Tropofonia se emite todos los martes de 22 a 23 por FM Radio Nacional Rosario; los lunes de 22 a 23 por la Radio Federal de Minas Gerais, en Belo Horizonte, Brasil; y los domingos a las 19 por la radio Kancha Parlaspa de Cochabamba, Bolivia. Lejos de ser lo que aparenta, o sea, un programa de radio en expansión, Tropofonia reúne todas las cualidades para escapar de los límites de la frecuencia modulada y clasificarse como un verdadero proyecto. Así, la característica principal de este espacio, nacido en Rosario en 2007, es lograr la convergencia de elementos del teatro, la plástica y la literatura dentro del lenguaje radial. El pasado jueves, el grupo que lleva adelante Tropofonia en la ciudad se presentó en el Centro Cultural Parque España para contar qué se hizo en estos años y cuáles son los proyectos futuros. Para la presentación, los integrantes montaron una escena teatral con videos y música en vivo de Petula and The Mormones y Flying Dodo Society.
Este programa y proyecto radial trabaja de manera autogestiva, y ya se ha contagiado a Brasil, Uruguay y Bolivia. En Rosario, el staff de Tropofonia está integrado por Laia Ferrari, Ludmila Bauk, Gervasio Monchietti, Gabriel Faure, Damián Valdéz, Joaquín Valdéz y Petula, este último un “personaje inclasificable” según sus compañeros. El grupo, además, se está encaminando en otras ramas del arte y la difusión, como la edición de libros de autores rosarinos y brasileños.
“Lo del jueves fue una presentación grupal del proyecto. Siempre me ha parecido que es difícil contar un proyecto que no tiene una zona única de búsqueda, que es medio mutante. Entonces se mostró con algunas imágenes el recorrido del grupo, cómo se puede usar el espacio, y se explicó que nos interesa que sea un lugar no sólo de producción sino también de difusión”, explicó Monchietti, tratando de contar cómo se hace para exponer un programa de radio que es más que un programa de radio (algo realmente “mutante”, como bien dijo). En diálogo con El Ciudadano, Gervasio contó qué es este entramado de prácticas y lenguajes y cómo lo llevan adelante.
—¿Qué significa Tropofonia? ¿Por qué es “una experiencia del lenguaje”?
—Tropofonia, una palabra que usamos sin tilde, es un término que creamos junto a Sebastián Moreno para nombrar al programa de radio, buscando un nombre que remitiera a los conceptos “palabra”, “voz” y “sonidos”. Es una conjunción de los términos “tropo” (metáfora, metonimia) y “fonía”. Aun así, la mejor definición la escuchamos hace algunos meses de un poeta amigo, Fernando Callero: Tropofonia es “voz y movimiento”.
—¿Y por qué es una “experiencia del lenguaje”?
—Decimos así porque intentamos que el proyecto no se reduzca a un solo lenguaje, sino a la posibilidad de una convivencia de la radio con la poesía, la literatura, el teatro; o bien la radio en vivo, con público, con músicos o narradores orales.
—¿Por qué trabajar desde la autogestión? ¿Cómo hacen, entonces, para mantener el proyecto en pie?
—En este momento, y desde hace tres años, el programa se emite por FM Radio Nacional Rosario, mediante un contrato de emisión que implica no pagar por el espacio pero no vender publicidad, logrado gracias a Claudio Berón, director anterior de la radio. No veo la autogestión como trabajo necesariamente sin apoyo estatal o privado; además, la falta de publicidad privada nos lleva a tener que buscar otras formas de gestión. Por otro lado, y ésta es mi opinión personal, veo la autogestión como la tentativa de definir nuestras propias reglas de juego, que siempre pueden estar en discusión y que tratamos que generen un consenso y no una mayoría. Buscamos difundir determinadas estéticas que nos interesan, relacionarnos con otros grupos que tienen formas de trabajo parecidas, colectivos o no. El proyecto se mantiene en pie y crece sobre todo a partir del afecto, la necesidad y la idea de no-apropiación.
—¿Por qué es un proyecto y no simplemente un programa de radio?
—Se abre a un proyecto a partir de los intereses de sus integrantes. El teatro, la poesía, la edición van apareciendo como intereses, y tratamos de que al menos parte del grupo colabore y funcione en esa dirección. Además, tratamos de ser conscientes de que la radio es un medio de difusión que mucha gente joven no utiliza, o que limita otras búsquedas.
—Según la invitación a la presentación del jueves pasado, Tropofonia busca “recuperar elementos del teatro, la plástica y la literatura, y llevarlos al lenguaje radial”. ¿Qué significa eso? ¿Por qué, a pesar de “limitar” o no ser lo más elegido, eligieron la radio? ¿Qué herramientas les brinda?
