El hecho se produjo el sábado 12 de febrero. Pero pasó como un caso de un accidente automovilístico múltiple. Uno más de los tantos que se dan en rutas y calles argentinas. Aquella jornada (mejor dicho, un día después), El Ciudadano informó que personal policial y del Sies se encontraban trabajando en la autopista Rosario – Córdoba a raíz de un accidente, cuando fueron embestidos por otro vehículo. Estaban en el lugar en el marco de un siniestro previo que culminó con una persona fallecida. Lo que hasta ahora no había trascendido es qué es lo que provocó los choques, que al final no fueron solo dos, sino algunos más. A partir del testimonio de personas que estuvieron en el lugar y familiares del muerto, se supo que todo se origino en violentos robos a quienes esa noche venían entrando a Rosario. La modalidad es siempre la misma: se ponen grandes adoquines en la ruta, lo que provoca fuertes y peligrosos impacto a quienes vienen conduciendo. Y tras eso se comete el delito.
En diálogo con el periodista Rodrigo Miró, del portal RosarioPlus, una familia que venía de la provincia de Córdoba comenzó a contar lo sucedido.
«Somos de la localidad cordobesa de Alta Gracia. Íbamos a Villa Gesell a pasar nuestras vacaciones con mi marido y mi hijo, de 17 años. Era sábado y habrán sido las once y media de la noche, estábamos casi llegando a Rosario cuando nos encontramos un montón de adoquines en la ruta. No había manera de esquivarlos y se nos reventó la cubierta delantera izquierda. Igual, logramos estabilizar el auto y detenerlo en la banquina para ver los daños, pero no imaginamos lo que iba a pasar», relató Viviana Yzaguirre.
Los tres integrantes de la familia que habían sido sorprendidos por las piedras en el camino, se bajaron del vehículo con sus celulares en modo linterna. «Sentimos que atrás nuestro había otros choques con los mismas adoquines y se oye como una explosión. Como soy médica, le digo a mi marido que voy a ir a ver qué pasa, a ver si puedo ayudar. En ese momento, veo que de la oscuridad aparecen tres personas que se acercan. Lo primero que pensé con ingenuidad era que nos venían a ayudar, pero después veo que dos de ellos estaban armados. En dos minutos, como si eventualmente fueran pirañas, uno se metía en nuestro auto y nos sacaba todo. Otro encañonaba a mi hijo y el restante a mi marido», siguió Yzaguirre.
«Gritaban: ‘Dame todo, porque te cago matando’. A mi hijo le sacaron las zapatillas, a los tres nos llevaron los celulares. Mi marido les decía que se lleven todo, pero que no disparen. En ese momento, para un camionero y se baja, cuando ya se habían ido los ladrones. Nosotros no conocíamos el lugar y él nos dice que eso ahí pasaba siempre. Con su celular, porque nosotros habíamos quedado incomunicados, llama a la policía. Cuando llega el patrullero, yo les hizo señas de que ocasionalmente para el marido donde había sido el otro accidente. Ahí justo frena una camioneta que también había reventado una, que mi los va a ayudar. Ahí nos enteramos que los choques habían sido muchos más. Inclusive cuando llega la ambulancia, también resulta chocada. Al rato, cuando vamos a la Comisaría, nos enteramos que inclusive hubo un fallecido por eso de los adoquines», añadió la mujer, siempre en diálogo con el portal RosarioPlus.
«Nosotros pasamos un momento horrible, pero no fue lo más grave. Peor que lo nuestro fue lo del señor que murió. Su hijo se puso en contacto con nosotros, fuimos varios los que tuvimos problemas esa noche. En las noticias algo vimos que salió, pero decía que una persona había fallecido por perder el control del auto. Y no explicaba mucho más. No se dijo nada de los adoquines y los robos. Al preguntar y googlear, nos fuimos enterando que siempre roban ahí», cerró Yzaguirre.
La palabra del hijo del carpintero fallecido
En tanto, Alvaro Montanari, hijo de José Luis Montanari, quien resultó fallecido la noche de los accidentes y robos en la autopista, detalló: «Mi viejo había soñado toda la vida con irse a vivir a Córdoba cuando se jubilara. Era carpintero. Y se estaba haciendo su propia casa allá. Estaba volviendo esa noche con la Partner que él tenía, cuando según lo que pudimos reconstruir hasta ahora, se choca los mismos adoquines que la familia Yzaguirre. Por eso le quedaron las dos llantas derechas deformadas. Cuando baja para ver que había pasado, lo choca un Chevrolet Agile».
«Lo que no pudimos saber todavía es si es que también por el mismo motivo había perdido el control, aunque suponemos que sí por todo lo que pasó en ese rato. Lo que pasa es que no pudimos ponernos en contacto con quien manejaba ese auto. Después, cuando llega la ambulancia del SIES, también es impactada por otro vehículo, un Peugeot. Hubo un montón de choques. Lo llamativo también es que a mi papá le faltó el celular y que la riñonera que usaba siempre, estaba vacía. La última conexión de WhatsApp fue después de las 12. Queremos saber qué pasó en ese instante final. Creemos que se lo puede haber robado esa misma gente que había asaltado a la familia cordobesa», añadió.
Siempre en diálogo con el portal RosarioPlus, José Luis Montanari descargó su bronca: «La ruta no está en condiciones, no está iluminada. Lo que pasó con mi viejo y con esa familia que fue asaltada esa noche, pasa a cada rato. Todo esto se lo dije a la gente de la Subcomisaría 22, pero es como si no les importara. El mismo consejo: que no pasen más por esa ruta cuando se hace de noche, porque es una boca de lobo. Ojalá que esto ayude a que haya prevención y que no pasen más cosas así».