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Vía navegable Paraná-Paraguay: las cargas son de nosotros, las ganancias son ajenas…

La concesión extranjerizante de la Hidrovía se inició con visibles ventajas para las empresas Jan de Nul y Emepa y notorias desventajas para el país

*Por Feliciano Ramos y Luciano Orellano

Al momento de escribir esta nota, se conoce que el Ministerio de Transporte se encamina a otorgar a Jan de Nul (ahora reconvertida en Sudamericana SA) la llamada «licitación corta» que por 180 días le otorgará el dragado del canal de navegación troncal del Paraná, dejándola en mejores condiciones para la compulsa internacional, la «licitación larga» que volverá a dejar en manos extranjeras nuestro río.

Como ya lo hemos denunciado, salen por una puerta y entran por la ventana. Derogar el decreto 949/20 sigue siendo la única opción frente a estas maniobras que sólo avizoran remachar el camino de entrega que iniciara Menem en los 90 con la era de las privatizaciones.

Deuda y soberanía nacional.

Así, tan ligeramente, sin una investigación y desconociendo la ilegitimidad de cómo, para quiénes, y para qué fue contraída la deuda con el FMI, el gobierno nacional pretende sujetarnos a un convenio de pago que traerá más ajuste y más sinsabores al pueblo argentino. Más allá del daño colateral, ya que el FMI va a dictar, presionar, digitar la política económica argentina, sin que nadie en el país haya elegido al fondo para que nos gobierne.

Exigirán que siga el sangrado y el saqueo, que vienen haciendo por décadas las multinacionales a través de sus puertos y con su dragado en nuestro río Paraná, cada vez más agredido.

El  ajuste es siempre dirigido al pueblo argentino, que trabaja todos los días para subsistir, y seguirán beneficiándose los pocos clanes inmensamente ricos y las multinacionales que saquean al país, como con la mega mentira llamada “hidrovía”.

Si consideramos al nuevo impuesto a la transferencia gratuita de inmuebles como sucesiones, en un país con más de 120.000 muertos por Covid 19 desde que se inició la pandemia (siendo la más vulnerablela gente de mayor edad, que supuestamente tiene propiedades), este es un gran impuestazo que alcanzará a los más jóvenes, quienes muchos actualmente viven en las propiedades en cuestión, porque en Argentina no hay forma de acceder a la vivienda por más que trabajes y tengas un buen sueldo.

Recientemente, también se dispuso que si comprás un auto de más de $ 2.500.000 pagás un impuesto al lujo, lo cual comprende a la mayoría de los 0km. Por otra parte, más de la mitad del valor de un auto nuevo está formado por impuestos; entonces pagamos impuestos por pagar impuestos.

Otro inconveniente agregado es que los argentinos vamos a ser investigados por compras con tarjeta de débito que superen los $30.000. ¿Será un impuesto al carrito lleno?; si llenamos el carrito en el supermercado seguro supera ampliamente dicha suma.

Recordemos, además, al más injusto: el impuesto a las ganancias, que absurdamente se aplica a los salarios, se renueva con la inflación, y hace que a los trabajadores no les convenga hacer horas extras porque ese esfuerzo se lo lleva el fisco.

Todas estas sumas de impuestos nuevos, sumados a los viejos y a los impuestos ya impuestos,son una carga que los que vivimos y trabajamos en el país debemos soportar. No es así para las multinacionales.

Hoy, una terminal portuaria multinacional paga menos impuestos que un quiosquero; un buque de ultramar no paga un centavo por traer o llevar sus bodegas llenas del país, y son varios miles de ellos los que operan en carga y descarga en Argentina. Las flotas fluviales extranjeras (paraguaya, boliviana, uruguaya) que navegan, cargan y descargan en aguas  y en los puertos de nuestro país, no pagan un solo peso por los ingresos que generan en él. El dragado extranjero tampoco paga impuestos.

Parece que en Argentina hay impuestos para los propios y pingües ganancias libres para los extranjeros. Cargas para los propios… ¡ventajas para los ajenos!

