El paro general de dos días se inició ayer en Chile con algunos disturbios en los que un policía resultó herido, otras diez personas sufrieron lesiones y hubo al menos 35 detenidos, según un balance provisional oficial. El gobierno de Sebastián Piñera consideró, no obstante las barricadas y los cortes de calles, que la jornada fue “normal”, lo que fue desmentido por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que convocó a la medida de fuerza. Hacia el final del día, la intendencia de Santiago de Chile autorizaba los recorridos para la segunda jornada de huelga.
El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, explicó que de los 11 heridos nueve son carabineros, incluido el cabo Néstor Quintriqueo, quien recibió un balazo en una mano en la zona norte de la ciudad y fue internado en el hospital de Carabineros, con diagnóstico reservado.
Desde las primeras horas de la mañana comenzaron a instalarse en distintos puntos de Santiago barricadas que complicaron el tránsito, pero muchas de ellas fueron despejadas por la fuerza por los carabineros.
El secretario general de Gobierno, Andrés Chadwick, precisó que pese a las barricadas y cortes de tránsito en algunos puntos de la capital la jornada se ha desarrollado con tranquilidad.
“Hemos tenido algunos pequeños focos barricadas pero no han sido de mayor magnitud, normalmente grupos de 10 o 15 jóvenes, pero han sido sofocadas rápidamente por la Policía”, enfatizó el portavoz de La Moneda.
En tanto, el presidente Piñera expresó: “Afortunadamente hasta ahora el país está funcionando con bastante normalidad”. Y añadió que la intención de la convocatoria de la central obrera “fue causarle daño a Chile, causarle daño a los chilenos”, y consideró que “es equivocado” el uso del paro.
Por su parte, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez, refutó al gobierno señalando que se han esforzado en “demostrar normalidad cuando en el fondo todo el país sabe que el país no está normal hoy día”.
Apuntó además que las barricadas son una respuesta popular a la agresión verbal que se recibió de parte de las autoridades, signada por descalificaciones e insultos.
Acusó además al ministro de Transporte, Pedro Errázuriz, de estar mintiéndole al país al sostener que el transporte está funcionando normalmente. “Hay muchos buses en paro”, aseguró Martínez.
La huelga fue convocada originalmente el pasado 1º de mayo por la central obrera en reclamo de cambios en legislación laboral, reforma tributaria y llamado a plebiscito para una nueva constitución, pero con la profundización del conflicto estudiantil, que comenzó hace tres meses, el clima de descontento motorizó la adhesión de otros sectores en pugna con el gobierno.
El enfrentamiento con los estudiantes secundarios y universitarios, que reclaman un sistema educativo gratuito y de mayor calidad, llevó al gobierno de Sebastián Piñera a los niveles más bajos de popularidad del año y medio que lleva de gestión, con una aprobación de menos de 30 por ciento. Casi un centenar de organizaciones sociales, entre estudiantiles, sindicales, gremiales, defensoras de derechos humanos y ecologistas participan de la huelga general con movilizaciones.
La intendencia de Santiago autorizó ayer cuatro recorridos para las marchas con las que hoy la CUT de Chile planea cerrar el paro de 48 horas y advirtió que cualquier otro trayecto obligará a actuar a los carabineros para mantener el orden. La intendenta, Cecilia Pérez, aseguró ayer que los trayectos fueron autorizados “en el mismo espíritu que ellos (la CUT) habían solicitado”, y resaltó que “cualquier otro recorrido sería una marcha no autorizada”.