Sufrimiento sin fin. Central sacó adelante un partido bravísimo. En los últimos cinco segundos Castillejos le dio un pase a la red para que el Canalla le gane 2-1 a Desamparados para alcanzar a River y quedar a dos puntos del líder Instituto.
Aplazado. El primer tiempo de Central no fue el esperado. Impreciso, apurado, ansioso, y todos los adjetivos que se ocurran para un equipo que no encontró el rumbo nunca. Todo por deficiencias exclusivamente propias.
Las variantes sobre la hora que realizó Pizzi no funcionaron. Costa hizo extrañar mucho a Ricky Gómez, Medina no fue lo suficientemente desequilibrante y a Méndez se lo nota con poco rodaje en lo futbolístico. Desamparados fue más en los primeros diez minutos. Incluso tuvo una clarísima en los pies de Parisi, pero el delantero optó de la peor manera.
Tras ese sacudón, el Canalla despertó, pero no lo suficiente para llevarse a su rival por delante. Por momentos tuvo la chance y la desperdició. Ya sea por un pase mal dado, una mala elección o virtud de la defensa visitante.
La pobre producción de la primera parte obligó a Pizzi a meter mano en el equipo. Ricky Gómez ingresó por Costa y el chileno Monje por el inconstante Medina. Y un rato más tarde Biglieri reemplazó a Carrizo, que fue fundamental en el triunfo final del Canalla.
La buena lectura de Pizzi le dio un rédito enorme. Entre los tres ingresados armaron una gran jugada que terminó definiendo el chileno Monje. Justo cuando el gol no llegaba. Cuando el tiempo y la desesperación se estaban por dar la mano.
Con la ventaja el Canalla se confió demasiado y lo pagó con un gol en contra. Broun salió a cortar flojito un envío desde la derecha y Valentini se llevó la pelota por delante. Desazón total en el Gigante. Pero los partidos no terminan hasta que el árbitro pita el final. En la última bola del cotejo Biglieri, el mejor, desbordó y le cedió el gol a Castillejos. El goleador dijo presente y no perdonó. Y los canallas festejaron.
