Antes del inicio de la fecha nueve de la Copa de la Liga Profesional tanto Central como Newell’s vivían momentos de zozobras. El Canalla, envuelto en malos resultados y con Kily González rindiendo una materia para seguir como técnico. La Lepra no había podido ganar en 2021 y los tres partidos de Mono Burgos, a pesar de no perder, no eran del gusto del paladar rojinegro. Y de yapa jugaban contra los equipos del sur bonaerense: Banfield y Lanús, ambos con buen presente.
Pero los equipos rosarinos dieron la cara y lograron sendas victorias, con el mismo resultado (3-1) y similares formas de quedarse con los tres puntos, porque tuvieron un mal primer tiempo y en el complemento fueron superiores a sus rivales para justificar los triunfos.
Así, tanto el Canalla como la Lepra consiguieron comprar tranquilidad para enfocarse en la próxima jornada, despejar ciertas dudas, y prepararse para el debut en la Copa Sudamericana (ambos hacen su estreno el martes 20).
El Kily tiene respaldo
Banfield llegó al Gigante con un plantel lleno de contagiados de coronavirus y debió recurrir a pibes, muchos de ellos sin contrato, para enfrentar a Central. Ante esa situación el claro favorito era el Canalla, pero el Taladro sorprendió en el primer tiempo con el gol de Julián Eseizas.
Javier Sanguinetti le ganaba el duelo al Kily desde lo táctico hasta que apareció Marco Ruben en el adicional para estampar el empate, algo que Central no merecía por la pobre imagen que mostraba en cancha. El gol del delantero, que ante la ausencia obligada de Vecchio fue capitán, llegó en el momento justo.
En el complemento la historia fue otra. El Kily González metió mano en el equipo. Adentro Gamba y Zabala, afuera Sangiovani y Mazzaco, lo que provocó también un cambio de esquema. Con esos retoques Central fue otro. Rápida-mente encontró el segundo gol a través de Gamba y logró un mejor funcionamiento colectivo.
Joaquín Laso rescató un rebote y estiró la ventaja a los 25 minutos. Con ese tanto dio la impresión que el partido al Canalla no se le escapaba. Los pibes del Taladro se quedaron sin nafta y Central manejó el partido a su antojo.
El triunfo le otorgó al Kily una vida más. Los jugadores dieron la cara tras una semana difícil y demostraron el respaldo suficiente hacia el técnico. Claro está que ahora deberán refrendarlo en el cotejo del viernes ante Aldosivi en Mar del Plata para no volver a generar dudas. Y después aguardar el debut copero del martes 20 frente a 12 de Octubre de Paraguay como visitante.
Con el sello del Mono
Newell’s llegaba al duelo con Lanús con una mochila pesada: la de no haber ganado en 2021. Pero ahora eso quedó en el olvido. Porque la Lepra, a pesar de los pronóstico previos, metió un pleno en la Fortaleza y le ganó al Grana con mucha autoridad para sumar tres puntos por primera vez en el año.
De todas formas la noche en el sur bonaerense no arrancó de la mejor manera. Lanús movió la pelota de un lado al otro y todo terminó en un pase a la red del inoxidable Pepe Sand. Newell’s no encontraba la fórmula para lastimar al Grana hasta que encontró un córner en el último minuto del primer tiempo. Ejecutó Maxi, con suma maestría, y Cristaldo anotó el empate parcial debajo del arco.
En la etapa final se vio lo mejor de la Lepra con Burgos como DT. El equipo jugó varios metros más adelante y eso a Lanús lo incomodó. Cristaldo y Negri resultaron claves por la banda izquierda. De un desborde del lateral nació el segundo tanto leproso con Jerónimo Cacciabue llegando de sorpresa por la otra banda.
Lanús, con la desventaja, entró en un desconcierto total y así fue que Belmonte vio la roja gracias a una avivada de Cristaldo, que jugó su mejor partido desde su arribo al Parque.
Otro avance por izquierda terminó con una asistencia de Cristaldo a Cacciabue para estampar el 3-1. Con el resultado a favor y con un hombre de más Newell’s defendió la ventaja y logró cantar victoria para revitalizar los ánimos, creer en el plan de Burgos y llegar al duelo con Patronato del domingo con otro temple. Más adelante, el martes 20, será el estreno en la Copa ante Atlético Goianiense, pero ya la mochila de no ganar quedó en el armario.