Rosario llegó a los 104 crímenes en lo que va de un 2020 extraño donde la pandemia afectó el normal funcionamiento de la sociedad. El aislamiento social preventivo y obligatorio decretado fue un factor determinante en la disminución de los hechos de sangre, este resultado se evidenció en abril. También sirvió para mostrar, de una manera más evidente, cómo son las mecánicas delictivas en las diferentes zonas de la ciudad. Especialmente en relación al narcomenudeo y las luchas territoriales por ganar espacios y donde hubo procedimientos que se llevaron adelante tras la observación y la recolección de datos. En este sentido, la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) viene trabajando en la desarticulación de bandas delictivas pero la caída de varios cabecillas no calmó la violencia en la ciudad. Es que, las segundas y terceras líneas pelean por espacios con un menor poder de organización lo que compensan con el aumento de la violencia y la cantidad de balas que se tiran, según las hipótesis de los investigadores.
Hay una modalidad criminal que se reitera. Son homicidios cometidos con armas de fuego que por lo general ocurren en las zonas más alejadas del centro. Las motos, los autos o hasta bicicletas son las herramientas más utilizadas. También se reitera en la mecánica el ataque a balazos contra una víctima que está en la calle o a varias de ellas. No es un dato menor el uso de armas de fuego de grueso calibre, por lo general 9 milímetros. Además está el uso de armas automáticas en algunos casos, incluso se escucha la presencia de ametralladoras, lo que muestra el gran poder de fuego que hay en la calle, gracias a la circulación de armas ilegales.
La mecánica homicida se repite en distintos puntos de la ciudad. Pasan tiran y se van. Los disparos son muchos. Cinco, diez, treinta y así sigue la lista de víctimas que reciben gran número impactos. La violencia es extrema y no para. En el primer semestre de este año los homicidios llegaron a 95 crímenes en el departamento Rosario, que incluyeron no sólo baleados sino también víctimas de femicidios y por disputas interpersonales, muchas veces por cuestiones vecinales.
Según un informe del Ministerio de Seguridad, publicado por el titular de la cartera Marcelo Sain, al 6 de julio a las 8, los crímenes en la Unidad Regional II Rosario llegaron a 101 (aunque en un día ese número aumentó a 104) y en la provincia el número llegó los 197. Mientras que en el mismo plazo pero en 2019 el departamento Rosario llegó a 93 homicidios y 112 en el mismo período de 2018.
Heridos de arma de fuego
Mientras que un informe realizado por el Observatorio de Seguridad Pública, tomó en cuenta en los primeros 5 meses de 2020 los heridos por arma de fuego. Si bien estos hechos no tienen tanta repercusión pública, el número es abrumador. En el departamento Rosario, de enero a mayo hubo 341 baleados, 274 en la ciudad. Le siguen Villa Gobernador Gálvez con 18 y Granadero Baigorria con 8.
La mayoría de las víctimas son varones entre 15 y 34 años y estos hechos delictivos se cometieron especialmente en barrios situados en la zona oeste, noroeste y sur, cuenta el documento.
A estos datos se suman las balaceras contra propiedades que ocurren en los barrios casi a diario, una metodología que se ha implementado para amedrentar a los damnificados para que abandonen sus viviendas o lograr algún objetivo por parte de la víctima como puede ser el cobro de dinero.
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