Y no solo en impuestos, sino también en el control. Los argentinos que trabajamos y nos movemos legalmente en este país sufrimos el asedio, tenemos múltiples controles. Nuestros comerciantes  están perseguidos por los gastos, además del alquiler del local, los impuestos y controles son moneda corriente en nuestra patria. Si tenés un auto y salís a la ruta te van a parar por documentación, VTV, luces, etc., mientras los camiones que circulan (algunos tal vez con contrabando de soja, como ya ocurrió) pasan sin que nadie los controle y tampoco vas a encontrar balanzas controlando el sobrepeso de la carga (pese a que las rutas están rotas por la sobrecarga de estos).

Pero no vayan a creer que el grueso del contrabando de soja viaja por camiones… El grueso del contrabando de soja “navega”…

Los controles a las multinacionales no existen, no se controla a las terminales portuarias de ninguna manera, solo se les pide una declaración de lo que calculan que deben pagar de impuestos y ¡siempre les creemos! Tampoco controlamos qué traen o qué llevan los buques de ultramar ni los barcos mercantes fluviales extranjeros y mucho menos el dragado extranjero. Todo está bien si lo hacen “los de afuera”.

Esta realidad de lo que viene sucediendo es como una pesadilla interminable de la que nunca despertamos.

Estamos haciendo “ruido” en defensa de la recuperación del río Paraná para los argentinos. Gracias a ese “ruido” hoy Argentina cobra el peaje de los buques que transportan las exportaciones, porque hasta hace muy poco tiempo, y por años y años, lo cobraba la empresa belga Jan de Nul.

La concesión extranjerizante se inició con visibles ventajas para las empresas JDN y Emepa y notorias desventajas para el país. Para poder cuantificar esto basta solo citar otra fuente, por ejemplo el Congreso Nacional:

https://www.diputados.gob.ar/proyectos/proyecto.jsp?exp=5275-D-2010

“Desde su origen hasta la actualidad la concesión de la hidrovía Paraná Paraguay ha estado plagada de irregularidades. Su concesión no fue diferente a las que se realizaron en otras áreas durante la misma década, donde primó el criterio de favorecer a grupos económicos probados en desmedro de la sociedad en su conjunto, que debió hacerse cargo de los costos que aquellos no querían absorber: se privatizaron las ganancias y se estatizaron los costos. A continuación desarrollamos un breve repaso de las irregularidades más destacadas denunciadas por los Diputados en su oportunidad.”

 

  1. a) Marco Contractual Inicial

“el concesionario recibió un aporte compensatorio por el tráfico que se desvía por el canal Martín García, ello no obstante los derechos monopólicos con que cuenta el concesionario de la hidrovía. Así esta compensación se convirtió en un subsidio adicional al establecido en el contrato original.

La concesión contempló, en un principio, aportes financieros del Estado Nacional por un valor de U$S 271.200.000. Posteriormente, por resolución del Ministerio (1993) de Economía, se adicionó a dicho aporte la suma de U$S 133.800.00, elevando el total de subsidio a U$S 405.000.000.

  1. b) Modificaciones del pliego a los dos años de iniciada la concesión (1997)

A los dos años de iniciada la concesión se introdujeron importantes modificaciones en el marco contractual, todas ellas beneficiosas para el concesionario.

– Extensión del plazo de la concesión de 10 a 18 años (otorgada siete años antes de la finalización del período de concesión original, contradiciendo lo establecido en el pliego que indicaba renovaciones una vez finalizada la concesión en curso).

Continuación del monto del subsidio de 40.000.000 de pesos anuales. Sin que la empresa se haya comprometido a realizar inversiones de envergadura.

– Ampliación del objeto del contrato. Se entregó el tramo Km 205,3 – Km 239,1 del canal Punta Indio para dragado y señalización, entre otras ampliaciones, justificado para saldar una deuda que la empresa había contraído con el Estado.

– Modificación de la metodología del cálculo para la fijación de las tarifas.

La aplicación de esta nueva metodología para el cálculo de las tarifas originó su aumento respecto de la prevista en el contrato original de concesión. Esta modificación violó el Art.19 del Pliego. De haberse mantenido la ecuación económica financiera del contrato original, nunca podría haber ocurrido un aumento en el peaje como ocurrió.

  1. c) Modificación del pliego siete años después de iniciada la concesión (2002)

– Dolarización de los subsidios. Se infringió la Ley de Emergencia Económica 25.561, cuyo artículo 8 establece la pesificación de todos los contratos de obras y servicios públicos. Según AGN la decisión de transformar el monto de los subsidios de 40 millones de pesos anuales a 40 millones de dólares, junto con la dolarización de las tarifas, implicó que en términos del contrato original se lleguen a triplicar en pesos los ingresos que recibe el concesionario.

