Patricia Isasa, ex detenida desaparecida durante la última dictadura cívico militar, aseguró este viernes que el actual presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, «protegió» a su secuestrador cuando se desempeñaba como intendente de la ciudad de Santa Fe entre 1995 y 1999 y por ese motivo presentó un nuevo pedido de juicio político al titular del máximo tribunal.
«No sólo no hizo nada sino que encubrió al secuestrador porque lo mantuvo en el cargo. Se trata de Eduardo Alberto Ramos Campagnolo, quien trabajó en la Secretaría de Cultura de la Municipalidad cuando Rosatti era intendente», contó Isasa en declaraciones a Radio 10.
La víctima y militante de organismos de derechos humanos presentó un nuevo pedido de juicio político contra Rosatti por haber brindado cobertura al represor.
Isasa contó que tuvo una audiencia con el entonces jefe comunal de la capital santafesina, en la cual le dio toda la información sobre la participación de Ramos Campagnolo en la represión ilegal.
«En ese momento Rosatti, con cara de nada, me dijo, «bueno, vamos a ver». Es decir, la nada misma. Finalmente, me preguntó algo que no entendí. Quería saber si yo tenía trabajo. Años después me dijeron, te habrá querido sobornar con un cargo. Ni siquiera abrió un sumario», contó la denunciante.
«Ramos Campagnolo, quien me secuestró el 30 de julio del 76, cuando tenía 16 años. Me torturó y violó a cara descubierta. Fui liberada luego de dos años y medio. En 1997, ya con 37 años, vuelvo a Santa Fe y me dicen que mi secuestrador estaba trabajando en la Municipalidad haciendo de matón», reseñó.
Y agregó: «Entonces, me pareció correcto entrevistarme con Rosatti y contarle la situación. Pensé que cuando se enterara lo iba a despedir, pero no fue así».
Isasa contó que le dijo a Rosatti que Ramos «tuvo una participación tremendamente activa entre 1976 y fines del 1977 en la represión ilegal».
En paralelo a su rol en el terrorismo de Estado, Ramos Campagnolo organizó una bandita de policías que cometía robos. Había sido condenado a 16 años de prisión con reclusión por tiempo indeterminado en suspenso por única vez».
«La reunión con Rosatti fue en la primera quincena de febrero de 1997. Consta en los registros de la Municipalidad, Le dije que tenía empleada a una persona que no podía trabajar en el sector público. No poseía idoneidad en el cargo y ni siquiera había terminado el ciclo primario de escolaridad», enumeró.
Isasa definió a su torturador como «un depredador que la arrancó de su casa y de una vida normal», relató.
«A Rosatti también le conté que había rumores de que Ramos era un matón, El tipo manoseaba a las compañeras de trabajo, que se quejaban de que era un degenerado». Sin embargo, la denunciante insistió en que el actual presidente de la Corte la miró «sin sentimientos», y lamentó que «alguien así, sea presidente de la Corte y del Consejo de la Magistratura».
Isasa indicó que por la vigencia de las leyes de Punto Final, Obediencia Debida y los indultos presidenciales de Carlos Menem presentó en 1998 una denuncia contra Ramos Campagnolo en España, desde donde se pidió su captura por delitos de lesa humanidad.
«Al día de hoy me pregunto qué sabe Ramos Campagnolo sobre Rosatti y esta pregunta la mantengo al día de hoy», afirmó.
Luego, relató que «en el 2001 el juez federal Gabriel Cavallo lo detiene al cursar el pedido de extradición. Seguía trabajando en la Municipalidad. Lo liberaron y siguió en la Municipalidad. Lo echaron en 2005», señaló.
En tanto, Isasa añadió que por este motivo, «no me sorprendió que Rosatti haya sido ingresado a la Corte por un decreto de (Mauricio) Macri».
«No me sorprendió que durante su permanencia en la Corte se haya dictado el fallo del 2×1 que le daba impunidad a un genocida. Tampoco me llamó la atención esto de que tenga un ladero como Silvio Robles», puntualizó.