Victoria Villarruel, la candidata a vicepresidenta de la Libertad Avanza, mostró su rostro por primera vez en la campaña que busca llevar a Javier Milei a la presidencia en un acto que celebró este lunes en la Legislatura porteña, en el que cual homenajeó a las víctimas del “terrorismo”. Ya no se trata de imponer nuevamente la teoría de los dos demonios, es un paso más adelante. Es la reivindicación de la dictadura, de los genocidas y la necesidad de igualar a los asesinatos que cometió el Estado con los que cometieron grupos armados. En su discurso habló de los derechos humanos y de la responsabilidad del Estado en esas muertes, a las que según dijo trataron de desaparecer de la memoria colectiva. Habló de marxistas, de comunistas, y si bien sólo fue acompañada por un pequeño grupo de seguidores, manifestantes de izquierda se montaron en la puerta de la Legislatura para protestar. Villarruel transita un camino claro que podría buscar el indulto de los genocidas. Es extraño que los conejos que salen de la galera de la Libertad Avanza son diversos, pero algunos más peligrosos que otros, si se tiene en cuentas que Milei piensa confiarle a Villarruel el área de seguridad y fuerzas armadas. La diputada es fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV) es «negacionista» de la dictadura y no reconoce el terrorismo de Estado sucedido entre 1976 y 1983. Además, su vinculación con los militares de la última dictadura no es nueva. Organizaba visitas de estudiantes a la casa del genocida Jorge Rafael Videla, su nombre aparecía en anotaciones del genocida Miguel Etchecolaz y su relación con otros genocidas acusados de violar mujeres detenidas y robar bebés, entre otras cuestiones. La diputada de apoderó de términos como verdad y memoria, y mezcló a los muertos en manos de organizaciones guerrilleras con los muertos de la Amia y la Embajada de Israel.
Cosa juzgada
Mientras Villarruel avanza, la jueza federal María Servini reiteró que el atentado al comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal el 2 de julio de 1976 atribuido a la organización Montoneros, no puede considerarse delito de lesa humanidad. Según publica Data Clave, en junio pasado la Cámara Federal porteña le ordenó a Servini volver a analizar el tema, a pedido de un grupo de querellantes que se presentó en 2021, informaron fuentes judiciales. Servini rechazó por segunda vez reabrir la causa, en una decisión que ya fue apelada ante la Cámara Federal porteña.
La jueza ratificó que es «cosa juzgada» por jurisprudencia de tribunales superiores la decisión de no considerar de lesa humanidad a los hechos del 2 de julio de 1976, que se consideran prescriptos. El 10 de julio de 2012, la Corte Suprema de Justicia de la Nación había ya rechazado por «inadmisible» un recurso extraordinario contra un fallo que sobreseyó por prescripción a siete acusados. Servini reiteró ahora que es «cosa juzgada» y que la discusión «acerca de la calificación de los delitos investigados se encuentra agotada», en sintonía con un dictamen fiscal que también rechazó reabrir la investigación.
Marcha
En medio de un fuerte operativo de seguridad, dirigentes e integrantes de organizaciones de derechos humanos y de partidos de izquierda se manifestaron en los alrededores de la Legislatura porteña en rechazo al acto que encabezaba Villarruel, en homenaje a las víctimas de ataques perpetrados por agrupaciones guerrilleras como Montoneros y el ERP.
Los manifestantes acusaron a la diputada y fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV) de «negacionista» de la dictadura y de no reconocer el terrorismo de Estado sucedido entre 1976 y 1983.
Las inmediaciones de la Legislatura lucían completamente valladas para evitar que los manifestantes llegaran hasta las puertas de la Legislatura y en el lugar se observaron banderas del Partido Obrero, HIJOS, MST, Frente de Izquierda, Libres del Sur, Partido Comunista, Frente Popular Darío Santillán y del Centro de Estudiantes de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.