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Vulneradas y violentadas: madrugada de espanto anunciado para una mamá y su beba en villa Banana

Vecinas y personal del Comando Radioeléctrico socorrieron este miércoles a Rocío, una chica que vive en Presidente Perón al 5000. Su beba recibió un golpe en la cabeza y debió ser derivada al Vilela. Un joven de 24 años, pareja de la chica, quedó detenido y será imputado

Este miércoles, Rocío y su beba Natasha pasaron una madrugada de terror en su casita humilde de villa Banana donde viven hace 15 días. Mauricio, pareja de la chica, apareció desencajado y las golpeó. No era la primera vez. En esta ocasión, la desesperación de Rocío la llevó a pedir ayuda a sus vecinas, quienes llamaron a la Policía. La mamá y su hija terminaron en el hospital de Niños Vilela. Allí las atendieron y por su situación de vulnerabilidad debió intervenir un equipo interdisciplinario. Mauricio quedó detenido y será imputado, adelantaron desde la Fiscalía.

Las vecinas y vecinos de uno de los pasillos que están a la altura de Presidente Perón y Felipe Moré no tardaron en darse cuenta que algo andaba mal con la nueva familia que había llegado hace dos semanas. Notaron que Mauricio, que tiene 24 años, mantenía un consumo problemático de drogas, y por las noches golpeaba y maltrataba a Rocío y a sus dos hijas, una beba de cuatro meses y una nena de dos años.

Pasada la medianoche de este martes ese cuadro de violencia de género se agravó. Rocío salió de su casa desesperada y comenzó a golpear puertas. Pedía ayuda. Sus vecinas no dudaron y llamaron a la Policía. Al lugar llegó personal del Comando Radioeléctrico que detuvo a Mauricio. La casa, contaron vecinos, era un caos. Rocío y sus hijas sobrevivían con apenas unos trastos. “Él le sacó los 10 mil pesos –del ingreso de emergencia– y compró droga. Le vendió hasta la garrafita y la mercadería”, contaron a Canal 3 las vecinas que socorrieron a Rocío y a la beba. Las dos terminaron arriba de un patrullero camino que las llevó al Vilela donde llegaron a las 2.30.

Los médicos constataron un golpe en la cabeza de la beba Natasha, aunque no es grave y su estado general es bueno, dijo Viviana Esquivel, directora del Vilela. El alta no depende de su salud física: por el estado de vulnerabilidad, marcado por la violencia que sufren la madre y sus hijas, debió intervenir un equipo interdisciplinario –integrado por pediatras, trabajadores sociales, psicólogos y abogados– para evaluar que la vuelta a su casa sea en condiciones de seguridad, señaló la jefa del hospital de Niños.

Las vecinas de Rocío, que hicieron una rápida colecta de alimentos y electrodomésticos para ayudarla, contaron la realidad cotidiana de la chica: “Él la amenaza y le dice que si ella hace algo como una denuncia, la va a dejar en la calle y va a llamar a sus familiares. Ella no se hablaba con nadie. Tiene miedo y es tímida. Él ponía la música fuerte para que no se escuche cómo le pegaba”.

Contaron que Mauricio, que quedó detenido en la comisaría 32ª a la espera de ser imputado, vendió y rompió lo poco que había en la casa.

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