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“Voy a tirarle nafta”

Así fue la confesión que le hizo el adolescente a su cómplice bonaerense el día que provocó un incendio en su vivienda que terminó con la vida de su padrastro y su hermanita de 2 años en enero pasado en la localidad santafesina.

“Voy a hacer lo que siempre quisiste, voy a quemar a toda mi familia junto conmigo. Acabo de comprar nafta…”, fue el último mensaje que le mandó Lihuel G., de entonces 16 años, a su amigo virtual. Después tiró combustible en la habitación de su padrastro, quien dormía junto a su hermana de 2 años, y le prendió fuego. Padre e hija murieron dentro de la vivienda. Todo ocurrió el 23 de enero pasado en la localidad de Rufino. Lihuel fue detenido después de que le curaran las quemaduras en las manos y quedó a cargo del Juzgado de Menores de Venado Tuerto.

Los pesquisas descubrieron mensajes en la computadora y el celular del adolescente en los que otra persona le ayudaba a planear el crimen de su padrastro, Miguel Cuello, de 50 años.

Los investigadores rastrearon la dirección de IP hasta Uriel R., de 22 años, quien tenía domicilio en la localidad del partido bonaerense de San Isidro. Tras ese dato, el fiscal Mauricio Clavero solicitó un orden de allanamiento y el viernes de la semana pasada la brigada de la Policía de Investigaciones (PDI) de Rufino viajó a la provincia de Buenos Aires. Y con la colaboración de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro hicieron el operativo en el chalet de Uriel.

El muchacho no presentó ninguna resistencia y de su vivienda secuestraron siete teléfonos celulares, tarjetas de memoria, dos CPU, dos computadoras portátiles y tres routers, explicaron las fuentes de la pesquisa.

Ese mismo día, el personal de la PDI lo trasladó de provincia de Buenos Aires a la comisaría 3ª de la localidad santafesina de  Rufino.

Las conversaciones

Anteayer, Uriel fue imputado por homicidio agravado en calidad de determinador. “El resultado del análisis de las conversaciones arrojó que hubo indicaciones claras al menor para que cometa el crimen”, dijo el fiscal Mauricio Clavero.

En la audiencia que se llevó a cabo en los tribunales de Rufino también se conocieron algunos de los diálogos que tuvieron el día del incendio fatal donde se intercambiaban detalles de lo iba a suceder. “Esperalo con un cuchillo de la cocina…”, le escribió Uriel, y el adolescente le respondió: “No, voy a tirarle nafta y después le prendo fuego…”.

En el medio, Uriel le dijo al adolescente que, una vez que concretara el hecho, se fuera con él a Buenos Aires. “Y vemos cómo resolvemos esto”, fue la frase que usó para dar cuenta de que lo apoyaría. Los investigadores explicaron que los peritajes realizados lo largo de estos 8 meses establecieron que la relación entre Uriel y Lihuel se daba sólo a través de la red.“Se conocían hacía casi un año y no se habían visto nunca en persona. Se llamaban por sus alias como «gamers» (jugadores virtuales) y lo que más sabían del otro era todo lo relacionado con los juegos en red”.

La imputación a Uriel por homicidio agravado en calidad de determinador (dar directivas a otro para cometer un delito) tiene la misma composición de pena que el  autor del crimen, explicaron voceros judiciales. Además, las fuentes  adelantaron que hoy por la tarde se realizará la audiencia que determinará el plazo de la prisión preventiva para el muchacho.

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