«Moderna se encuentra próxima a autorizarse en menores de 18 años», subrayó Vizzotti, que explicó que una vez que la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos estadounidense) apruebe el uso pediátrico de la vacuna, en Argentina se podrá inmunizar de forma inmediata a los adolescentes de entre 12 a 17 años.
En conferencia de prensa en el Aeropuerto de Ezeiza, recién aterrizada tras su regreso desde el Reino Unido, la ministra aclaró este lunes que se someterá a una prueba de PCR y realizará un aislamiento de «al menos siete días», por lo que no hará uso de la facultad que tienen los funcionarios de eludir esa obligatoriedad.
Vizzotti destacó los avances de la campaña de vacunación en el país y señaló que en los próximos días se estará llegando a los 40 millones de dosis recibidas.
«Tenemos casi el 67% de las personas mayores de 20 años que han iniciado el esquema de vacunación», resaltó, y precisó que «en los mayores de 50 años el porcentaje supera el 85%».
Asimismo, enfatizó que en las personas mayores de 60 años, el 45% ya tiene el esquema de vacunación completo con los dos componentes aplicados.
La funcionaria remarcó que el país está entrando en la «séptima semana consecutiva de disminución de casos» de coronavirus reportados, y destacó que «por primera vez» la cantidad de personas internadas en terapia intensiva «está por debajo del pico de la primera ola».
Ponderó que a raíz de la aceleración en la llegada de vacunas, el Gobierno decidió acortar los intervalos entre la primera y la segunda dosis: a cuatro semanas en el caso de Sinopharm, y de ocho semanas en los casos de AstraZeneca y Sputnik.
Consultada sobre la preocupación sobre la falta de disponibilidad de segundas dosis de la vacuna Sputnik V, con miles de personas que esperan la asignación de un turno para completar el esquema de vacunación, Vizzotti transmitió tranquilidad al sostener que se está trabajando para encaminar la situación.
«Llegaron la semana pasada mas de 550.000 dosis segundo componente. Tenemos casi un millón de dosis que ya están formuladas en Argentina y están en el control de calidad para su aprobación», puntualizó.
A su vez, señaló que «el aumento de las segundas dosis se va a ir viendo progresivamente y esperamos que la parte de la población que está esperando el segundo componente lo pueda recibir lo antes posible».
La titular de la cartera de Salud también se refirió a la agenda de actividades que llevó a cabo en Inglaterra y reveló que le volvió a transmitir a las autoridades de AstraZeneca la disponibilidad de Argentina para poder formular las vacunas en el país.
A través de un convenio, en Argentina el laboratorio mAbxience produce el principio activo de la vacuna de AstraZeneca y luego las partidas se envían a México para su envasado y posterior distribución, operatoria que viene generando retrasos en la llegada de las dosis terminadas al país.
Vizzotti aclaró que la decisión está en manos de AstraZeneca, que ya tiene 26 lugares en el mundo donde se envasan las vacunas, y explicó que la posibilidad de que acepte la propuesta argentina depende de si se genera un «cuello de botella» en el proceso de formulación.
«Seguramente no va a ser de un día para el otro», afirmó la ministra, que también indicó que hubo un planteo hacia las autoridades de AstraZeneca para que se pueda fortalecer el cumplimiento del contrato y aumentar la velocidad de entrega de las dosis.
En otro orden, la titular de Salud destacó que pese a que en el Reino Unido hubo un rebrote de coronavirus por la circulación de la variante Delta, el impacto no se ve reflejado en «hospitalizaciones y muerte», lo que confirma la eficacia de la vacunación.
«Hoy fue un día clave para el mundo porque se han levantando las restricciones en el Reino Unido recomendando el uso de tapabocas en espacios cerrados», celebró.
En tanto, Vizzotti señaló que en el país existe aún una alta demanda por parte de la población para recibir la vacuna, por lo que aún no se definió una estrategia para presionar a aquellas personas que no tienen la voluntad de inmunizarse contra el coronavirus, un fenómeno que inquieta a países del Primer Mundo que tienen la campaña de vacunación en una etapa más avanzada.