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Victorio Paulón sobre archivos de la dictadura: «Es importante para la reconstrucción de la memoria»

El dirigente de la CTA de los Trabajadores y miembro del Cels, quien estuvo seis años y medio preso y fue liberado el 21 de agosto de 1981 bajo el régimen de "libertad vigilada", señaló acerca del hallazgo de su legajo policial de ese momento que tenían claro al salir que los seguirían espiando

El secretario de Derechos Humanos de la CTA de los Trabajadores y miembro del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Victorio Paulón, consideró hoy que el hallazgo de documentación suya entre archivos policiales de la última dictadura en Santa Fe lo «sorprendió en algún aspecto y en otro no» y afirmó que esos materiales resultan «importantes para la reconstrucción de la memoria».

Paulón, que estuvo seis años y medio preso y fue liberado el 21 de agosto de 1981 bajo el régimen de «libertad vigilada», señaló a Télam sobre el hallazgo de su legajo policial de ese momento que «el hecho de constatar que te siguen vigilando, espiando, es darnos cuenta que en este país es una costumbre casi atávica la persecución sin sentido, burocrática».

Militante sindical de la UOM en Villa Constitución, Victorio Paulón fue miembro del comité de lucha que condujo la huelga metalúrgica entre marzo y mayo de 1975, en tiempos en los cuales el terrorismo de Estado comenzaba su accionar.

Luego de ganar las elecciones de la seccional con la «Lista Marrón», enfrentada a la conducción central de Lorenzo Miguel, la regional gremial fue intervenida por las autoridades del Ministerio de Trabajo del Gobierno de Isabel Perón.

Paulón participó también de las protestas sindicales conocidas como «Villazo», que terminó con la ocupación policial, militar y parapolicial de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) de la ciudad de Villa Constitución justo un año antes del golpe de Estado de marzo de 1976.

Detenido en mayo de 1975 a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), el dirigente pasó por las cárceles de Coronda, Devoto, Chaco y Rawson hasta el 21 de agosto de 1981, cuando obtuvo la libertad vigilada.

Entre la documentación de la última dictadura hallada esta semana en una vivienda de la ciudad de Santa Fe, apareció su legajo policial de esa etapa.

La carátula de la carpeta de cartón contiene su nombre, dice «ley 21.650» (que reglamentaba la libertad vigilada de los presos políticos) y «Departamento de Operaciones (D3)» de la Policía.

«Me sorprendió en algún aspecto y en otro no, porque teníamos claro que cuando salíamos, después de estar seis años y medio preso, salir en libertad vigilada era para tener toda la cana detrás nuestro», remarcó Paulón.

También indicó que «a muchos compañeros no solo sufrieron el espionaje, porque (el militante peronista Osvaldo Agustín) Cambiasso terminó en ese tiempo secuestrado y asesinado por la banda de (Luis Abelardo) Patti», expolicía bonaerense condenado por delitos de lesa humanidad.

El legajo de Cambiasso es otro de los documentos encontrados en una vivienda en la que habían funcionado dependencias policiales santafesinas.

«El aparato de matar estaba intacto», destacó el dirigente de la CTA de los Trabajadores sobre el secuestro en Rosario y asesinato en la provincia de Buenos Aires de Cambiasso y su compañero de militancia Eduardo Pereyra Rossi, ocurrido el 14 de mayo de 1983.

Por ese hecho, el excomisario Patti fue condenado a prisión perpetua en mayo de 2016 junto a otros tres represores.

Paulón explicó que el hallazgo de los archivos de la dictadura «sobre todo es importante para la reconstrucción de la memoria» sobre ese período.

Recordó que tras ser liberado fijó domicilio en el pueblo de Villa Trinidad, en el noroeste de Santa Fe, y que sólo mantenía contacto telefónico con su esposa y su hijo, exiliados en Francia.

«A fines de marzo de 1982 me levantaban la vigilada, viajo a Buenos Aires a sacar el pasaporte, fui a ver a la cónsul francesa -que después me enteré que era la mujer de Dante Caputto, el canciller de Raúl Alfonsín-, ella me ayudó mucho con los trámites y cuando me dieron el pasaporte me fui», recordó sobre su exilio.

Cuando iba hacia el aeropuerto de Ezeiza, llevado en «una renoleta» por su compañero de militancia en la UOM de Villa Constitución, Alberto Piccinini, y el cónsul belga, «al pasar por el bajo (en la entonces Capital Federal) había una cola, me impresionó esa imagen, de voluntarios que iban anotarse para ir a pelear a Malvinas, eran los primeros días de la guerra», rememoró el dirigente sindical.

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