Central sale a la ruta. Las Canallas se subirán al micro en la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria para recorrer los 357 kilómetros que separan Rosario de La Plata. En el estadio Juan Carmelo Zerillo, el equipo conducido por Roxana Vallejos hará su debut en el torneo de Primera de AFA este viernes a las 19 ante Villa San Carlos, equipo que tiene un largo camino recorrido en los torneos organizados por la casa madre del fútbol argentino y cuya presencia en el nuevo campeonato estuvo en duda hasta último momento.
No fueron fáciles las semanas que tuvieron que atravesar las jugadoras del elenco de Berisso, cuando en junio pasado el presidente de la institución les informó que el equipo iba a descender, no por cuestiones deportivas, ya que habían culminado quintas en la Zona de Permanencia, sino porque, según el directivo, los costos que implicaba la participación en el torneo semiprofesional eran imposibles de asumir.
“El club no tiene dinero para bancar a las chicas, es solo un problema económico”, dijo en aquel entonces a TyC Sports el pope Marcelo Molina. La plata que destina AFA es exclusivamente para cubrir los sueldos de las jugadoras y aparte cada club se tiene que hacer cargo de los viajes, obra social, aporte y pagar el sueldo del cuerpo técnico. Ante esto, el presidente reiteró: “No hay plata”.
Ante semejante panorama, las jugadoras del plantel y los integrantes del cuerpo técnico, que desde el 2016 milita en la Primera División, emitieron un comunicado exponiendo la situación y solicitando no sólo que se reconsidere la decisión, sino también en busca de apoyo financiero.
Leila Encina, capitana del equipo, expresó en aquel entonces: “Se tiene que hacer valer nuestro esfuerzo y sacrificio de tantos años. Es muy doloroso lo que nos está pasando. Nosotras mismas nos ganamos el lugar de estar en Primera y lo defendimos como pudimos. Realmente es muy triste, esperamos el apoyo de todos para poder revertir la situación”.
Y así fue: las jugadoras recibieron la ayuda de sus compañeras de otros clubes y otras futbolistas profesionales como la jugadora de la selección Ruth Bravo, además de Juan Cruz Komar, Mariano Andújar o Emmanuel Gigliotti.
Con el apoyo de propios y ajenos, las jugadoras consiguieron volver a reunirse con la dirigencia del club y llegar al acuerdo para que la disciplina se autogestione mediante sponsors.
Futbolistas…y ahora también publicistas. Lo cierto es que entre todas consiguieron que diferentes empresas las apoyen y lograron confirmar su presencia en el torneo. Y ahora es el momento del tan ansiado (y merecido) debut.
La historia del femenino de Villa San Carlos
El fútbol femenino en Villa San Carlos comenzó en 2013, en tiempos donde el club atravesaba el mejor año de su historia, con el primer equipo masculino en la B Nacional. Así, con el fútbol en su máximo esplendor, las mujeres comenzaron a dar sus primeros pasos en el club de Berisso.
Las “Villeras” debutaron con Boca como visitantes y cayeron 18-0, “aunque anecdótico, porque fue el debut y ante un rival con años de experiencia”, le comentó a El Hincha Alan Molina, jefe de prensa del club. El proyecto, cuenta Alan, lo llevó al club Mauro Córdoba (actualmente entrenador de Gimnasia), junto a Mariano Maciel, aunque Mauro se alejó y este último terminó afrontando todo el certamen.
En 2015 logró alcanzar las semifinales de la Supercopa Argentina, instancia en la que perdió otra vez ante Boca, esta vez por 4-0. Y un año más tarde descendieron a la Primera B, aunque por poco tiempo, ya que a la temporada siguiente volvieron a la máxima categoría tras coronarse campeonas invictas.
En el último campeonato las “Villeras” consiguieron la permanencia en Primera. En julio de este año asumió un nuevo cuerpo técnico encabezado por Juan Cruz Vitale, quién está acompañado por Nahuel Acuña como ayudante de campo y Martín Fosqué como preparador físico. Actualmente, incluyendo la categoría de Reserva y Primera, cuentan con 40 jugadoras.
En el último partido amistoso de pretemporada cayeron 2-1 frente a Cañuelas en condición de visitante. El tanto Celeste fue obra de Magalí González.
