Lejos de las amenazas de alejamiento del cargo, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, está más cerca que nunca de los Kirchner. La Presidente le dio una misión para la economía: el control de los precios en aquellos productos que serían altamente demandados por los beneficiarios de incrementos en salarios y jubilaciones.
El funcionario fue instruido por Cristina de Kirchner para fiscalizar que sectores como alimentos y bebidas (además de farmacia, servicios y algunos textiles), no incrementen sus precios en agosto. Supone el Gobierno que el dinero adicional que circulará por las últimas medidas irá directamente al consumo, ya que es un público de muy baja capacidad de ahorro. Es el caso de los cerca de 6 millones de jubila-dos, que percibirán incrementos en sus haberes desde setiembre (la mínima pasó de los $ 895 a los casi $ 1.100 incluyendo la retribución del PAMI). Se suman además los sectores que mejorarán sus sueldos a partir de la suba del salario mínimo vital y móvil, que pasará de $ 1.500 a $ 1.740 este mes, y $ 1.840 desde enero de 2010. En total, habría casi un millón de beneficiados por esta medida. Se incluye también a quienes reciben la asignación universal por hijo, cuyo monto pasó de $ 180 a $ 220 mensuales. Finalmente, también comenzaron a operar a pleno desde el segundo semestre, los incrementos sa-lariales fruto de las últimas paritarias, que en general cerraron con alzas promedio de los sueldos del 25%, según datos del Ministerio de Trabajo, a cargo de Carlos Tomada.
Presión
Ante este panorama, descartan en el Gobierno con cierta lógica, que ya comenzó a percibirse una presión importante sobre los precios de los productos de la canasta básica, especialmente alimentos y bebidas, y remedios (a partir de los incrementos a los jubilados). Por esto, y luego de recibir la orden presidencial, Moreno ya armó su listado de empresas cuyos responsables tendrán que presentarse en sus oficinas. A todos se los recibirá con un café, un listado de precios a julio y la verba amigable del funcionario. Les aclarará que el mismo nivel de precios tendrá que permanecer hasta, por lo menos fin de año. Entre las compañías que deberán pasar por el viejo edificio de la Secretaría de Industria, figuran Molinos, Kraft, Pepsico, Quilmes, Arcor, Procter & Gamble, Coca-Cola, Unilever y la mayoría de los laboratorios.
A todas Moreno les desplegará la teoría sobre los aumentos de precios que Cris-tina de Kirchner hizo públi-ca durante el anuncio a los jubilados, y que luego fue explicada a Moreno. Según esta visión, todas estas empresas tendrían capacidad instalada suficiente para aumentar los niveles de producción sin necesidad de incrementar los precios ante el «cuello de botella». Para el Gobierno, en ninguno de estos casos se justificaría la visión sobre la necesidad de incrementar el valor final de un bien por la incapacidad de abastecer la demanda. Según aseguran sus colaboradores, Moreno conoce esta visión técnica y estratégica mejor que nadie.