—Hay un libro que para mí fue esencial que se llama “El arte radiofónico”, escrito por Ricardo Haye. Allí, él relaciona la radio con la filosofía del arte. En la radio buscamos incorporar elementos que enriquezcan el lenguaje: ruidos, sonidos, onomatopeyas, instrumentos. Generalmente nos apoyamos en autores elegidos en base al placer de lectura, pero hay algunos que sonoramente nos interesan mucho: Artaud y sus experiencias radiales, Girondo y su poesía, Pizarnik y ese poder en el lenguaje, Cortázar y sus imágenes. La radio, como dijo Brecht, permite al oyente imaginar lo que quiera. Por supuesto que es una búsqueda, y no siempre sale como quisiéramos.
—¿Cómo nace el proyecto editorial? ¿A quiénes han editado?
—A partir de la publicación de la revista Tropofonia en formato bolsillo, a fines de 2007. Luego hicimos ediciones de textos propios: publicamos un libro de Laia y Sebastián (Dos gotas y un impermeable), de Wilmar Silva que es poeta y el conductor de Tropofonia en Belo Horizonte, y también un libro en conjunto con Anome Livros, que es una editorial brasileña, donde publicamos un autor argentino, Javier Galarza, y una brasileña, Tania Alice. En el 2010 iniciamos una colección de poesía con dos títulos: El Hit del Verano, de Tomás Boasso y Ramiro García; y Trincheta, que es el mío. Este año seguiremos con Acústico, de Carolina Mussa, y Veraneo, de Pilar Almagro Paz. Y también con una nouvelle: Darwin, de Petula.
—¿Y cómo trabajan el teatro y la plástica?
—El modo de trabajo es dejarse afectar y escuchar el interés que surge desde el deseo. Es decir, el teatro es un lenguaje que nos atraviesa. Entonces, la forma que adopta el deseo pueden ser talleres de teatro o radioteatros, una obra, o simplemente hacer radio en vivo con algunos elementos del teatro. Es una zona hacia donde el proyecto se estira. En el caso de la plástica, en sentido estricto, el principal elemento plástico que tenemos es el diseñador Joaquín Valdéz, un joven muy talentoso que nos hace las portadas y todo lo que a diseño gráfico e ilustración se refiere. En las presentaciones en vivo tratamos de que haya elementos de esos dos lenguajes que enriquezcan ese momento.
—Tropofonia se hace también en Uruguay, Brasil y Bolivia. ¿Cómo establecieron contacto con los otros países y cómo se desarrolla el proyecto allá?
—Los contactos se fueron dando por afecto, trayectos y proyectos en común que fueron surgiendo. Laia Ferrari y Sebastián Moreno empezaron a viajar juntos por Latinoamérica a comienzos del 2008. Durante tres años estuvieron en Uruguay, Brasil y Bolivia, vivieron alrededor de un año en cada lugar. En La Paloma, crearon Tropofonia en FM Cadena de la Costa, y trabajaron haciendo proyecciones de cine, junto con un grupo local llamado Ojo de Buey. Además, daban talleres de teatro y armaron una obra. En Brasil consiguieron un espacio en la Radio Federal de Minas Gerais, y comenzaron el programa con la colaboración de Wilmar Silva. El año pasado se obtuvo allí el premio de la Asociacion de Radios Públicas de Brasil, en la categoría radio-arte. El programa actualmente continúa, se puede escuchar los lunes a las 22, y lo conducen Wilmar, Francesco Napoli y Cristina Borges. En Bolivia, el contacto se hizo con la radio comunitaria llamada Kancha Parlaspa. Pero también con el centro cultural El Martadero, e incluso con la Fundación Simón Patiño.
—Y entonces, ¿qué son los Festivales Internacionales Tropofonia?
—Hasta ahora se organizaron dos: el primero en Rosario, a fines de 2009, y el segundo en Cochabamba, Bolivia, a fines de 2010. Se organiza originalmente como modo de encuentro entre los integrantes de los tres lugares donde actualmente funciona Tropofonia. Cada nodo tiene sus integrantes de esa ciudad, de modo que cada programa tiene también una estética con características propias. Y por otro lado también se organiza como modo de integrar el teatro, la radio, la poesía, literatura e incluso el cine, en un momento. También se organizan talleres de diversas disciplinas. En el festival de Rosario se convocó a Poetas del Tercer Mundo, a Victoria Ciaffone del Festival de Cine Under, Leonel Giacometto, Revista En Voz Alta, Diatriba Editorial, entre otros. En el de Bolivia participó una ex integrante del grupo Fuerza Bruta, el colectivo Quimbando, hubo talleres de fotografía, teatro, poesía sonora.