Dos jóvenes quedaron a un paso del juicio oral por el crimen de Brenda Samira del Valle, cometido en marzo de 2022 en barrio Empalme Graneros, cuando dos atacantes en moto dispararon contra más de medio centenar de personas que se encontraban en una fiesta callejera y terminaron baleando a casi una decena. La víctima era hermana de Elías Bravo, un adolescente que fue acribillado en la puerta de un búnker en 2011 con una treintena de disparos.
En una audiencia preliminar que tuvo lugar este jueves, la Fiscalía adelantó el pedido de pena para ambos. Para uno de los acusados reclamó 30 años de cárcel por el asesinato y ocho intentos de homicidio y para el otro, sindicado soldadito de Francisco «Fran» Riquelme, 38 años de prisión por los mismos hechos que su compinche, más las figura de encubrimiento agravado, desobediencia y resistencia a la autoridad.
Por datos que figuran en la acusación, la víctima había crecido junto con Fran y su hermano —prófugo en caso de asociación ilícita— en ese mismo sector del noroeste. Más tarde, los Riquelme quedaron como alfiles de Esteban Alvarado, apuntado por allegados a Elías Bravo de ser el autor intelectual de la ejecución cometida once años antes.
A mansalva
La fiscal Georgina Pairola de la Unidad de Homicidios Dolosos explicó en su imputación que la madrugada del domingo 13 de marzo de 2022, en Larrea (al 500 bis) y French, había una fiesta en la calle de la que participaron al menos 50 personas. En esas circunstancias apareció una moto con dos ocupantes.
Para la Fiscalía, al mando de la moto iba Ignacio «Pato» Guassardo y Marcelo Andrés «Checho» Chávez de acompañante. Este último llevaba una pistola calibre 9 milímetros que utilizó para disparar contra las personas que estaban en el lugar, dice la acusación. En la esquina se frenaron y volvieron a tirar hacía el grupo, añade.
El ataque dejó como saldo el crimen de Brenda Samira del Valle, de 24 años. La víctima recibió heridas en el rostro y en la parte dorsal que resultaron letales. Además ocho personas, entre 16 y 18 años, sufrieron heridas de distinta consideración.
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Checho Chávez además fue acusado de desobedecer una orden de detención y resistencia a la autoridad. Lo que ocurrió el 13 de mayo del 2022 cuando estaba junto a Nicolás Cáceres, ya condenado por el hecho, y se cruzaron con un móvil policial que estaba patrullando por la zona de Provincias Unidas y Gorriti.
Los uniformados les hicieron señas para que se detuvieran, pero no acataron la orden y aceleraron. Entonces se hizo un operativo cerrojo que terminó con la detención de ambos en Teniente Agneta y French, luego de que chocaran con una Ford Ecosport y cayeran en una zanja.
Según el parte policial, al que iba de acompañante, luego identificado como Cáceres, se le cayó una pistola. También se determinó que la moto en la que circulaban tenía pedido de captura. Cuando fueron requisados, este último tenía un segundo cargador en un bolsillo, según relataron en aquel momento las fuentes.
Fran versus Mauro, y otras teorías
De la pesquisa surgen distintas versiones respecto del móvil del ataque. Aunque muchos de los testigos dijeron desconocer la motivación, afirmaron que todos se conocen en el barrio. Una de las referencias era que no habían dejado participar a los tiradores de la fiesta clandestina, que Checho Chávez vendía drogas en el barrio y trabajaba para Francisco «Fran» Riquelme.
En esa época eran recurrentes los relatos sobre casos que enfrentaban al clan Riquelme, alineado con el narco Alvarado, con los tiradores de Mauro Gerez, cuyo nombre resonaba como jefe de sicarios de un grupo vinculado con Los Monos que reportaba a Matías «Pino» César, con una regencia a cargo de Julián Aguirre y Andy Benítez en la zona noroeste.
Otra versión sobre el crimen de Brenda dice que había bronca entre Checho y un hermano de la chica por cuestiones vinculadas con el narcomenudeo y una hipótesis tiene que ver con un crimen previo que se había cometido en ese sector de Empalme Graneros, lindero con barrio Ludueña, algunos días antes, donde asesinaron a Joel Toloza.
La víctima era pariente de Nicolás Toloza, hermano de Brian “Gordo Brian” González, condenado por el crimen de la promotora Any Rivero en Capitán Bermúdez. Según esta versión, el barrio debía estar de luto y el grupo atacante se vengó con los rivales por haber hecho una fiesta.
El mencionado Toloza había sido condenado a 16 años y 3 meses de cárcel por el intento de homicidio de un chico de 16 años, ocurrido el 18 de julio del 2020 en Garzón al 300 bis, cuando dos personas que se trasladaban en moto le dispararon. Como consecuencia, el adolescente, apodado Tin, quedó parapléjico. Según la Fiscalía, desde la cárcel hubo esos días un ofrecimiento de 100 mil pesos para cometer el hecho en venganza por el homicidio de Lucas Daniel Cóppola, cometido a unas cuadras del lugar unos días antes. La víctima junto a otro joven estaba haciendo un trabajo de albañilería en la casa del Gordo Brian y su hermano cuando fue baleado.
Elías
Elias Bravo era hermano de Brenda. Lo mataron en octubre de 2011 de treinta disparos en la puerta de un quiosco de drogas ubicado en French al 2100. Tenía 17 años, dicen que era un hábil conductor de motos y una pesadilla para los dealers, porque solía mejicanear los búnkers de la zona noroeste. Su crimen quedó impune.
En su momento hubo una versión que más tarde fue respaldada por dos enemigos íntimos de Alvarado: Carlos Arguelles y Mariana Ortigala. Según esta especie, Darío Sebastián «Oreja» Fernández -con quien Elías había compartido inferiores en el club Argentino- y otros tres muchachos pasaron a buscar a Bravo en un Renault Clío negro. Para los cercanos a la víctima, cayó en una emboscada tendida por Oreja pero nunca se probó en la justicia su participación en el crimen.
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Ese 15 de octubre del 2011 cerca de la medianoche Bravo llegó en una moto hasta el búnker donde fue ejecutado de una treintena de disparos apenas bajó del rodado.
Oreja
Oreja Fernández era un joven vinculado con Alvarado y primo de Emanuel «Ema Pimpi» Sandoval, quien acribillado en una chalet en La Florida perteneciente a un camarista civil mientras cumplía arresto domiciliario -por un caso de tentativa de homicidio- en octubre de 2019.
Cuenta vecinos del noroeste que el padrastro del Oreja, Víctor Hugo Oviedo, con otras tres personas entró a robar en febrero de 2006 una chatarrería de Lavalle al 2100, pero la policía ya estaba al tanto del hecho y terminó siendo una trampa mortal para los ladrones.
El apodo del Oreja también sonó allá por 2013 en el crimen de Luis Medina y su novia Justina Pérez Castelli y en otros hechos resonantes, como el atentado a la casa del entonces gobernador Antonio Bonfatti, cuya autoría intelectual se atribuye a Alvarado.
Dos años más tarde el cuerpo del Oreja apareció en un descampado cercano a la autopista Rosario-Santa Fe con un tiro en la cabeza y sin orejas. Tenía 22 años.