Tres personas armadas, una de ellas de 14 años, sorprendieron en la mañana de ayer a un contador cuando sacaba su auto para ir a trabajar y, luego de meterlo a empujones en su vivienda, ubicada en la ciudad bonaerense de La Plata, tomaron al dueño de casa, su esposa, dos hijos y una sobrina como rehenes, mientras recorrían las habitaciones en busca de dinero y objetos de valor. Un rato más tarde, al ver que la casa era rodeada por policías, los ladrones subieron a un auto a la sobrina de la pareja e intentaron huir, pero fueron apresados tras una veloz persecución por las calles de la capital provincial, luego de chocar contra una columna. Voceros policiales indicaron que los ladrones cubrieron su escape a los tiros con un pistolón calibre 14, pero ellos por precaución no respondieron a la agresión.
El hecho se inició cerca de las 8 de ayer, cuando tres ladrones ingresaron a robar a la casa situada en la calle 17, entre 65 y 66, en el barrio Meridiano V, habitada por un matrimonio con sus dos hijos.
A esa hora, el propietario de la vivienda, Miguel Sampallo, contador del Instituto de Previsión Social de la provincia de Buenos Aires, sacaba del garaje su auto VW Polo para dirigirse a su trabajo, confiaron fuentes policiales, cuando fue sorprendido por los delincuentes que portaban armas de fuego. Uno de los ladrones lo golpeó en la cabeza, lo tiró al piso y lo maniató con cables, según relató la víctima en sede policial.
Tras esto, los ladrones ingresaron a la casa y comenzaron a revisar las habitaciones en busca de dinero y objetos de valor, mientras uno de los delincuentes mantenía como rehenes a Sampallo, su mujer, dos hijos y una sobrina en la cocina de la vivienda.
En un bolso habían comenzado a juntar una computadora portátil, una cámara digital, teléfonos celulares y alhajas, como pulseras, anillos y collares de oro, refirieron los voceros.
Cuando recorrían el interior de la casa para seguir robando, los ladrones observaron por una de las ventanas de la planta alta que en la calle había una gran cantidad de policías, quienes llegaron al lugar luego de que un vecino llamara al 911.
Al verse rodeados, los ladrones obligaron a la mujer de Sampallo y a su sobrina a abordar el Volkswagen Polo para huir, pero por una falla mecánica debieron dejar el auto en el lugar.
Fue así como los tres delincuentes y las dos rehenes subieron a otro auto de la familia, un Volkswagen Gol, mientras efectuaron algunos disparos con un pistolón calibre 14.
Con ese auto rompieron el portón del garaje y huyeron llevando solamente a la sobrina de la pareja como escudo humano. Al ver a la joven, los policías optaron por no responder a la agresión.
Varias patrullas policiales iniciaron la persecución del auto, desde el cual los delincuentes siguieron disparando, hasta que a pocas cuadras de la vivienda, en la esquina de las calles 17 y 71, los delincuentes chocaron el vehículo y fueron rápidamente rodeados por 30 móviles policiales y capturados.
El jefe de la Distrital Centro de La Plata, Daniel Picqué, a cargo del operativo cerrojo, informó que los ladrones fueron atrapados porque “se armó un dispositivo con todos los móviles de la Departamental y la Distrital La Plata en inmediaciones de la vivienda y en varias cuadras a la redonda”.
Según Picqué, dos de los aprehendidos tienen 20 años y el tercero es un adolescente de 14. En poder de los asaltantes se secuestraron un pistolón, una réplica de plástico de una pistola 9 milímetros y un cuchillo, con los que amenazaron a la familia durante el robo, detalló el jefe policial.
El padre de familia y uno de sus hijos sufrieron algunos traumatismos y golpes por parte de los ladrones antes de huir de la vivienda, añadieron las fuentes.
Al terminar el hecho y después de ser atendido por las heridas sufridas, Sampallo contó que mientras estaban todos cautivos informó a la Policía lo que sucedía en su casa mediante un papel escrito que exhibió por una ventana sin que los ladrones lo advirtieran.
Dijo que logró desatarse y en un papel anotó la cantidad de personas que había en la casa como rehenes y cuántos eran los asaltantes, lo que permitió que los policías supieran cuál era la situación en el interior del inmueble.