En los últimos días se viene hablando mucho sobre la viruela símica y su supuesta similitud con el herpes zóster, pero la realidad es que son muy diferentes, ya que, la primera es causada por un virus del género Orthopoxvirus, mientras que el segundo proviene del virus Varicela-zóster.
En cuanto a los síntomas, la viruela símica provoca unas vesículas que son características de esta enfermedad y el herpes zóster, por su parte, se distingue por una dolorosa erupción en la piel con ampollas.
“El virus de la mal llamada ´viruela del mono´ que se debería llamar MPOX, porque es la abreviatura de monkey pox, es muy similar al virus de la viruela humana que se erradicó hace ya muchos años de la tierra, el virus viruela”, señaló Elena Obieta (M.N. 76.451) en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas.
La Dra. Obieta, quien es jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles y Emergentes de la Municipalidad de San Isidro, añadió: “El herpes zóster es la reactivación del virus de la varicela que se llama virus varicela zóster, una cosa es la viruela y otra es la varicela que son dos enfermedades distintas producidas por dos virus distintos”.
La especialista indicó luego: “En el virus MPOX hay dos clados que son como dos tipos. El clado uno, característico de África Central, ha dado lugar a la variante 1.b, la cual ha sido declarada por la OMS como una alerta sanitaria de interés internacional. Esta variante, tras haber mutado ligeramente, se ha vuelto más transmisible y más letal en comparación con lo conocido desde la década de 1970”.
“Los casos se caracterizan por pústulas o ronchas llenas de pus, que evolucionan a úlceras y dejan costras, afectando principalmente las manos y el rostro de niños expuestos a pequeños mamíferos. Por esta razón, se considera una zoonosis, es decir, una enfermedad que se transmite de los animales al ser humano. Mamíferos silvestres como ardillas, suricatas, marmotas y ratas son portadores de la enfermedad. Los niños que juegan y entran en contacto con estos animales, o con superficies contaminadas por ellos, pueden contraer la infección, la cual tiene una mortalidad aproximada del 10%”, expresó.
Al hablar del clado 2, Obieta dijo: “Es característico de África Occidental, fue el principal responsable del brote de 2022. Este brote afectó a varios países, incluyendo Argentina, donde se reportaron alrededor de 1.035 casos. El clado 2 se transmite principalmente por contacto directo entre humanos, especialmente a través de contacto sexual y se manifiesta con lesiones similares: ronchas que rápidamente se llenan de pus y evolucionan a úlceras, concentrándose en el área genital, la cara y el tronco, pero rara vez en las manos. A diferencia del clado 1, este presenta una mortalidad muy baja, aproximadamente del 0,3%”.
“En Argentina, actualmente solo se ha detectado el clado 2, el cual se transmite principalmente por contacto íntimo o estrecho de persona a persona. Esto incluye contacto con las lesiones durante el contacto sexual, aunque no necesariamente a través de la penetración; incluso las caricias o el juego previo pueden ser suficientes para contraer la infección. Además, el contagio puede ocurrir a través de superficies contaminadas, como ropa, sábanas o ropa de cama que hayan estado en contacto con las lesiones de una persona infectada. Durante el período 2022-2023, hubo muchos menos casos, aunque en Argentina actualmente se están investigando epidemiológicamente varios casos, y también hay presencia de casos autóctonos. Es probable que tengamos un subregistro de personas que no consultan a tiempo”, señaló.
La confusión con el herpes zóster
La especialista explicó que: “En cuanto a la confusión con el herpes zóster, es cierto que el zóster produce ampollas, generalmente mucho más pequeñas, que suelen agruparse en racimos. Estas ampollas pueden evolucionar a costras cuando se secan y caen. Sin embargo, el herpes zóster sigue el recorrido de un nervio, como un intercostal, el ciático o en la zona facial, afectando el ojo. Esta localización es muy característica. El herpes zóster suele afectar a personas mayores de 60 años o a aquellas con algún tipo de inmunodeficiencia y puede prevenirse con dos dosis de una vacuna que es extremadamente segura”.
“Todavía no contamos con la vacuna contra la viruela símica en el país, pero se está trabajando a través de un consorcio internacional para que llegue a África y a las poblaciones más vulnerables que la necesitan. Estas son vacunas con virus vivos, algunas requieren dos dosis. En Japón, se está intentando reintroducir la antigua vacuna antivariolosa japonesa, que consistiría en una sola dosis. Las personas que recibieron la vacuna antivariolosa en su infancia tienen cierto grado de protección cruzada contra MPOX, y en caso de contraer la enfermedad, debido a la similitud del virus, podrían tener una forma más leve de la misma. Por otro lado, la vacuna contra el herpes zóster, que sí requiere dos dosis, es una vacuna recombinante, no de virus vivo, por lo que puede ser administrada a personas inmunodeficientes, a diferencia de la vacuna contra la viruela”, aseveró.
La Dra. Obieta dijo luego: “Las poblaciones en riesgo de padecer herpes zóster incluyen a personas inmunodeficientes, pero también a diabéticos, personas con artritis reumatoide o lupus, quienes sufren enfermedades inflamatorias intestinales crónicas como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, personas con VIH, trasplantados y personas mayores de 60 años debido a un fenómeno llamado inmunosenescencia. Con la edad, la capacidad de respuesta inmune disminuye, lo que impide controlar adecuadamente el virus de la varicela, que el 98% de los adultos han tenido, permitiendo que el virus se reactive siguiendo el recorrido de un nervio”.
“En el caso del MPOX, en África, los niños, las mujeres y especialmente las embarazadas tienen factores de riesgo que pueden agravar la enfermedad. Para el clado 2, que es el que actualmente circula en Argentina, la experiencia de 2022 muestra que la gran mayoría de los afectados fueron hombres que tienen sexo con hombres o personas con antecedentes de sexo casual, múltiples parejas, sexo grupal, etc.”, aseveró.
Finalmente, la experta señaló: “En el caso del herpes zóster, si una persona no está vacunada y contrae la enfermedad, la principal complicación es el dolor, que si persiste más allá de 90 días se denomina neuralgia postherpética. Es ideal que la persona consulte de inmediato, apenas aparecen las ampollas. En ese momento, puede comenzar a tomar aciclovir, lo que ayuda a acortar el período en el que presenta las lesiones. Las lesiones deben mantenerse secas tanto en el caso del zóster como del MPOX. Para el MPOX, aún no contamos con un tratamiento específico”.