La Agencia de Administración de Bienes del Estado (Aabe) asumió la custodia de tres talleres clandestinos del Bajo Flores que, a instancias del Consejo Federal para la Lucha contra la Trata y explotación sexual y laboral, serán subastados para afrontar compensaciones dispuestas por la Justicia para víctimas de diversas causas, se informó este viernes.
En los inmuebles que serán subastados por la Aabe, se sometía a 34 hombres y mujeres con su hijos, todos menores de edad, a trabajar y vivir en condiciones de hacinamiento durante jornadas de 17 horas de trabajo.
“Los talleres, que se encontraban ubicados en Cajaravilla 4675 y 4726 de la ciudad de Buenos Aires, eran espacios reducidos con varias camas por habitación y se encontraban en condiciones muy precarias y sin condiciones mínimas de limpieza”, reportó Aabe a través de un comunicado.
“La operatoria de la organización consistía en explotar en talleres clandestinos a trabajadores de origen boliviano, para luego comercializar las prendas en locales de la calle bajo las marcas LeOt y AlicarKidsFashion”, agregaron desde el organismo del Estado.
El reporte describe que “los trabajadores eran encerrados en habitaciones por largas jornadas, recibiendo una sola comida diaria y amenazados por sus jefes para terminar con las producciones establecidas”.
En los talleres se realizaba trabajo esclavo porque no se les permitía salir ni los sábados ni los domingos; no tenían descanso y trabajaban todos los días.
Además, ambos domicilios contaban con rejas en todas las puertas y aberturas, asegurando que los trabajadores no pudieran salir de los inmuebles.
La causa tramita ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 2, a cargo de Carlos D’Elía. Las actuaciones se iniciaron a raíz de la denuncia presentada por Marcelo Colombo, titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
La Justicia pudo probar que en ambos inmuebles porteños funcionaban dos talleres textiles en los que personas de nacionalidad boliviana eran explotados laboralmente por Kjara Moisés Aliaga y sus hijos Edwin Manuel Aliaga Carlo, Paola Ximena Aliaga Carlo, Oscar Emanuel Aliaga Carlo y Olivia Leonor Aliaga Carlo, quienes, actualmente, se encuentran procesados en la causa y con prisión preventiva.
Engañados desde el primer día
La Aabe reseñó que “las familias eran traídas por el clan Aliaga desde Bolivia con la promesa de trabajar en un taller textil realizando tareas de costura por una remuneración mensual de 400 dólares. Si bien no se les informaba la carga horaria laboral, ni dónde se ubicaba el taller, se les prometía aprender un oficio distinto al de trabajar en la tierra, donde trabajarían cómodos y obtendrían una ganancia anual de 10.000 dólares para luego volver a su país de origen”.
Una vez en Argentina nada coincidía con la promesa original, y se los llevaba a los talleres de donde no podían salir, excepto con acompañamiento de algún integrante de la familia Aliaga, quienes los llevaban a un locutorio y “les hacían decirles a sus familias que se encontraban bien trabajando en Argentina”, indicaron.
“Vamos a proceder a la subasta de estos inmuebles y lo recaudado irá a las víctimas que recibirán una indemnización por haber sido reducidos a la esclavitud”, aseguró el director de Asuntos Contenciosos de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, Marcelo Cippitelli.