Romina Ceratto enseña inglés y en la sala de computación de la escuela Nº 60, más conocida como la Mariano Moreno (Paraguay 1200), prepara el examen final para los alumnos de 7º grado. En diciembre evaluará si es que los chicos en su primer año del idioma aprendieron a conjugar verbos en presente simple. Sería más fácil para Ceratto escribir ejercicios en un procesador de texto, imprimirlos, repartirlos y esperar en su escritorio las hojas. El marcador rojo señalará el camino: pasar de año y disfrutar del verano o recuperar en ese mismo mes o en el temido febrero. Pero no es así. Cerrato mira una pantalla que le devuelve un video del personaje cómico británico Mr. Bean, que se despereza y emprende su rutina diaria. “Antes de que lean un texto en una hoja pueden ver el video (cuya imagen en movimiento siempre les es más atractiva) y responder preguntas acerca del mismo”, explica la docente sobre el ejercicio de comprensión de texto de su página web.
Sin embargo el nuevo método ya está en camino. La interfaz, que está un 50 por ciento terminada, fue creada por la docente durante la capacitación del programa provincial Tramas Digitales –que también tiene su versión para secundarias– le servirá como hoja de actividades virtual para que los alumnos se preparen para el final. Cuando la página esté lista, no hará falta que imprima el ejercicio ni que los niños se acerquen al escritorio a entregar la tarea. Un pizarrón electrónico conectado de forma inalámbrica con las netbooks de los alumnos le permitirá hacer las correcciones en plena clase.
El sistema interconectado bautizado Aula Digital habilita al profesor a monitorear la actividad de cada máquina a través del software E-Learning. Cuando termina la clase, no importa si es Ciencias Naturales o Sociales, se guarda en un carrito junto al proyector del que emana la imagen del pizarrón. Así puede usarse por varios cursos y años. Muchas primarias públicas rosarinas tienen salas de computación que varían según el establecimiento, sólo el 14 por ciento de las escuelas primarias públicas de la ciudad (34 establecimientos) cuentan con ese sistema informático educativo, que en este caso no está ligado al programa nacional Conectar Igualdad. En secundarias, superiores y especiales funciona el antiguo sistema de laboratorio de computación 1 a 1, es decir una computadora por alumno, sin pizarrón electrónico, pero con netbooks provistas por el gobierno provincial. La capacitación como la que realiza la profesora Cerrato insume el 80 por ciento del presupuesto del programa Trama Digital. Es para todos los docentes que trabajan en lugares con aulas móviles digitales. Se da de forma continua, no discrimina materia y se lleva adelante en la misma institución, lo que conlleva un esfuerzo logístico importante a cuenta del Estado. Desde el segundo semestre ya se realizaron siete encuentros entre capacitadores de la provincia –un referente en tecnología y otro en pedagogía– y profesores. Entre cada uno de las clases los profesores se proponen ejercicios pedagógicos a través de una plataforma virtual del Ministerio santafesino. En total, se capacitan 2.522 docentes del nivel primario, de los cuales la mitad trabajan en Rosario. En los niveles secundarios, especial y superior, son capacitados 1.150 docentes, de los cuales 484 dan clases en la ciudad.
“La tecnología en sí misma no cambia nada. Se trata de cómo es aplicada. Una tiza, un grabador o televisor tuvieron y tienen el mismo sentido pedagógico”, explica a El Ciudadano Mariana Graziano, capacitadora de Aula Digital junto a otros docentes que trabajan en sus propios proyectos como la página web de Ceratto. Las preocupaciones de los docentes, explica Graziano, se reparten entre la búsqueda de material específico para sus materias y cuestiones básicas de funcionamiento de los softwares.
La dinámica del programa provincial no entiende de signos políticos por lo que se libera al docente a hacer uso tanto de las aplicaciones y recursos pedagógicos ofrecidos por el Ministerio de Educación nacional –como los de www.educ.ar– o el santafesino. Lo primordial, insisten las autoridades, es que los docentes aprendan y se acorte la brecha digital tanto con alumnos como con profesores no familiarizados con las interfaces binarias. “La idea es que usen con su criterio todas las herramientas ofrecidas –desde una tabla periódica virtual hasta los elementos tradicionales físicos– para mejorar su conexión con los estudiantes”, agregó Graziano.
Pizarra mágica
Cada aula digital móvil cuenta con una notebook para el docente y 15 netbooks para los alumnos; un mueble móvil con cargadores para los equipos; un proyector multimedia; un router wireless; y una pizarra electrónica. Además, está previsto el dictado de un curso de capacitación para docentes en el uso del nuevo equipamiento. En el resto de la provincia el programa llevó 95 de estos ensambles junto con 2.619 netbooks.
El director provincial de Tecnologías Educativas, Fernando Fontanarrosa, señaló a este medio que la incorporación de la pizarra electrónica mejoró el valor pedagógico de la infraestructura provista por el programa nacional Conectar Igualdad, que entregó las netbooks a los alumnos. “Con el dispositivo controlado por el docente, se recupera un espacio interconectado donde circulan los materiales. De ese modo, se vuelve el foco de atención de las pantallas particulares a una común, cual pizarrón”, indicó el funcionario. El dispositivo complementa el software incluido en las netbooks del Conectar: E-Learning Class, un programa que ayuda al docente a monitorear los equipos, distribuir archivos y corregir. “El alumno se entusiasma y se vuelve a respetar el rol del docente, central en la pedagogía”, apuntó Fontanarrosa.
En diálogo con El Ciudadano, la representante de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), Sonia Alesso, analizó la actualidad de las políticas educativas relativas a la digitalización. “Aplaudimos todo aporte a la educación, como la distribución de las netbooks de los programas que llegan a Rosario, aunque por sí solo son herramientas que no solucionan los problemas de la institución. Son útiles, necesarias y es destacable que operen bajo el software libre pero no son revolucionarias en sí mismas”, apuntó la gremialista. Para Alesso, la apropiación de docentes y alumnos de los dispositivos (y las lógicas que conllevan) todavía resta ser identificada en consecuencias concretas. En lo preliminar se logró, según la gremialista, el diálogo con otras escuelas de la provincia y el país tanto del alumnado como del profesorado. “En algunas clases se utilizan las netbooks arriba del escritorio. Sabemos que es un proceso gradual donde los profesores también se tienen que acoplar a la tecnología. Allí, los maestros más jóvenes llevan la ventaja. Por otro lado, no todas las escuelas de Rosario y Santa Fe cuentan con la conectividad para aprovechar la utilización de las computadoras”, agregó Alesso. “A la par se deberán asegurar la seguridad de los equipos ya que vemos muchos casos de robos a escuelas. No sirve generar un esfuerzo muy grande que por no protegerlo se termina perdiendo”, apuntó Alesso.
Cinco años
Desde 2008 la iniciativa se enmarca en el “Programa de Alfabetización Digital 2012 – Aulas Móviles», que llevan adelante el Ministerio de Educación de la provincia y la Fundación del Nuevo Banco de Santa Fe desde 2008, cuyo objetivo principal es integrar las nuevas tecnologías de la información en un proyecto pedagógico e institucional que contribuya al mejoramiento de la calidad de la educación. Hasta el momento, entre equipamiento, infraestructura y formación, requiere una inversión de 7.2 millones de pesos.
