Las sentencias dictadas en los juicios orales realizados el año pasado por los asesinatos del adolescente Walter Cáceres y del ex jefe de la barra brava rojinegra, Roberto Pimpi Camino, serán revisadas en los próximos meses por tribunales integrados especialmente. La medida fue determinada debido a que las resoluciones de los procesos fueron apeladas por cada una de las partes, por lo que ahora los camaristas serán los encargados de evaluar la admisibilidad del pedido y, en el caso que corresponda, sustanciar el recuso. Para el caso Cáceres, donde cuatro personas fueron absueltas, la apelación será llevada adelante por la Sala III de la Cámara Penal integrada por los magistrados Otto Crippa García, Carina Luratti y Alfredo Ivaldi Artacho. Mientras que la revisión de la sentencia por el crimen de Camino –donde hay dos condenados y un absuelto– estará a cargo de la sala Penal IV conformada por los jueces Rubén Jukik, Daniel Acosta y Adolfo Prunotto Laborde.
Durante el año pasado, existió gran repercusión pública en torno a dos juicios orales que se llevaron adelante. El primero de ellos fue por el homicidio de Roberto Pimpi Caminos, que estuvo a cargo de un tribunal pluripersonal compuesto por Gustavo Salvador, José Luis Mascalli y Julio Kesuani. En esta causa, René Ungaro, Carlos Godoy y Emmanuel Suárez se sentaron en el banquillo de los acusados, los dos primeros fueron condenados a penas de 17 y 11 años respectivamente, por su participación en el homicidio agravado por el uso de arma de fuego de Camino, mientras que Suárez logró la absolución.
El fallo fue apelado tanto por la fiscalía de Nora Marull como por la querella a cargo de Rubén y Gabriel Navas y la Cámara Penal fijó el tribunal superior que va a entender en el caso. La Sala IV estará al frente del trámite a través de los camaristas Rubén Jukik, Daniel Acosta y Adolfo Prunotto Laborde, este último fue designado luego de que Ernesto Pangia se excusara en la causa. Ahora los magistrados deberán determinar si el recurso cumple con los requisitos legales para que el mismo sea admisible. En el caso que así lo considere se abre el recurso y se produce una audiencia donde las partes fundamentarán su postura para que luego los camaristas emitan un fallo que puede confirmar o modificar el fallo dictado en el juicio oral.
La misma circunstancia atraviesa el fallo dictado en el juicio por la muerte del Walter Cáceres, de 14 años, ocurrida en febrero de 2010 cuando un colectivo que transportaba hinchas de Newell’s desde la cancha de Parque Patricios, en provincia de Buenos Aires, fue emboscado y baleado sobre la autopista Aramburu, a la altura de barrio Las Flores, en el ingreso a Rosario.
Por este hecho, cuatro personas fueron llevadas a juicio: Carlos “Chino” Fleitas, Claudio “Pájaro” Cantero y César “Bola” Marchetti fueron acusados de la autoría de los delitos de homicidio, lesiones leves y graves, y daño, todos agravados por el uso de arma de fuego, mientras que Mariano Salomón llegó acusado como partícipe secundario. Luego del debate los cuatro sospechosos fueron absueltos y la fiscal Ana Rabín apeló el fallo absolutorio dictado por los jueces José Luis Mascalli, Edgardo Fertitta y Julio César García.
La sentencia será revisada por la Sala Penal Sala III de la Cámara Penal integrada por Otto Crippa García, Carina Luratti y Alfredo Ivaldi Artacho, si los requisitos de admisibilidad están cumplidos.
El pedido del defensor
Marcelo Piercechi es defensor de Emmanuel Suárez uno de los acusados por la muerte de Pimpi Caminos. Mientras que otro de sus pupilos fue Mariano Salomón, enjuiciado por el homicidio de Walter Cáceres. En ambos casos, sus defendidos fueron absueltos aunque la sentencia que los beneficia fue apelada. Ante ello, el letrado solicitó que no se admitan los dos recursos planteados contra sus clientes y se basó en la violación del principio constitucional del non bis in idem, es decir la imposibilidad de que una persona sea juzgada dos veces por el mismo hecho. Piercechi entendió que al intentar una nueva persecución penal contra sus defendidos, aunque sea en una instancia superior, se busca imponer una condena cuando el juicio propiamente dicho terminó. Ahora restará a los camaristas resolver el planteo del defensor y en el caso de que admitan la apelación revisar las sentencias apeladas.