Virginia Peruchini ya está acostumbrada a romper los esquemas, hace rato que quedaron en el pasado las caras de sorpresas de entrenadores y jugadores al ver a una jueza mujer arbitrar un partido, pero ella fue una de las precursoras cuando todavía había un terreno fértil para el preconcepto. Su preparación, trabajo a conciencia y personalidad la llevaron a avanzar en una profesión muy difícil, a ganarse lugar en base al respeto y a las condiciones, y a aceptar lo que viene, sea bueno, regular o malo. En Santa Fe es una de las referentes del arbitraje (sin distinción de género) y a nivel internacional el reconocimiento también es grande, a punto tal que esta semana le tocó arbitrar en San Pablo frente a Universidad de Concepción por la Champions League Americas.
“El 1º de febrero hizo un año exacto desde la última vez que dirigí, que fue en Francia el Preolimpico femenino y desde ahí directo a la BCL Americas. Realmente estaba ansiosa por volver y con muchísimas ganas pero la verdad es que nunca abandoné en este tiempo ni mi preparación física, ni técnica, así que me sentí tranquila para trabajar, arbitrando de una jugada por vez, enfocada en el trabajo de equipo y poder rendir al máximo”, analizó esta hija de San Cristóbal, que no tuvo mayores problemas en el partido: “El juego fue tranquilo, hubo mucha diferencia en el marcador pero lo disfruté muchísimo. Respecto del control de juego, no hubo mayores dificultades y con dialogar o realizar las explicaciones pertinentes ya sea a jugadores o entrenadores se solucionó positivamente”.
En estos años de carrera la lista de certámenes dirigidos es inmensa y la Champions no fue una excepción. Peruchini está en la elite internacional: “Realmente honro la oportunidad recibida y la confianza de tan prestigiosa nominación, hace 10 años soy árbitro FIBA y soy una de las 8 mujeres del mundo que poseen una licencia negra que nos habilita a dirigir este tipo de competencias, lo cual es una satisfacción y una felicidad enorme pero también una gran responsabilidad”.
“Respecto de la aceptación de las mujeres en nuevos roles es algo que se viene incorporando hace un tiempo y como todo cambio, necesitan tiempo y un proceso de adaptación, pero realmente siento mucho respeto por parte de los protagonistas, muchos ya conocen mi forma de trabajo y mi profesionalismo por lo que realmente me siento muy cómoda y tranquila trabajando. Agradecida de recibir las oportunidades para poder seguir aprendiendo y mejorando”, analizó la jueza internacional, quien en Argentina conduce habitualmente Copa Santa Fe y Torneo Federal.
Justamente, el arbitraje santafesino suele recibir buena aceptación en los estamentos nacionales e internacionales, con algunos exponentes destacados y Virginia cree que esto no es casualidad: “En razón a la cantidad de árbitros santafesinos FIBA activos, realmente no sé cuál es el motivo, supongo que el desarrollo del básquet en nuestra provincia no es ajeno a nuestro crecimiento indefectiblemente a la par del nivel de jugadores y entrenadores, ya que ellos son los que con su nivel de juego nos propician los escenarios de formación y crecimiento. Sumado a los colegios de árbitros que trabajan fuertemente en la instrucción y preparación en nuestras etapas de desarrollo, pero realmente no hay una verdad en esta situación o si es casualidad y la causalidad de lo que nombre más arriba.
Peruchini dio un paso más en su crecimiento en el básquet internacional. Uno por el cuál espero largos meses entrenando en casa y soñando con el retorno a la actividad. Para algunos que no están muy al tanto del arbitraje en la FIBA podrá parecer una sorpresa, ya que llamativamente no dirige en la Liga A argentina, pero cada uno de los escalones que subió se los ganó con esfuerzo y personalidad.