hacer cuatro proyectos dirigidos por mujeres y no lo digo desde un lugar donde no me guste ser dirigida por hombres porque también me encanta. Pero me parece que empieza a aparecer la posibilidad de atravesar desde esta óptica conflictos o vivencias que me resultan más propios, que me resuenan más. El hecho de que este planteo venga en parte de una directora, desde lo fáctico, me resulta más fácil porque todo lo que se plantea me resuena, me resulta en cierta forma conocido y se vuelve algo celebratorio porque digo «por fin estamos hablando de estas cosas», porque son cosas de las que hablamos entre mujeres pero que no se ven en las pantallas, más allá de cómo vibre el personaje que nada tiene que ver conmigo y ese es el gran desafío de actuar, poder ser otres”.

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