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Walter Giardino: “Ser músico es una entrega, un lugar donde te jugás la vida”

El líder de Rata Blanca, habló sobre el rock actual y el momento que vive la banda que formó hace más de treinta años y con la que llega a Rosario para repasar todos sus clásicos, que siguen pasando de generación en generación

Antes de emprender una gira en la que recorrerá Estados Unidos, México y Colombia, Rata Blanca se presentará en Rosario. Desplegará un show repleto de himnos donde celebrará el devenir de un camino que transformó para siempre la historia de la música nacional. “Rata ya es una banda clásica que es un poco rehén de su carrera, de sus canciones y de las que quiere la gente”, opinó su líder, Walter Giardino, al tiempo que, expresó que “siempre se intenta renovar el show poniendo nuevas canciones” aunque cree que, “la gente viene a los recitales a ver Rata Blanca”, esa banda de rock que siempre escuchó y quieren seguir haciéndolo.

Considerada la formación de rock metal más importante de habla hispana, Rata Blanca, fundada en Buenos Aires en 1987 por Walter Giardino tiene varios hitos en su historia, todos dentro de la música: Magos, Espadas y Rosas es su álbum más glorioso con millones de copias vendidas en todo el mundo, “La leyenda del Hada y el Mago” es una de las canciones más vistas en Youtube y “Mujer Amante” es considerada una de las mejores baladas de todos los tiempos del rock internacional.

A un año del último concierto en Rosario, Walter Giardino charló con El Ciudadano sobre el presente de la banda a treinta años de aquel sueño que lo cambió todo, y anticipó qué ocurrirá en este reencuentro con su público local en el que reafirma un lazo que se mantiene de generación en generación.

—Rata Blanca es una banda honesta. Siempre hizo lo que creía correcto y con esa coherencia lleva más de treinta años de vigencia. ¿Qué significa esta permanencia en los escenarios no sólo de Argentina sino del mundo?
—Lo que dijiste es importante. Toda mi carrera se basó en el amor que le tengo a la música, la vocación que sentí desde chico por ella. Siempre intenté hacer las cosas de la mejor forma, incluso cuando era muy chico. Creo que Rata fue una conjunción de toda esa experiencia donde conseguí compañeros que estuvieron de acuerdo con hacer las cosas como se hicieron y, más allá de las épocas, eso siempre se mantuvo. Esa coherencia termina dando la razón a una idea, a una forma de hacer las cosas, a una propuesta artística que es música y que se apoya ciento por ciento en eso. Rata Blanca fue popular por sus canciones, no por cuestiones extra musicales, sociales o ideológicas. Rata es música pura, por eso trascendió al mundo.

—Incluso conquistó lugares donde no se habla el idioma nativo de la banda.
—Antes nosotros escuchábamos música y no entendíamos las letras. Me pasó cuando era chico y casi ni me importaba. Creo que ese efecto hoy se está dando al revés. Y me gusta eso porque es lo que me pasó a mí cuando tenía doce años y escuché algunas bandas como Deep Purple.

—Uno de los temas que siempre les piden en vivo es «Mujer amante», una canción que trascendió generaciones y que también para los nuevos públicos es una infaltable. ¿Qué significa hoy esa canción?
—“Mujer amante” y otras canciones como “La Leyenda” (del Hada y el Mago) o “El Sueño de la Gitana”, son cosas que nos pasaron y marcaron la gran diferencia entre tener una banda virtuosa, de habilidad en la ejecución, de velocidad y voces agudas y tener canciones que trascendieron todo eso. Hoy la gente no sale a ver tanto a los guitarristas virtuosos como en los años 80. Eso pasó, fue un momento, pero a nosotros nos quedó parte de todo ello. Y algo que nos vino muy bien, y es lo mejor que le puede pasar a un músico, es que sus canciones trascendieran las épocas y las generaciones y quedaran en el lugar que lo hicieron.

—Todo mérito de ustedes que nunca recibieron demasiada atención por parte de los medios para un fenómeno que estaba haciendo historia. ¿Te sigue sorprendiendo esta falta de reconocimiento por parte de muchos medios argentinos?
—El reconocimiento de los medios no me importa. El género es relativo y hay gente que puede escuchar Rata y otros que, estando dentro del heavy, no les gusta. El problema es el fondo de esto. Argentina está mostrando lo que es, cada vez más. Y eso justifica como estamos. Lo que te estoy hablando es cultural. Si vos tenés un artista que genera lo que nosotros y lo omitís desde los medios y el mainstream pero también desde la parte empresarial, puede ser que algo que es grande pudiera haber sido mucho mayor. Pero los más perjudicados no somos nosotros que seguimos haciendo lo que queremos y diciendo lo que pensamos. De que el mainstream elija a sus artistas caprichosamente no sé qué pensar, me parece patético. Porque se habla de cosas que no son importantes y se les da mucha trascendencia. O de artistas que parecieran que son grandísimos y eternos y no es para tanto. Al final, la carrera de un artista se marca por su día a día.

