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Volvió a Ushuaia el veterano de Malvinas que fue a la Antártida en velero

El Galileo amarró en la madrugada de este lunes tras visitar bases argentinas, salvo Esperanza: una masa de hielo lo impidió. El periplo llevó 22 días a través de las aguas que están entre las más heladas y peligrosas del mundo

El velero Galileo, liderado por el ex combatiente de la guerra de Malvinas y oriundo de Bahía Blanca Nilo Navas, amarró en la madrugada de este lunes en Ushuaia, Tierra del Fuego, luego de realizar una travesía de 22 días por los mares del sur y la Antártida, informaron desde la Fundación Malvinas Argentinas.

Navas, junto al resto de la tripulación, integrada por el capitán Andrés Antonini, el contramaestre Mario Monserrat, el piloto Damián Galera y el patrón navegante Matías Miguez amarraron con el Galileo a la 1 de la mañana en el club Afasyn.

El propio Navas señaló que la travesía fue un éxito: “El objetivo fue cubierto con creces porque pudimos llegar a las bases argentinas con nuestra bandera al tope y al 100%”.

“No pudimos llegar a la base Esperanza porque soplan los vientos de tal forma que acumulan hielos, y el único que puede hacerlo es el rompehielos, teníamos una barrera. No podíamos pasar y cambiamos el rumbo”, expresó Navas.

El veterano de Malvinas sostuvo: “Nos fuimos a Carlini que queda enfrente, y desembarcamos la imagen de la Virgen de Luján, donde hicimos una ceremonia sencilla y emotiva”.

“El barco se portó excelente, cumplimos los tiempos, cruzamos el pasaje de Drake que era el desafío y navegamos por el Beagle”, contó Navas.

El integrante de la tripulación sostuvo que en el marco de la travesía a bordo del Galileo visitaron las bases argentinas Decepción, Melchior, Brown, Primavera y Carlini.

“La que nos quedó fue Esperanza, no podíamos franquear los hielos porque es muy peligroso”, recordó.

Navas dijo que “la navegación se llevó a cabo entre hielos en flotación, pero ahí (en Esperanza) había masas de hielo”.

Al hablar sobre el regreso, el ex combatiente de Malvinas señaló: “Decidimos cruzar el (estrecho de) Drake a vela, no a motor, es un desafío máximo y la entrada del Beagle estuvo complicada también porque tuvimos vientos de frente muy fuerte”.

“Tuvimos que ir cociendo el canal, es decir hacer zigzag desde la costa de Chile a la Argentina y después –de pronto– se planchaba el viento y estábamos doce horas flotando”, relató.

“Nuestro desafío era ir a vela, a motor lo hace cualquiera, y lo hicimos con un barco chico”, se vanaglorió en referencia al Galileo.

Por último, dijo que el velero quedará todo el año amarrado en Ushuaia, ya que en 2021 emprenderán el regreso a Bahía Blanca y Mar del Plata, pero tras cumplir su “próximo objetivo”, que suena más simple: “La navegación hacia la Isla de los Estados, donde hemos ido tantas veces”.

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