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Washington alertó sobre colapso del submarino mientras la Armada no se inmutaba

Hubo dos llamados de un agregado diplomático estadounidense a un ex funcionario de Defensa, quien declaró ante la jueza federal que lleva adelante la investigación de la tragedia. Ocurrieron dos días después de que cesaran las comunicaciones, lo que para el almirante Srur era habitual con mal tiempo

Horacio Chighizola, ex secretario de Estrategia y Asuntos Militares, admitió que el Ministerio de Defensa se enteró por una comunicación telefónica de un funcionario de los Estados Unidos que el submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes estaban en peligro. Fue en la tarde del viernes 17 de noviembre de 2017, dos días después de perder la comunicación con la nave. La Armada, hasta ese momento, sostenía que el silencio no era preocupante, porque se trataba de algo usual en caso de mal tiempo. Esta saga salió a la luz en la ronda de declaraciones testimoniales que tramita la Justicia en la ciudad santacruceña de Caleta Olivia, y que publicó el diario Ámbito Financiero.

La investigación judicial busca determinar responsabilidades de la tragedia. Chighizola dijo que a las 17.30 del viernes 17 de noviembre de 2017 sonó su celular oficial. Lo llamaba Michael Reyburn, el agregado de Defensa de la Embajada de los Estados Unidos. El funcionario argentino estaba a punto de despegar desde Ezeiza a Mar del Plata para trasladarse a la Base Naval de la Armada en esa ciudad, junto con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y su Jefe de Gabinete, Raúl Ripa. Los acompañaba el entonces jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur. Ese fue el momento en el que se enteraron, por un empleado de otro país, que algo andaba muy mal con el ARA San Juan.

El agregado estadounidense preguntó a Chighizola cuándo la Argentina iba a declarar la búsqueda y rescate del submarino, cuya tripulación había dejado de comunicarse 48 horas antes. Fue la primera de dos llamadas, en la que de manera sutil el empleado de la Embajada Reyburn avisaba que sabían sobre un incidente potencialmente grave antes que se enteraran los propios responsables de la seguridad de la nave.

En ese contacto, Reyburn le informó a Chighizola que si la Argentina no declaraba el SAR –SAR (por las siglas en inglés de Search and Rescue–, la U. S. Navy no estaba habilitada a ofrecer sus aviones y embarcaciones para colaborar con la localización del submarino.

Apenas cortó, Chighizola repitió lo escuchado al ministro Aguad y a los jefes militares que estaban a su lado, que no atinaron –dijo– a reaccionar enseguida. Fue un baldazo de agua fría: el almirante Srur, según fuentes del ministerio de Defensa, les había dicho que era prematuro utilizar el SAR porque la «pérdida de comunicación» con el ARA San Juan era «habitual» en ese tipo de embarcaciones cuando operaban con mal tiempo.

Hubo un segundo llamado de la Embajada. El mismo interlocutor extranjero al mismo funcionario, aunque esta vez a su número de móvil personal. Reyburn informó, sin preámbulos, «sobre la grave situación del submarino» y sus tripulantes, dijo en Caleta Olivia Chiguizola. Y agregó el estadounidense: «Deben buscarlos».

En los Estados Unidos ya conocían el «evento hidroacústico» que había detectado la Organización para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO), organismo con sede en Viena (Austria). También estimaban que esa escucha de una posible explosión provenía del ARA San Juan. Es decir, que conocían la ubicación del submarino argentino.

Chiguizola declaró en calidad de testimonio ante la jueza federal Marta Yañez, que lleva adelante la investigación. La abogada Valeria Carreras y sus colegas Lorena Arias y Fernando Burlando escucharon en Caleta Olivia las declaraciones del ex funcionario como representantes de la querella unificada de 31 familiares de los tripulantes del submarino. «Ahora sabemos que fue a pedido de los Estados Unidos que se comenzó a buscar el submarino. Es decir, que hasta ahora nos venían mintiendo», reprochó Carreras después de la audiencia.

Una fuente de Defensa consultada por Infobae ensayó un combo explicativo del retraso en la orden de búsqueda: afirmó que Aguad se enteró recién en la Basa Naval de Mar del Plata que había ingresado agua al sector de baterías del submarino, y que hubo un incendio como consecuencia de un cortocircuito. Junto con los dos llamados de la Embajada, recién entonces tomó conciencia de la gravedad de la situación, y habilitó el protocolo. Fue una hora y media después de las comunicaciones del agregado estadounidense. «Hasta ahora nadie me informó de esto. Sólo me dijo que había un problema de comunicación», reprendió Aguad al almirante Srur en la ciudad balnearia y delante de todos, refirió el vocero del Ministerio.

El 15 de agosto último se cumplieron 21 meses del hundimiento del ARA San Juan, con toda su tripulación.

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