Conciertos

Fiestas fluorescentes

Villa Diamante: “Somos los hijos del post 2001”

El máximo exponente de la cumbia digital se presentará en formato de trío para celebrar aniversario de encuentro local junto a DJ Lauphan, esta noche, en Pugliese.


Las Fiestas Fluorescentes cumplen un nuevo aniversario y para celebrarlo, esta medianoche, en Pugliese (Corrientes 1530), preparan una velada donde se presentará Diego Bulacio, más conocido como Villa Diamante, el máximo exponente del mash-up y la cumbia digital mundial.

Discjockey residente en el ZZK Club de Buenos Aires, Villa Diamante llega en formato de trío junto al bailarín y beatboxer Brian Milo Moya y el percusionista electrónico Pato Smink. Para calentar el escenario estará Río Chino y el discjockey Alejandro Lauphan, anfitrión de la noche. Antes de llegar a la ciudad, El Ciudadano mantuvo un diálogo con el artista argentino que hace bailar al mundo con su sonido pegadizo.

—¿Cómo llegás a formar el trío con Milo Moya y Pato Smink?

—Soy discjockey hace doce años pero, en un momento, me propuse tener una banda adaptada a lo que venía haciendo. Hace tres años conocí a Milo por el Combinado Argentino de Danza. Él es un chico que no le tiene miedo a nada y usa el micrófono y su boca como un instrumento. Y en la misma época conocí a Pato y descubrí que es como una especie de filósofo de la música, un tipo muy interesante que lleva todo lo que estudia a la práctica. Cruzarnos fue un gran acierto y así surgió el trío.

—¿Cómo es la performance que presentan en vivo?

—Yo disparo sampler y ellos hacen base rítmica que puede ser de hip hop, cumbia, chacarera o house; yo voy tirando voces y texturas. Y sale algo que nos divierte. También hay improvisación.

—Esta música tiene gran éxito en Europa. Allá la gente parece no preguntarse y sentir lo que escucha. El argentino busca entender; ¿le cuesta más relajarse?

—El argentino también lo siente pero hay gente que tiene mucho prejuicio y eso tiene que ver con que es un país muy rockero. Hace años, cuando te preguntaban qué música te gustaba, nadie decía cumbia. Eso es algo social en Argentina. Los europeos, como no conocen la cumbia, no tienen ningún estigma social, se relajan. Sienten la música, se ponen a bailar y entran en un mundo nuevo.

—Históricamente la cumbia se vinculó con las clases bajas y la música electrónica se acomodó en posiciones más altas. ¿Creés que la cumbia digital pudo romper con ciertos estigmas sociales?

—Creo que aportó en la lucha de romper con prejuicios. Hay un montón de cosas que fueron sucediendo con los años, por ejemplo ver a (Pablo) Lescano (de Damas Gratis) tocando con (Andrés) Calamaro y Dante Spinetta. Nosotros somos una parte más de eso. Yo siempre intenté cruzar la música sin prejuicios. Por eso, en Por amor al baile (2013) suenan los Redondos con cumbia. Mis amigos me decían que me iban a matar y no pasó nada, a la gente le encantó. Al principio para los cumbieros éramos unos chetos de Palermo y para los electrónicos, unos negros que hacían cumbia.

—¿Cuál es tu visión del tiempo en el que nace esta música que se materializa como cumbia digital? Es hija de una década que tuvo sus características propias…

—Somos hijos del post 2001. En lo personal, los 90 fueron años complejos económicamente. En 2001 descubrí que lo que pasaba en Buenos Aires a nivel musical estaba buenísimo. Otro punto importante fue Cromagnon, porque fue un quiebre visceral en la forma de hacer bailar a la gente. Una vez estaba poniendo música en un boliche de hip hop y entró un comisario, me bajó el volumen de la míxer y me mandó afuera con todos los demás a mostrar documentos. Era algo que no había visto nunca hasta hace poco tiempo. Ahora, en este nuevo tiempo social y político, volvió a entrar la Policía a los boliches de Capital, algo que no venía pasando. Sucedieron cosas que ponen a la noche en un lugar oscuro.

—¿Se irá transformando el género con algunos aspectos sociales de este tiempo?

—El primer semestre fue bastante duro; ver cómo se perdían cosas ganadas y sentir que no podíamos hacer nada para salvarlas. Tardé como seis meses en darme cuenta que dependía de mí hacer algo. Frente a eso, el 2 de septiembre inauguraré el Club Villa Diamante que busca ser una suerte de club de barrio donde la gente pueda asociarse (en Facebook: “Club de Baile Villa Diamante”), para ir a fiestas de este circuito y tener algunos descuentos. Es real: la gente tiene menos plata y tenemos que juntarnos y pensar cómo hacer para que nadie tenga que perderse la noche, que la gente pueda seguir bailando.

Fiestas fluorescentes

Las Fiestas Fluorescentes nacen en 2009 con una propuesta que intenta generar una alquimia entre danzas y ritmos latinoamericanos clásicos y su fusión con la música urbana y de club. Organizada por Alejandro Lauphan, su discjockey residente desde hace siete años, la fiesta alberga en cada edición mensual unas mil personas que se congregan para formar parte de los shows de artistas nacionales e internacionales como Miss Bolivia, El Chávez, La Delio Valdez, Fauna y Chico Trujillo, entre otros.

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