El seleccionado argentino de fútbol se despidió hoy del Mundial de Sudáfrica 2010 al perder por 4 a 0 ante Alemania, que con fútbol y goles fue superior al equipo de Diego Maradona.
Müller, Klose, quien hizo dos, y Friedrich marcaron los goles del equipo alemán, que jugará el miércoles que viene, en Durban, una de las semifinales del Mundial 2010 ante el ganador del choque entre España y Paraguay. Argentina repitió una actuación similar a la de México, no manejó la pelota y Lionel Messi nunca pudo gravitar. Y si el mejor jugador del Mundo no aparece, el resto no acompaña y el rival es Alemania, pasa lo que ocurrió hoy.
El partido ante Alemania fue un partido diferente para el seleccionado argentino, porque por primera vez en Sudáfrica enfrentaba un candidato al título y porque por primera vez en un partido arrancaba abajo en el marcador.
Y eso fue un problema sin resolución. Alemania goleó con autoridad, sin especular, con un equipo ofensivo y que jugó bien al fútbol, siendo superior a su rival.
A partir del gol de Müller, quien marcó de cabeza anticipándose a Nicolás Otamendi, los alemanes manejaron el trámite del juego durante todo el partido, de principio a fin.
Con el mejor jugador del Mundial 2010, Mesut Özil, manejando los hilos, al equipo de Maradona se le complicó la historia.
Sin fútbol en el mediocampo, porque no rindieron otra vez en la medida de lo necesario Maxi Rodríguez y Angel Di María, los tres delanteros no tuvieron juego, no le llegaron pelotas claras, por ende, no tuvieron situaciones de gol.
Lionel Messi, muy tibio en el primer tiempo, mostró sólo pinceladas de su categoría, pero nunca encontró receptores ni con quién jugar, porque los volantes no lo acompañaron y Carlitos Tevez perdió más de las que ganó.
Entonces, con Messi bien controlado por los alemanes, quienes lo siguieron de manera escalonada y en zona, para Argentina gran parte del primer tiempo fue un suplicio.
Para colmo, Alemania cada vez que se lo proponía le creaba peligro a Sergio Romero, entrando por derecha, donde Otamendi no hizo pie esta vez, o por izquierda.
Por suerte para los dirigidos por Maradona casi todo lo bueno que hacían los alemanes se diluía al llegar al área y cuando eran profundos desperdiciaban las chances, como una clara que tuvo Klose, quien solo y sin marca, parado en el punto del penal, tiró la pelota por arriba del travesaño.
El desconcierto del seleccionado argentino era tal, que Maradona probó primero con un cambio posicional de los volantes: pasó Di María a la derecha y Maxi Rodríguez fue a la izquierda. No fue solución.
A los «ponchazos» Argentina pisó el área rival y con remates de Higuaín y Di María intentó asustar a un seguro arquero alemán.
Alemania bajó el ritmo con el correr de los minutos, pero si se decidía, la sensación era que liquidaba la historia en la etapa inicial.
Javier Mascherano, que no jugó en su nivel, tuvo que hacer muchas faltas y así Argentina dependió exclusivamente de alguna acción individual, que nunca llegó.
En el segundo tiempo Argentina se paró unos metros adelante y en el inicio le generó problemas a los alemanes, primero sin poder entrarle y luego llegando al área con mucha gente y generando situaciones.
Creció Mascherano, apareció más Tevez, Higuaín siguió mostrándose y Di María, por derecha, generó problemas. Pero como el que tenía que aparecer no aparecía, Messi, todo fue más complicado y se hizo cuesta abajo.
Alemania, con el correr minutos comenzó a dejar espacios atrás, algo que el seleccionado argentino buscaba aprovechar, pero cuando aparecían Özil, Klose y subía Lahm temblaba todo el fondo celeste y blanco.
Cuando en el partido se imponía, o debía imponerse, la pausa de Alemania, el encuentro pasó a ser un golpe por golpe, ataque por ataque, transformando un encuentro aburrido en uno emocionante.
Y ahí apareció Öezil y su clase, haciendo por derecha lo que quiso con un dueto para el olvido, que fue el que formaron hoy Otamendi y Demichelis.
En una de esas jugadas llegó el principio del fin para el seleccionado argentino, con el gol que marcó Klose, solo abajo del arco, para sentenciar el 2 a 0.
Maradona mandó a la cancha en forma tardía a Javier Pastore, pero llegó el tercero por una cuestión de decantación, lo hizo Friedrich en otra jugada por derecha, donde el barco del seleccionado argentino hizo agua.
El cuarto gol de Klose fue la frutilla del postre para los alemanes, que se aprovecharon de un planteo inexistente del conjunto argentino, que salió a ver qué pasaba. Y así le fue.
Se terminó el sueño del Mundial para el seleccionado argentino. El sueño de ser campeón del Mundo con Maradona como técnico lo frustró un equipo alemán, que con los «tanques» de arriba y la categoría de Özil se convirtió en un serio candidato al título.