Derian Rodrigo Varela, de 14 años, fue asesinado a sangre fría por dos tiradores este sábado por la mañana dentro de una vivienda de Villa Gobernador Gálvez. A su corta edad, el adolescente estuvo mencionado en causas judiciales por hechos violentos y la Justicia de Menores ordenó intervenciones de las Direcciones de Niñez a nivel provincial y municipal, pero no hubo ninguna estrategia de prevención del Estado que lo sacara de esa vulnerabilidad extrema antes de que llegara la cara punible del Estado. Derian es la víctima fatal 219 del departamento Rosario en lo que va de este 2022 que perfila un cierre como el más violento de la década, cuando en 2013 se registraron 264 homicidios.
Los primeros indicios aportados por voceros policiales y judiciales dieron cuenta de que este sábado antes de las 8 Derian salió de una fiesta, de la cual no se aportaron direcciones, y fue a buscarse una campera a una vivienda de avenida Libertador al 1100, en la vecina localidad del departamento Rosario. Cuando estaba por salir, fue interceptado por dos atacantes y uno de ellos abrió fuego. El chico recibió un impacto en la cabeza y otro en la espalda, se desplomó en la cocina y murió casi en el acto.
Personal de Comando Radioeléctrico llegó al lugar alertado por llamados al 911 y de las primeras entrevistas determinaron que los dos atacantes se fueron caminando.
En la escena, los pesquisas hallaron dos vainas servidas calibre 9 milímetros y un plomo.
En una primera instancia, el caso quedó a cargo de la fiscal Gisela Paolicelli, quien solicitó la correspondiente autopsia en el Instituto Médico Legal de Rosario y ordenó medidas al personal del Gabinete de Criminalística y de la Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para relevamiento e inspección ocular de la escena, pericias fotográficas, levantamiento de rastros, toma de testimonios a vecinos, familiares y personas que puedan aportar datos a la investigación.
Sin prevención para la violencia
Tras el crimen se conoció que Derian había sido nombrado en una investigación por usurpaciones en barrio Plata donde el 31 de octubre pasado fueron imputadas doce personas, entre ellas, familiares del chico.
El fiscal Federico Rébola está al frente de esa causa y en su acusación describió un intento de usurpación de una vivienda de Constitución al 5300. Estaba a la venta y los miembros de la organización que está relacionada con Los Monos ofrecieron a la dueña canjeársela por otra, ubicada en avenida Libertador al 1100, en Villa Gobernador Gálvez y donde Derian fue asesinado este sábado.
En ese momento, la mujer rechazó la oferta porque al hacer revisar la documentación del inmueble le advirtieron irregularidades, siempre según la acusación. Pasaron unos días y la propietaria encontró un papel tirado por debajo de la puerta que le advertía: “24 horas tenés para dejar tu casa, la próxima plomo”.
En la imputación se conoció que, con 13 años, Derian era usado por los jefes de la asociación ilícita para dejar mensajes escritos con amenazas a los propietarios de viviendas o para balear algún frente. Así la banda se quedaba con las propiedades.
En esa causa figura la madre del niño, quien fue acusada y en agosto de este año quedó en prisión domiciliaria con tobillera por 60 días, ya que estaba a cargo de Derien y otros cuatro hijos, también menores de edad. Se mudaron a una casa en inmediaciones de Ovidio Lagos al 7500, en barrio Puente Gallego. La Justicia ordenó la intervención de la Dirección de Niñez a nivel provincial y municipal, ya que por su edad no era punible.
Para esa época Derian había sido demorado por estar nombrado en el crimen de Milton Gordillo, de 17 años y cometido la tarde del 24 de abril en inmediaciones de Ovidio Lagos al 7500. El personal de la AIC había identificado al chico como una de las dos personas que participaron en el homicidio, sobre el otro involucrado, nada se sabe. Igual, nunca se conoció su versión de los hechos.
Lo cierto es que con Derian el Estado llegó siempre tarde y no supo o no tuvo interés en prevenir que llegara a una situación de vulnerabilidad tal que lo convirtió en el peón de organizaciones criminales, en mano de obra barata y descartable hasta el punto de perder la vida a manos de la violencia bien temprano: un niño de sólo 14 años.
