Esta semana la Comisión legislativa de Seguimiento de Vicentin volvió a reunirse y sus integrantes manifestaron una profunda preocupación por la decisión del juez Fabián Lorenizini de extender el plazo hasta el 30 de junio para que la concursada logre validar su última oferta.
Por otra parte, acreedores advirtieron sobre una maniobra que puede configurar un importante delito. Vicentin pretende desprenderse del porcentaje que le queda de la planta Renova y transferirla a Viterra, su socia estratégica.
Por un lado los legisladores insistieron con su reclamo para que el estado nacional y provincial intervenga a fines de evitar que este proceso termine en la quiebra y la desidia para los trabajadores.
Por otra parte, también advirtieron por la situación que afecta a Viterra, empresa que se encuentra operando en la planta de Renova, embargada en la causa penal y que por ende, según los diputados provinciales no debería estar en funcionamiento.
Respecto a esto último también viene advirtiendo Gustavo Feldman, abogado de uno de los grupos acreedores más importantes. Anticipó que Vicentin pretende desprenderse del porcentaje que le queda de Renova para transferirlo a Viterra. Una manobra ilegal por donde se la mire y que constituye un delito por el embargo que pesa sobre Renova.
Diputados en alerta
Luego de la reunión de la Comisión de Seguimiento que tuvo lugar esta semana, dos de sus integrantes manifestaron a la prensa que existe gran preocupación por las concesiones otorgadas por el juez del concurso y por el futuro de los puestos laborales.
“A nosotros nos provoca cierto rechazo esta actitud tomada por el juez. Es la tercera prórroga que se da y se otorga sobre la base de la propuesta que habian pensado inicialmente que fue la que él mismo rechazó”, deslizó el justicialista Luis Rubeo.
Respecto al impacto que genera este escenario en el futuro de los trabajadores, consideró: “No saben qué va a pasar con su destino porque, lamentablemente como muchas veces hemos dicho, esto termina en el peor escenario que es la quiebra”.
En paralelo visibilizó la preocupación que existe respecto a la situación de acreedores, testigos de un proceso que se sigue dilatando y que genera una licuación de la deuda inicial. “Sobre todo los más pequeños son los más perjudicados”, sentenció Rubeo.
Por su parte, Carlos Del Frade hizo una mención en particular a lo que ocurre con Viterra (ex Glencore), la principal socia extranjera de Vicentin que hoy está operando en Renova, la principal planta exportadora de granos del país, por delante de Cargill, Cofco y Molinos Agro.
Consideró “absolutamente ilegal” la operatoria de Viterra, ya que en este momento pesan embargos sobre Renova, y agregó: “La producción argentina está en manos extranjeras y para colmo, la principal exportadora, la continuadora de Vicentin, está haciendo todo esto burlándose de la ley argentina, es una violación sistemática a la soberanía”.
En este contexto, el referente del Frente Social y Popular insistió con que es necesario que los gobiernos nacionales y provinciales intervengan de alguna manera para evitar lo que está sucediendo. “Si no quieren un estallido social se tienen que volver a meter en el tema”, concluyó Del Frade.
Tomala vos, dámela a mí
El abogado penalista Gustavo Feldman, representante del Grupo Grassi, uno de los principales acreedores del concurso, advirtió en los últimos días sobre una maniobra que pretende llevar adelante Vicentin en conjunto con su socia estratégica Viterra.
Tiene que ver con una transferencia del porcentaje que todavía posee de Renova. De esa manera la ex Glencore se estaría quedando con la totalidad de la exportadora de granos más importante del país. El problema es que ese porcentaje se encuentra interdictado por la justicia, y de concretarse el pase de manos estarían incurriendo en un delito penal.
Para el letrado, además de la comisión de un delito, la maniobra estaría ayudando a licuar un poco más el patrimonio que le queda a Vicentin como respaldo para afrontar los compromisos con sus acreedores.
Originalmente Renova estaba conformada en tres partes iguales (Vicentin, Molinos y Viterra, ex Glencore). Molinos vendió su parte a Vicentin y Viterra, 50% para cada uno. Cuando empieza la debacle de Vicentin, Viterra le compra la parte que la defaulteada le había comprado a molinos. Pero como si eso no fuera suficiente, ahora Viterra quiere quedarse con el resto, en manos de Vicentin por ahora.
Pero Feldman fue más allá y además del planteo inicial por la posible maniobra, consideró que de concretarse, implicaría también una violación a la Ley de Defensa a la Competencia. De hecho formalizaron una presentación ante la Comisión correspondiente, explicando que la transferencia de ese porcentaje a Viterra, conformaría la consolidación de una posición dominante.
Se trataría nada menos que de la liquidación de activos que le quedan a Vicentin en favor de otras empresas que dominan el sector, y provocando a la vez una profundización de la concentración empresaria en el mercado alimenticio.