Hace 15 años que Daniel Britos, Raimundo Villagra, Roberto Sosa, Eleuterio Cardozo, Oscar Cabral y Baciliano Cháves salen de lunes a viernes con un camión a repartir un plato de comida caliente a quienes están en situación de calle. Saben del hambre. Saben de dormir tiritando de frío. Saben de zambullirse en una trinchera en pleno bombardeo inglés y buscar comida con el riesgo a morir. Saben del olvido. Los ex combatientes de la Guerra de Malvinas de Rosario reparten más de 350 raciones por la ciudad. Lo hacen entre mayo y septiembre, pero este año es distinto: las necesidades más básicas y fundamentales están negadas a cada vez más personas a cuenta de la crisis económica.
Cuando cae la tarde en un galpón de Cafferata y Avenida del Rosario, los veteranos de guerra le ponen amor a las cacerolas. El ruido de las ollas donde cocinan no tapa a Britos que cuenta: “Hacemos de todo un poco: guiso de fideos, arroz amarillo, y lentejas, entre otros viandas”.
Los ex combatientes de Malvinas en Rosario tienen el apoyo de la Municipalidad que cubre el total de los alimentos. También les pagan el combustible para el camión Mercedes Benz 608 modelo 1983 que había sido donado por el Correo Argentino.
Arriba
El recorrido comienza a las 19.30 en 1° de Mayo y Rioja y termina alrededor de las 22 en Mendoza y Avellaneda. En el camino paran y les da un plato de telgopor con cubiertos descartables y pan a más de 350 personas por noche para que puedan cenar. Paran en la plaza Sarmiento, la Montenegro, la San Martín, la ex Maternidad Martín, en Pellegrini y Colón y después toman bulevar Oroño. Van hasta Santa Fe y de ahí en la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno (Santa Fe y Cafferata). Es uno de los lugares donde se concentra la mayor cantidad de gente en situación de calle. Una larga fila ya está hecha para recibir el plato de comida antes de que llegue el camión de los ex combatientes. El circuito termina en Avellaneda y Mendoza.
Según cuenta Britos, ya conocen a la mayoría de las personas que están sin techo, pero este año notaron más caras nuevas. “Hay más demanda que en años anteriores. Son alrededor de 150 personas más. Mujeres con chiquitos, otros que se quedaron sin trabajo y tal vez tienen donde dormir pero no para comer”, explica y agrega: “Otros tantos cuidan autos por calle Pellegrini. Hay familias enteras viviendo en la calle. Nos da mucha pena ver a los chiquitos. ¿Qué futuro tienen?”
Para Britos, la demanda de comida es más alta que en años anteriores y que la situación económica del país se torna cada vez más difícil. “La gente tiene mucha necesidad. Muchos dejaron de tener ingresos o ya no les alcanza. Vienen a buscar un plato de comida caliente”, señala el veterano.
A este grupo de ex combatientes no les alcanzó con pelear en Malvinas y haber dado la vida por un país que muchas veces los olvida. Por eso hoy recorren las calles de Rosario: para que los sin techo tengan un plato de comida. Le hacen frente a la la indiferencia.
Un bar céntrico entrega comida a personas que están en situación de calle