– Excepción del pago del IVA sobre el monto del subsidio que recibe la empresa HIDROVIA de parte del Estado.

  1. d) Prórroga de los beneficios para el concesionario (2003)

Las principales irregularidades:

– La empresa no contaba con el patrimonio neto mínimo exigido en el pliego. Incumplimiento del Consorcio: EMEPA, la socia argentina, no contaba con el patrimonio neto mínimo exigido por el pliego,

– Falta de relevamiento de la vía navegable. En el pliego se establecía que el criterio para la aprobación de la propuesta técnica estaría basado en la calificación de dos rubros principales: un estudio hidrográfico con antigüedad menor a dos años a la fecha de licitación, y mediciones y datos propios para la verificación y/o hidrosedimentológicos. A pesar de que la empresa no realizó el relevamiento se le otorgó un puntaje superior al que le correspondía.

– Estado del material a entregar por el Estado. En el pliego se estableció: “Los adquirientes del pliego podrán inspeccionar, antes de la fecha de la presentación de ofertas, la totalidad de los equipos, repuestos e instalaciones en tierra que aportará el concedente, por cuyo uso podrá optar el oferente en la presente licitación.”

¡Se privatizaron las ganancias y se estatizaron los costos! El río Paraná bajo el mega negocio llamado “hidrovía” se extranjerizó, ya no es nuestro. La explotación y las ganancias son de los extranjeros, solo es nuestro a la hora de pagar el dragado para que terminales portuarias extranjeras y el dragado extranjero sigan su mega negocio con sus mega ganancias.

Hoy en nuestro país continúa el mismo sistema: los argentinos somos los que pagamos el costo mediante impuestos para que siga el saqueo de nuestras riquezas y continúa el sangrado de la Argentina por el río Paraná. Todo este sistema perverso que ningún gobierno se atreve a cuestionar, merece la valentía de ser cambiado.

El pueblo argentino debe saber que el río Paraná es la llave y la puerta del desarrollo y crecimiento argentino, o de su empobrecimiento.

El dragado de los ríos Paraná, Paraguay, Uruguay y Río de la Plata por medio del Estado a través de la Dirección Nacional de Vías Navegables es posible y es más barato, no nos dejemos engañar. Es además una oportunidad para, junto a una flota mercante nacional, crear puestos de trabajo. La última flota argentina, la flota de dragado y balizamiento del Estado está flotando y es posible volver a ocupar el lugar del que fue desplazada, aunque sea ignorada y ocultada.

Nuestro país no es pobre, no somos pobres, “nos hacen pobres” en un terruño riquísimo, rebosante  de riquezas y de bellezas naturales, lo que explica qué hacen por décadas las empresas multinacionales de países que son potencias en el negocio de las exportaciones nacionales, como las mega minerías saqueando por decenas de años nuestras riquezas y ganando miles de millones de dólares que no quedan en el país.

En esta Argentina solo queda la pobreza de nuestra gente que crece cada día.

Esta es una nación rica que ha extranjerizando las ganancias y ha estatizado los costos, transfiriéndolos a la población en más y más impuestos, cada vez más acorralada  por estos.

Ya sea por el cambio de rumbo de los gobernantes o por la presión que ejercerá sobre los mismos el pueblo democráticamente manifestado, Argentina no tiene otro camino que abrir esa puerta que la conducirá a volver a ser la nación rica y desarrollada que alguna vez fue.

Ese es el camino que nos va marcando el pueblo, a través de la defensa de sus bellezas naturales, y la recuperación soberana del río Paraná. Recuperar lo nuestro y volver a hacerlo por nosotrosmismos, con nuestras manos y nuestra capacidad, que son nuestras enormes reservas, sin dependencia de los extranjeros para las tareas que nos son propiasy poner de pie a nuestra patria,  donde no solo los costos serán nuestros sino fundamentalmente ¡las ganancias!

https://www.diputados.gob.ar/proyectos/proyecto.jsp?exp=5275-D-2010

*Feliciano Ramos (Capitán Fluvial Dragador). Luciano Orellano (Foro por la recuperación del Paraná)

 

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