Por Federico Cánepa
Cuando esta tardecita el equipo de Cuffaro salga al Gigante de Arroyito, el portador de la camiseta número 9 sentirá una sensación especial. Pero claro, no será solo él. Todos los canallas verán que finalmente luego de mucho esperar el sueño se transforma en realidad.
Luciano Figueroa retornará a su casa. Tras haberse ido una vez finalizado el Clausura 2003, el sueño de la vuelta rondó por su cabeza en forma permanente. Muchos equipos y diferentes destinos pasaron por su carrera. Pero él sabía que este día llegaría. De su retorno en forma concreta se está hablando hace un año. Pero tras un paso por Boca, el Genoa de Italia lo recuperó y todo se postergó.
A mitad del año pasado hubo un nuevo intento por repatriarlo, pero aquella vez el impedimento fue económico. Ahora en este último mercado de pases fue él quien tomó la posta. Sin continuidad en el equipo italiano, negoció con los dirigentes su salida y concretó la vuelta a su casa.
En este retorno algo deberán tener en cuenta no sólo el cuerpo técnico, los compañeros, los dirigentes o los hinchas: el que vuelve esta tarde es un goleador. Un gran goleador que ha dado muestras más de una vez de su capacidad. No un salvador.
Y ese será un gran punto a entender por todos los Canallas. Lucho por si sólo podrá resolver las situaciones de cara al arco. Hasta quizás gane algún partido. Pero no sacará a Central de esta complicada situación él solo. Habrá que tener en claro que quizás lo más difícil y lo primordial a buscar, es respaldar al hombre gol con un equipo seguro y que genere en consecuencia.
Si Cuffaro logra enderezar este complicado arranque, le encuentra la vuelta al equipo sin dudas la presencia de Figueroa será un aporte importantísimo y un hándicap que muy pocos conjuntos del campeonato tendrán. Y la salida de la zona baja de la tabla de promedios será menos traumática. Caso contrario, Lucho sólo no podrá evitar que la angustia se vuelva a apoderar de todos los canallas hasta las últimas fechas como ya ocurrió hace un año atrás.
Hoy, después de 2413 días la camiseta número 9 volverá a ser propiedad del rubio delantero. Algo que en realidad, aunque no la vistió siempre le perteneció desde su ida. Nadie en estos siete años llenó ese lugar de goleador en la cancha y en el corazón de los hinchas. Por eso esta tarde en el Gigante se vivirá una sensación especial. La vuelta de Lucho-Gol. No de un salvador, pero eso será más tema de Cuffaro y no de los hinchas.
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