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Visto y oído: Pequeñas delicias de la vida cotidiana

"Me siento y escucho. Y ahí me sorprendo. O quiero ver marcas de un futuro que viene del pasado reciente. ¡Ojalá!

Por Juan Pablo Sarkissian

Jueves, casi las tres de la tarde y casi un millón de grados de temperatura que nos atraviesa toda nuestra carne.

Una parada de colectivos es el infierno tan temido. No sólo por el calor, sino por la espera. Pero hay una zanahoria. El aire acondicionado del micro, si funciona, claro.

Subo y veo dos pibes cantando. Una guitarra en esta época se alejó un tanto de lo lúdico para mutar en un instrumento de trabajo. Bueno, para juntar unos mangos. La escena no es ni nueva ni sorprendente.

Me siento y escucho. Y ahí me sorprendo. O quiero ver marcas de un futuro que viene del pasado reciente. Ojalá!

Cantan los pibes: “Me abrazo a la rabia de los vencidos que cruzan sin mapas la oscuridad. ¡Hasta Estallar!”.