Sólo bastaron dos días a puro diseño indumentario de autor, a través del programa “Por la calle”, para dar a conocer una actividad que genera formas nuevas de entender las vestimentas, el arte y la comunicación, y que cada vez tiene más protagonismo en el mundo del arte y la moda. Esta iniciativa, que se realizó por cuarta vez en la ciudad y que está organizada por el Observatorio de Tendencias del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) y la fundación Pro-tejer, transformó a Rosario en un pequeño circuito en el que los personajes fueron los locales rosarinos que todos los días abren sus puertas al diseño independiente de la ciudad, los propios diseñadores y las originales actividades que cada comercio organizó para los días del encuentro.
«Por la calle» es un acontecimiento de difusión de diseño para generar nuevos públicos en cada ciudad, en cada circuito de diseño”, explicó Laureano Mon, integrante del grupo de Inti Textiles y licenciado en Ciencia Política. “Es una propuesta de recorridos por circuitos urbanos donde el diseño textil y de indumentaria está presente, aprendiendo a mirar y descubrir las claves de la identidad del diseño en la Argentina”, agregó.
Los recorridos fueron pensados de manera autoguiada, por lo que el público armó su propio itinerario, ayudado por un mapa y las referencias de los diseñadores. Además, cada local fue señalado con globos amarillos para facilitar su localización y, por qué no, llamar la atención de los transeúntes. La tienda “Si supieras vida mía”, de Córdoba 1773, eligió transformar su vidriera en un teatro. “Se mostraron las prendas de los diseños Quier, prendas que son varias a la vez, por lo que cuatro actrices, coordinadas por el director de La Comedia, Diego Ullúa, jugaron con esa vestimenta”, contó Eileen Cowes, dueña del local. Promociones, vidrieras vivientes, intervenciones callejeras, música en vivo, talleres, recorridos en bicicleta, cafecitos y vinitos, junto a la posibilidad de conocer a muchos diseñadores, fueron los ejes de la cuarta edición rosarina del circuito de diseño de Rosario.
Esta peculiar actividad surgió como correlato de una investigación que el Inti realizó hace varios años llamada Mapa de Diseño Argentino. “A partir de ese trabajo, que tuvo el propósito de investigar el diseño a lo largo del país, descubrimos que detrás de cada prenda hay una gran historia que la gente debería conocer”, relató Mon. Y agregó: “Una historia importante para la cultura e industria local, y para la ciudad en sí”.
En Rosario, estas historias se encuentran en diversos locales que se dedican exclusivamente al diseño independiente. Estos negocios suelen ser diferentes al resto de los que venden ropa, estableciendo un compromiso con el arte local y diferentes campañas, ayudados por “la vidriera”, que permite promocionar todo tipo de actividades. Así es como la tienda “Si supieras vida mía” trabaja con campañas contra el VIH o el cáncer de mama, o brinda su espacio para talleres literarios; y “La Virino”, que está en el Pasaje Pan (Córdoba 954), suele abrir sus vidrieras y su espacio en el pasaje a múltiples performances artísticas de todo tipo.
Ahora bien, ¿por qué el diseño independiente? ¿Qué significan estas vestimentas? El denominador común que encuentran las diseñadoras es la necesidad de la comunicación, ya sea por parte de ellas como del consumidor. Débora, dueña de la marca “Pequeños Trazos”, cuenta que para ella, el diseño y la vestimenta “es un lenguaje propio y su forma de transmitirlo”. “Creo que es un diálogo, así como yo pongo mi carga en esa prenda, la gente la lleva e insconcientemente muestra lo que interesa y quiere decir”, expresó.
Lucrecia Sonnet, cuya marca lleva su nombre, fue más allá, y definió a la ropa de diseño propio como una forma de liberación. “La gente se siente uniformada, y ésta termina siendo una manera de ser diferente, destacarse y sentirse especial”, sostuvo. Todo parte de eso: de que la gente trata de ser diferente, busca algo distinto y de que se le puede mostrar al consumidor que puede elegir algo que va más allá del mercado industrial. “Nos buscan, no nos queremos imponer”, aclararon todas las diseñadoras. Y a diferencia de lo que se pueda suponer, el trabajo de diseño por autor demanda unión, tarea colectiva. “Para entablar relaciones comerciales, o de nuevas formas de venta, para lo que sea; vamos todas por el mismo camino y de la misma forma, complementándonos no compitiendo”, coincidieron.
Para las diseñadoras locales que tuvieron lugar en este encuentro, el reconocimiento del Inti no tiene mucha descripción: “palabras mayores”, fue lo único que lograron responder cuando se les preguntó al respecto. “La gente agarra el folleto y no lo tira”, destacaron, un rato después. Y agregaron: “Entonces, aunque no entren ahora, en algún momento pueden tener curiosidad, entrar y ver lo que hacemos”.
Así, el reconocimiento de las instituciones nacionales significa ser reconocidas como el “pedacito en la industria nacional” que realmente son. Más allá de lo que puedan aportar a la economía argentina, hacen hincapié: “Nuestra ropa, que la hicimos remando un montón, tiene mucho del país, de nuestra mirada, de lo nacional”.