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Virus sincicial respiratorio: qué es y por qué vacunan a embarazadas hasta fines de agosto

La vacuna se incorporó este año al calendario nacional con carácter gratuito y obligatorio para personas gestantes que cursen el último trimestre de embarazo. Ya se inoculó más del 55% de la población objetivo provincial. Esta medida contribuye al descenso de la mortalidad infantil neonatal

En línea con lo establecido por el Ministerio de Salud de la Nación, la cartera de Salud provincial extendió la campaña de vacunación contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) hasta el 31 de agosto.

El objetivo es reducir las tasas de hospitalización y la morbimortalidad asociadas a las infecciones respiratorias agudas bajas (IRAb), que afectan principalmente a niños menores de dos años, especialmente bebés de entre 3 y 6 meses de edad.

El dato que informa el Ministerio de Salud santafesino es que el total de dosis aplicadas, desde el 1º de marzo hasta el 31 de julio, asciende a 11.828, por sobre una población objetivo de 21.448 personas gestantes, una tasa del 55,1%.

En todo el país se vacunaron 115.838 embarazadas, lo que representa el 48% del total de vacunas distribuidas, según informó el Ministerio de Salud de la Nación.

La vacuna contra el VSR fue incorporada al Calendario Nacional de Vacunación (CNV) con carácter gratuito y obligatorio para personas gestantes con el objetivo de proporcionar, a través del pasaje transplacentario de anticuerpos, protección contra la bronquiolitis durante los primeros seis meses de vida. A tal fin, se aplica una dosis a todas las embarazadas entre las semanas 32 y 36 de gestación, antes del inicio y durante la temporada de circulación del VSR.

La importancia de la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio

Además de ser la principal causa de infecciones respiratorias agudas bajas, el Virus Sincicial Respiratorio también provoca aumento de hospitalizaciones, con eventuales complicaciones, requerimientos de cuidados críticos y elevado nivel de consulta ambulatoria en la época invernal.

Se espera que la incorporación de la vacuna contribuya al descenso de la mortalidad infantil neonatal y postneonatal en nuestro país, al reducir la infección por este virus en niños menores de 6 meses de vida. Asimismo, que logre disminuir los altos porcentajes de ocupación en salas de internación general, camas de terapia intensiva pediátrica y neonatal causados por el virus.

La vacuna, aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), cuenta con atributos de calidad, eficacia y seguridad, y protege contra las variantes RSV-A y RSV-B. Los estudios indican que la eficacia contra enfermedad severa es del 81,8% en los primeros 90 días de vida.

Para recibir la vacuna no se requiere indicación médica. Es obligatorio contar con la constancia de la Edad Gestacional o FUM. La transferencia de anticuerpos a través de la placenta comienza 15 días después de la vacunación.

La estrategia provincial

“La provincia de Santa Fe presentó esta estrategia ante sociedades científicas de infectología, gineco obstetricia y pediatría y los equipos de vacunación. Se enfatizó que, aunque era muy esperada, es fundamental contar con el respaldo de los profesionales obstetras y médicos de cabecera. En esta línea se notificó a profesionales del Colegio de Médicos para que se sumen a la estrategia”, indicó la responsable del Programa de Inmunización de la provincia, Gabriela Clementz.

En la salud pública se hizo una búsqueda activa de quienes debían vacunarse, a partir de información de la Dirección de Salud Sexual Integral. Aprovechando ese contacto en un momento avanzado de la gestación se les entregó material sobre cuidados y recomendaciones durante el preparto, parto y postparto; y se recordó la importancia de realizar laboratorio de VIH, VDRL, control odontológico e hisopado anal. Asimismo, se trató de que las personas completen el resto de las vacunas necesarias durante el embarazo: triple bacteriana acelular (luego de las 20 semanas), Hepatitis B, antigripal y Covid 19.

Por otra parte, “se establecieron convenios de colaboración con diversas instituciones, que incluyeron capacitar a quienes iban a brindar las dosis”, agregó Clementz.

Finalmente, se trabajó en la farmacovigilancia de manera multidisciplinaria en la monitorización de los eventos adversos supuestamente atribuidos a la vacunación e inmunización (ESAVI), mediante la colaboración de los profesionales de salud; y de manera activa, contactando a quienes recibieron la dosis para hacer un seguimiento que abarca desde el embarazo hasta el nacimiento y hasta que los niños cumplan seis meses.

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