LUZ SAINT PHAT / DIARIO COMERCIO Y JUSTICIA
¿Cuántos chistes, memes, videos, mensajes y prácticas de acoso que circulan actualmente en las redes sociales y en otros medios digitales toman como objeto a las mujeres para provocar daño o menospreciar la condición de género? Sin dudas son muchos, y forman parte importante del discurso que circula en estos espacios.
Al respecto, un ensayo reciente advirtió que la violencia de género es hoy un componente “estructural” de los territorios digitales, asegurando que la intención de estos contenidos es, fundamentalmente, mantener el orden hegemónico.
El señalamiento es parte de un artículo publicado en la revista Cuestiones de género: de la igualdad y la diferencia, titulado “Cibermisoginia en las redes sociodigitales: claves para el análisis desde la masculinidad”, escrito por la académica Claudia Pedraza Bucio, de la Universidad de La Salle, México.
La publicación pertenece al Departamento de Psicología, Sociología y Filosofía de la Facultad de Educación de la Universidad de León (España).
Con relación al concepto de cibermisoginia, la especialista refirió que “es la intención del daño como mecanismo para mantener la discriminación, la igualdad y la relación de poder sobre la vida de las mujeres, la que hace específica a la violencia digital de género dirigida hacia ellas”, aunque señaló que no es sólo este colectivo el que enfrenta tales prácticas destructivas.
Específicamente se precisó que estos contenidos pueden presentarse en forma de mensajes, pero también bajo las acciones de vigilancia, suplantación, extorsión y acoso a través de los distintos dispositivos digitales.
Además, para mostrar la magnitud del problema, el artículo recuperó cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que revelan que el 95% de las conductas agresivas, el lenguaje insultante y las imágenes denigrantes que aparecen en estos medios están dirigidas contra las mujeres.
Explicación
Con relación a la comprensión de este fenómeno, la autora indicó que “una primera clave para analizar la cibermisoginia es entender que se dirige a mujeres que se consideran transgresoras de un espacio que está constituido en y por la masculinidad”, y que los entornos tecnológicos deben ser pensados “como espacios generizados, donde los modelos de masculinidad/feminidad determinan las posibilidades de participación”.
En este sentido, el documento subrayó que “las jerarquías del orden de género en el que han sido creadas las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) definen su concepción, sus valores, sus usos y sus significados”.
Por esto vale destacar que “las agresiones inhiben la participación en las redes de las atacadas, que queda reducida a la expresión de las opiniones, los temas y las intenciones considerados propiamente femeninos”. Así, la cibermisoginia debe comprenderse como una “respuesta sistémica de la masculinidad hegemónica a todas aquellas identidades, proyectos y espacios que no se identifiquen con la misma”.
En tanto, estas prácticas tienen efectos decisivos en quienes resultan víctimas. Pedraza Bucio indicó que se presenta, a nivel individual, daño psicológico o emocional frente a los mensajes agresivos, el cual “se acentúa cuando se combina con otras modalidades”, como la vigilancia, el acoso o la extorsión.
Perfiles
En su ensayo, Pedraza Bucio refirió que existen tres perfiles principales que son víctimas de las agresiones.
En primer lugar, las principales destinatarias resultan las mujeres que se encuentran en una relación íntima violenta; mientras un segundo grupo constituyen quienes han sobrevivido a vínculos o situaciones de este tipo. Finalmente, otro colectivo son aquellas que participan activamente de entornos digitales –periodistas, activistas, defensoras de los derechos humanos, investigadoras y figuras públicas–.
Igualdad
Si se entiende que la cibermisoginia se estructura sobre la base de las desigualdades y las violencias de género que existen en el mundo, resulta fundamental tener cifras sobre cómo es el estado actual en cuanto a representación de las mujeres en la sociedad, sobre todo en los puestos correspondientes a las tomas de decisión o posiciones relevantes.
En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer, ONU Mujeres presentó los lineamientos que corresponden a la campaña de este año bajo el eslogan “Soy la generación de la igualdad: por los derechos de las mujeres”.
La intención del organismo internacional es “movilizar a todas las personas para eliminar la violencia de género”, exigiendo justicia económica y derechos, autonomía de los cuerpos, derecho a la salud sexual y reproductiva y acciones feministas por la justicia climática, según detalla en su sitio web oficial.
En cuanto a los datos estadísticos, la entidad precisa que continúa la sub representación en el ámbito de la política. En números, este año, sólo 24,9% de los puestos parlamentarios está ocupado por una integrante de este grupo poblacional.
Otro ejemplo es que de 500 empresas que constituyen el panel de Fortune sólo 7% están dirigidas por mujeres.
En tanto, las ganadoras del premio Nobel en la historia sólo ascienden a 53, con relación a 900 galardones entregados.
“La participación plena y equitativa en todos los ámbitos de la sociedad es un derecho humano fundamental. Sin embargo en todo el mundo las mujeres y las niñas están considerablemente sub representadas: desde la política y el entretenimiento hasta los lugares de trabajo”, asegura la organización.