Un muerto en un tiroteo cuyo origen tendría más que ver con un hecho policial común y 580 personas detenidas, fue el resultado de la jornada de movilizaciones en Chile, convocadas este domingo por el primer aniversario del inicio del estallido social, que incluyó una multitudinaria manifestación mayormente pacífica, pero que finalizó con la quema de dos iglesias, saqueos, intentos de saqueos, y ataques a estaciones policiales, informaron este lunes las autoridades. Sospechan que en la quema de una iglesia participaron infiltrados de la Armada para deslegitimar las protestas.
La muerte del joven ocurrió en la población La Victoria, en la comuna (barrio) capitalina de Pedro Aguirre Cerda y más temprano el subsecretario del Interior, durante el balance por las manifestaciones dijo que “lo que ocurrió ayer (por este domingo) en La Victoria y en otras comunas (…) no son manifestaciones, y eso hay que dejarlo muy claro, son delitos, y son delitos graves que no podemos aceptar».
Según dijo el ministro del Interior, Víctor Pérez, el incidente que significó la muerte de un joven de 26 años se produjo en «un hecho en que Carabineros se tuvo que defender de los hechos de violencia, por lo tanto estamos muy tranquilos a la espera de las investigaciones tanto de la Fiscalía como de los estamentos especializados».
«Es un hecho que se está investigando, pero tenemos que ser absolutamente claros, se dio en un contexto de un ataque a Carabineros, se dio en un contexto en que funcionarios fueron baleados», justificó el ministro del Interior ante la prensa.
Más temprano, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, dijo que había «una distinción muy clara sobre cómo evolucionó el día», que tuvo por una parte una manifestación pacífica y por la otra graves hechos de violencia.
La manifestación tuvo lugar una semana antes del histórico plebiscito que consultará a los chilenos si se debe cambiar o no la Constitución heredada de la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
El presidente Sebastián Piñera dijo que este domingo se vio “a una minoría de delincuentes, que desató una ola de violencia, saqueos y vandalismo”, contra iglesias, comisarías y “destrucción de patrimonio público y privado”.
Rechazó la violencia, pero recalcó que deben “sancionar a los delincuentes y violentistas” con “todo el rigor de la ley” y anunció que “el gobierno presentará las querellas criminales necesarias para poder perseguir con severidad estas responsabilidades penales”.
Por el otro lado, «decenas de miles de chilenos y chilenas se manifestaron pacíficamente, lo que constituye un legítimo derecho en un país democrático que el Estado y el gobierno siempre deben respetar y proteger», dijo el mandatario.
El gobierno dijo que durante la tarde de este domingo en la Plaza Italia de Santiago, epicentro de las manifestaciones sociales que estallaron hace un año, se reunieron 30.000 personas, mientras los manifestantes elevaron esa cifra a 250.000. La manifestación fue la más masiva de este año.
Al avanzar la tarde, grupos de encapuchados protagonizaron hechos de violencia en los alrededores de la plaza, a unos 350 metros de la manifestación principal, donde fueron atacadas dos iglesias, que quedaron destruidas por el fuego.
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Las impactantes imágenes en llamas de ambos templos recordaron los incidentes que se produjeron un año antes, el 18 de octubre de 2019, cuando tras una llamado a manifestarse por parte de estudiantes una decena de estaciones del metro resultaron incendiadas, al igual que varios edificios.
¿Infiltrados?
Por los incendios de las iglesias fueron detenidas cinco personas, una de ellas funcionario activo de la Armada, según informó el portal chileno de noticias El Desconcierto.
La Armada de Chile señaló que rechazaba «categóricamente la participación en estos actos violentos», y aseguró que «se aplicarán las normativas y medidas disciplinarias institucionales» al sospechoso, en caso de que se confirme su participación en los desmanes.
La participación del marino abona la hipótesis sostenida por los manifestantes de que los actos vandálicos son producto de infiltrados -entre ellos policías e integrantes del Ejército-, para deslegitimar la protesta.
Del total de 580 detenidos en todo el país, 287 fueron en Santiago.
Durante la noche de este domingo hubo saqueos e intentos de saqueos; barricadas y ataques a cuarteles policiales, con un total de 107 incidentes graves a nivel nacional, de acuerdo con Galli.
Estos sucesos «son una ofensa al movimiento social que ayer (por este domingo) conmemoró un año. Las demandas del movimiento social que se ha desplegado en el país no tienen ninguna relación con estos actos vandálicos», expresó el Partido Socialista (PS) de Chile a través de un comunicado.