La violación de una mujer de 36 años en la ciudad de Viterbo durante el fin de semana reabrió el debate en Italia sobre la posible introducción de la castración química para los agresores sexuales.
«Ninguna tolerancia para pedófilos y violadores: la cárcel no alcanza, hace falta una cura», reclamó el vicepremier y ministro del Interior Liga Norte, publica hoy el diario Corriere della Sera.
Los reclamos de Salvini se dan luego de que la mujer fuera por dos compañeros militantes del grupo fascista Casapound, en un local partidario de la ciudad de Viterbo, en la provincia de Roma y a 80 kilómetros del centro de la capital italiana.
«Llámenla castración química o bloqueo androgénico. Lo importante es que pediremos la inmediata discusión en la Cámara de Diputados de nuestro proyecto de ley, frenado hace mucho tiempo, para intervenir sobre estos sujetos»; agregó Salvini.
«Quienes sean, blancos o negros, jóvenes o ancianos, deben ser sancionados y curados, pidió Salvini, líder de la derechista Liga Norte, tras el ataque sexual que conmocionó a la opinión pública del país al punto de que hasta la ministra de Defensa, Elisabetta Trenta, llamó «bestias» a los agresores.
Desde inicios de año, la Liga del Norte busca aprobar un proyecto, denominado de «código rojo», que prevé la castración química, aunque es rechazado en el Parlamento por el Movimiento Cinco Estrellas, sus socios de Gobierno italiano.
La Liga del Norte ya había presentado proyectos para castración química desde 2014, con tratamientos farmacológicos y reversibles.
El vice primer ministro, el titular de la cartera de Trabajo y Desarrollo Económico y líder del Cinco Estrellas, Luigi Di Maio, se mostró en las últimas horas en contra de discutir la castración química a nivel parlamentario.
«Yo no quiero tomarles el pelo a los ciudadanos y a las mujeres que tienen miedo de la violencia con el tema de la castración química, que por como está escrito el proyecto sería solo a los casos menos graves y sería voluntaria»; afirmó Di Maio citado por el diario República.
El asunto se convierte además en otro punto de desacuerdo entre los dos socios en el Gobierno, que en las últimas semanas polemizaron por la política inmigratoria y por leyes como el aborto.