—También por su honestidad y su coherencia.
—Sin duda, su coherencia y su posición en la forma de hacer las cosas. Yo veo grandes artistas del pop que terminaron sus carreras y están en lugares increíbles como Elton John. No veo lo mismo en los artistas de acá. El tema es ser coherente con lo que se busca y lo que se exige a un artista. Creo que Rata Blanca, o al menos yo, estoy preocupado todo el tiempo porque la gente venga a un show y se vaya emocionada y satisfecha por la intensidad, la ejecución y la entrega; por todo lo que sucede arriba de un escenario. Ese es mi estilo que quizá no sea tan argentino y por eso me deje un poco afuera.

—Los argentinos somos muy críticos de nuestros ídolos, un ejemplo es lo que sucede con Messi o el Papa Francisco.
—Sí, pero Rata no es abiertamente criticada porque para hacerlo muchos tendrían que saber. Somos una banda que nunca se apoyó en cuestiones extra musicales para salir en la prensa. Somos gente bastante íntima y nuestra vida privada la cuidamos mucho y la ponemos en el lugar que pensamos es el correcto. Capaz eso, para el marketing, no es lo mejor. Sería más interesante para cierto periodismo que nos hubieran enganchado en algún asunto con drogas pero nunca sucedió.

—A esta altura del partido no creo que te preocupe lo que digan o dejen de decir. ¿O sí?
—Para nada. Pero en su momento no lo entendimos. Rata es una banda muy de barrio que llegó a un lugar un poco extraño con un género que parecía no podía estar sobre el pop y sin embargo tuvimos años que vendimos más discos que nadie. Todo eso nos llevó a una situación para la que no estábamos preparados. No nos avisaron que ese éxito tenía consecuencias que no eran justas. Nosotros pensábamos que hacer las cosas bien nos daba el espacio para seguir nuestra carrera. Pero nos dimos cuenta de que no, de que había un montón de cuestiones que no se pueden entender y que tienen que ver con la mala actitud y cuestiones oscuras.

—¿Ahora, como oyente, hay algo del rock o el heavy argentino que te atraiga?
—Todavía no llegó nada que me impresione, quizá veo buenas ideas o cuestiones que puedan plantearse con una dirección interesante pero ninguna banda que esté posicionándose desde ese lugar. Se habla mucho de que ya no es lo mismo, que las cosas cambiaron, y estoy de acuerdo pero como se cerraron puertas también se abrieron otras. Es un momento en que los más jóvenes están tratando de dilucidar la realidad de la ficción, lo virtual de lo real. Veo muchos chicos que tocan muy bien pero están encerrados adentro de su habitación y no terminan de salir de ahí. Eso no es rock. El rock se hace en los bares, en la calle, tocando todos los días que puedas de tu vida. Todo eso hace que un músico de rock sea real y no sólo una persona que toca bien un instrumento. Una cosa es ser músico y otra alguien que toca bien la guitarra. Ser músico es una entrega, un lugar donde te jugás la vida. Y yo veo que hay un poquito de histeria.

—¿Mucha imagen y poca acción?
—Creo que hay chicos que están haciendo cosas y van a aparecer. Y cuando aparezcan nos vamos a dar cuenta todos. Cuando una banda haga temblar el piso como pasó en su momento con Rata u otras, todos nos vamos a dar cuenta. Todavía no apareció, ojalá que comience rápido ese proceso.

—¿Les preocupa a ustedes no encontrar un sucesor?
—Sí. A mí personalmente sí, porque yo amo la música y mi carrera me dio muchas satisfacciones. No tengo miedo de que vengan los próximos, todo lo contario. Me encantaría porque para mí el rock tiene que seguir vivo y lo está. Lo que sucede es que el rock es una música que nunca fue simpática para la gente que no quiere que otros piensen. Nunca fue simpática para el sistema. En los años 50 Estados Unidos vetó el rock. Y hoy está pasando algo semejante cuando nos invaden con músicas de divertimento que no conllevan mayor inteligencia. Eso también genera una bajada de intelecto bastante importante. La música buena es inteligente, genera cosas diferentes en la mente de la gente. Yo respeto todo pero no podemos comparar a (Johann Sebastian) Bach con el trap.

—¿Un show sinfónico como el que hicieron en el Luna Park podría salir de gira por el país?
—Todo es posible pero tiene que ver con lo que hablábamos. El heavy en Argentina está apoyado cuando viene Metálica pero no tanto con Rata. Me encantaría salir de gira con este show pero, lamentablemente, se está hablando primero de hacerlo en el exterior que en el país.

Para agendar

La legendaria banda Rata Blanca se presentará este sábado, desde las 20, en el escenario del Teatro Vorterix en lo que se anunció como el único show del 2019. Ya se encuentran a la venta las entradas anticipadas con descuento en Amadeus (Córdoba 1369) y por Superticket.com.ar.

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